Talk about our demons...

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De esos que salen esporádicamente.

Una vez que hacen acto de presencia se llevan todo, cual huracán. O en mi caso, es así.

No puedo hablar de mi seguridad, o de mi alta autoestima. Porque una idiota me la ha arrebatado.

No puedo ondear una bandera de pureza, porque un imbécil me mintió.

No puedo sincerarme con alguien, porque me estaría rompiendo por dentro.

Tampoco me daré el lujo de pensar en el futuro, porque le temo a ello. A crecer y no saber que hacer.

No puedo dar buenos consejos, porque no he vivido buenas experiencias.

No puedo sentirme bien, cuándo quiénes estimo están mal.

No puedo amar, cuándo tan si quiera me tengo a mí, al borde del abismo.

No puedo presumir de cosas que tengo, porque sé que en cualquier momento dejarán de valer en calidad.

Tampoco puedo darme el lujo de que la rabia hable a través de mí, porque esa ha sido la causa de la ausencia de personas hoy en día.

No les aseguraré una amistad estable, porque mi mente carece de estabilidad. El trastorno avanza cada vez más y nadie puede con eso.

No se conformen con mis disculpas, no hasta que les pida perdón y les compense todo con la última carta, el último aliento.

Mi último esfuerzo.

-From the hell in my mind, a demon.

  

¿A esto se le llama vida? Qué asco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora