Capítulo IX

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"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única"

Jorge Luis Borges

—Fairfax se instaló en Bath. Llegaron a su casa varios hombres y han estado reunidos con él una hora aproximadamente.

—Hay que estar atentos, sé que algo extraño está sucediendo, no debemos descuidarnos ni un momento, busca alguno de confianza que haga guardia en su casa. —asintió.

—Ha llegado esta nota para ti y tu hermana.

Henry tomó el sobre y era de Burghley. Al abrirlo comprobó que era una invitación a un baile por la llegada de Philip Campbell.

—No pienso ir... y mejor mantenla escondida de Jane, antes que me vuelva loco con sus insistencias. Francamente, ya no soporto esos bailes. No te imaginas lo que tuve que soportar en casa de Sterlington.

—Me imagino... pero piénsalo, es en casa de los Campbell, y allí es donde hemos visto a Fairfax el mismo día que llegó. Tal vez asista y podamos averiguar algo. —Henry lo miró pensando que tenía razón, sería una buena oportunidad para tener a Fairfax más cerca y dentro de casa de los Campbell.

****

Philip hacía unos días que se había instalado en Burghley y ya parecía aburrido de todo, y aunque se había sorprendido de que Marianne se encontrara en la casa instalada, y más aún de lo cambiada y hermosa que se veía, se mantenía alejado de ella y sumamente ensimismado.

—Mañana es el baile, es importante Marianne que no olvides nada de todo lo que practicamos, es una excelente oportunidad para que puedas presentarte en sociedad, aunque ya seas mayor para presentaciones.

—Sí Milady. —trató de que su voz sonara lo más tranquila posible, aunque hacía dos noches que no dormía pensando en aquel momento, e incluso en los posibles errores que podría cometer y que terminarían en una tragedia segura.

Cuando el día llegó, desde la mañana los sirvientes prepararon los arreglos florales, la mantelería y decoraron el salón haciendo que se viera muy elegante y distinguido. Acondicionaron la sala lateral con las mesas para los juegos de cartas y Betsy ayudó a Marianne a prepararse.

Le ayudó a colocarse el bello vestido color lavanda, llevaba un chal cruzado atado a su costado y en su cabello le hizo un hermoso recogido que dejaba caer en los costados algunos bucles dorados y un lazo a tono del vestido.

—Señorita se ve hermosa.

—Gracias Betsy. Eres la mejor...

—Ahora tranquila, no esté nerviosa, de seguro todos los caballeros se pelearán por invitarla a bailar.

—Gracias. —Tomó las manos de ella y las apretó agradecida.

Bajó por las escaleras hacia el salón donde ya esperaban Lady Georgiana, Philip, Lord Campbell y Anne. Algunos invitados estaban llegando y el nudo en su estómago se instaló, trató de sonreír como Anne lo hacía e imitar sus maneras. Todo a su alrededor se veía elegante y muy hermoso, las damas vestían sus mejores galas y los caballeros de igual manera. Al fin, el sueño de estar en uno de esos salones se hacía verdad. Todos conversaban mientras la música sonaba en el rincón. Anne ya había completado su tarjeta de baile, era muy hermosa y ese día sus ojos azules resaltaban perfecto con su vestido, se movía con gracia y hacía el pestañeo perfecto para tener embelesados a todos los hombres.

Marianne había anotado en su tarjeta a Lord Sterlington para el Reel, lo que había producido en ella la mayor de las ilusiones, después de todo era el duque y aunque su abuela deseaba que se casara con Anne, su prima no se veía muy interesada en él después de todo; para la cuadrilla había anotado al capitán Fairfax a quien su abuela había presentado y finalmente le había pedido que le reservara aquella pieza. Se quedó en el rincón junto a su prima y sus amigas, tratando de mimetizarse en ese mundo que aún sentía ajeno a ella. 

Nunca Por AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora