Capítulo XII - La suerte de mi vida (parte 1)

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Hola! Vamos a hacer algo distinto hoy, el capítulo de hoy me ha quedado extremadamente largo, (16 páginas de Word... se me ha ido un poco la pinza) así que para que no sea un capitulo súper largo en wattpad voy a dividirlo en artes y lo voy a subir todo seguido, ya que creo que es más cómodo leer más de un capítulo corto que uno inmensamente largo, al menos a mi me gusta más así. Así que aquí empieza el capítulo de hoy.

-Dani, ¿me dejas algo de ropa? Es que me he venido con lo puesto...-Dijo Tyler justo cuando nos sentamos.

-Sí claro, cógelo tú mismo.

-Vale, pues voy a ducharme, hasta luego tíos y gracias Norman.

-No hace falta que las des.

-bueno os dejo con vuestros líos.-Dijo antes de desaparecer por la puerta.

-Bueno a ver, es que esto es muy complicado y no sé por dónde empezar.

-Tranquilo tenemos tiempo.

-Pues a ver, Alice empezó a ir a hablar con tu hermano cuando ella iba a cuarto de ESO y la verdad, es que, según lo que ella me ha contado estaba muy destrozada y es que ese verano previo a empezar las clases perdió a una persona muy importante para ella. Dos años antes de eso su abuela había caído muy enferma pero la operaron y parecía que todo había salido perfecto y que lo había superado pero no fue así, tuvo varias recaídas, ya sea porque volvió a surgirle la enfermedad o porque le salieron otras cosas a raíz de ella y para finales de junio, cuando Alice estaba a punto de terminar tercero la volvieron a ingresar, parece ser que al principio parecía que no era nada pero la cosa se fue complicando y a finales de junio los médicos la avisaron de que no iba a durar mucho más que una semana y ahí Alice empezó a hundirse, su abuela para ella era una pieza importantísima en su vida, ella siempre me ha dicho que era el pilar que lo aguantaba todo, y cuando supo que se iba a quedar sin ella, se le vino toda su vida encima, ella decidió no mostrar cómo se sentía delante de su familia, ya fuesen sus tíos, sus primos, sus padres y mucho menos su abuela, delante de ella no quería derramar ni una lagrima, quería que ella la viese feliz hasta el último momento, que cuando se fuese la recordase con una sonrisa en su cara y no con una lagrima derramada por sus ojos y así hizo, pero así solo consiguió hacerse más daño, la semana pasó y su abuela parecía aferrarse a la vida, según ella no parecía que le quedase tan poco de vida y eso a ella le dio una chispa de ilusión y se aferró a eso, empezó a pensar que quizá los médicos se habían equivocado y que a su abuela no le quedase una semana, talvez podía salir de esto y aguantar años todavía.

-Y no fue así ¿verdad?-Dije yo, la verdad es que ahora entendía por qué le costaba tanto hablar del tema a Alice.

-No, los médicos habían fallado en decir que le quedaba una semana, pero Alice también se equivocaba en pensar esas cosas y es que, un día llegó al hospital como cada mañana a visitarla y a quedarse con ella como todos los días estaba haciendo, y ahí es cuando se dio cuenta de que se había equivocado imaginándose todos aquellos cuentas sobre una vida cuando su abuela saliese del hospital, al entrar a la habitación de su abuela se la encontró muy diferente a como la había dejado la noche anterior, según ella estaba como desganada, sin vida casi y le dejo con una vocecita que ya no tenía más fuerzas para seguir hacia delante, que había luchado todo lo que había podido pero ya no podía seguir con ello, pero que no estuviese triste, que ella se iba muy feliz, habiendo visto crecer a su hija y a su nieta, que claro que le hubiese encantado ver más cosas de su vida pero que ya no podía, que no quería verla triste, que había estado con una sonrisa cada día desde el minuto uno que la ingresaron y aunque no se lo habían dicho ella sabía que desde hacía unas tres semanas les habían dado una mala noticia y ni siquiera en ese momento le había visto triste y eso le había encantado, que nunca dejara que nada le hiciese daño y que fuese muy feliz en su vida, que estaba muy orgullosa de como era su nieta y de lo que estaba consiguiendo ser, y ahí fue cuando a Alice se le terminó de caer el mundo entero encima, ella siempre había visto a su abuela como la persona más fuerte del mundo, que nada conseguía derrotarla y ese día vio algo que si lo había hecho y no aceptaba que eso ocurriese, ella sonrió le dijo que no se preocupase, que seguiría igual de bien siempre y salió, salió corriendo a fuera del edificio, allí adentro se ahogaba y llamó a la única persona que la había estado escuchando cada noche mientras lloraba en su cuarto.

aceptando lo inevitable (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora