El comunismo está bien, solo que no sirve

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Nota: Red Velvet usará sus nombres artísticos para hacerlas más americanas. Después de todo, Canadá en Norteamérica.

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Johnny olvidó como se había metido en esa situación: •Las madres de Mark inspeccionando cada aspecto de su esencia. •El policía juzgando desde lejos con semblante aburrido. •Mark mirándolo como si dijera “Hey, ¿Qué tal?”.
Lo último que recuerda es a Wendy disculpándose arduamente por su descuido, aunque no fue su culpa. Le prometió un aumento por ser tan buen mediador ya que, a pesar de que volaron balas, ninguna le hizo daño a los vestidos. Recuperaron el dinero cuando la policía atrapó a todos los maleantes. Luego Johnny le pidió el favor a su jefa de llevarlo hacia la comisaría para hacer la denuncia y de paso hablar por Mark.
Sin embargo, ahora que estaba allí se sentía mucho más inseguro que cuando le apuntaron con un arma.
—Es una pena muchacho, ya sabes, tu nacionalidad.— Habló el policía.
Johnny aún no entendía por qué el ser estadounidense lo hacía ver tan mal.
—¡No diga eso!— Una de las mamá de Mark, Yeri, le defendió.— Al menos eres mestizo, ¿No es así?
Ella tenía el cabello rubio tan hermoso como se le pintaba a la bella durmiente según Disney. La otra madre, Joy, era de cabello casi tan oscuro como las ojeras del policía a cargo.
—Mitad francés, señora.
—¡Eso te servirá tanto como judío con familia en Polonia!— Exclamó con inocencia entrelazando las manos con las de Johnny.
—Quiere decir que no mucho.— Agregó Joy.
Johnny atravesó una larga tarde de burocracia hasta que absolvieron de todo cargo a Mark. Sus madres le agradecieron fervientemente y lo invitaron a merendar.
De camino a la casa de la familia Kim –Decidieron usar el apellido de Yeri porque el de Joy no combinaba–, Mark y Johnny conversaban.
—No pensaba que fueras a venir.— Dijo el menor metiendo las manos en los bolsillos del jean.
—No podía dejarte así, estoy agradecido. Además quería respuestas.— Mark lo miró con una expresión divertida.— Ya sabes, por qué apareciste de la nada, qué fuiste a hacer y cuál es la razón por la que todo el mundo me odia.
Mark rió inflando sus mofletes, Johnny se sintió bendecido por esa imagen.
—Fui a comprar un vestido para mamá.— Señaló con la cabeza a Yeri.—  Pronto será su cumpleaños y mi madre,— Esta vez señaló a Joy.— Me había dado el dinero. Cuando mandaste a las chicas a resguardarse dijiste “Señoritas” y yo no soy una, así que pensé que no iba para mí.— Johnny lo miró incrédulo pensando en qué tan idiota podía llegar a ser.— No es que haya aparecido de la nada, sino que nunca me notaste.
—Vaya, lo siento.
—Da igual.— Le palmeó la espalda, tuvo que ponerse de cuclillas para hacerlo.— Y acá es muy seguro pero de vez en cuando los gangsters hacen líos, es reconocido que los yanquis son para los canadienses lo que los argentinos para los chilenos. Solo es odio irracional.— Finalizó.
—Supongo que tendré que decir que soy francés y adaptarme a su acento.— Mark se detuvo haciendo que Johnny próximamente lo haga.— ¿Pasa algo?
—No lo hagas, dude.— Se acercó lentamente hacia él y le puso una mano en el espacio que hay entre el hombro y el cuello— Tu acento es hella good.

El sabor de las butter tarts hechas por Yeri era tan delicioso que Johnny pensó que su estancia en Canadá quizá no sería tan mala

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El sabor de las butter tarts hechas por Yeri era tan delicioso que Johnny pensó que su estancia en Canadá quizá no sería tan mala. La chocolatada que tomaba también sabía mejor a la de Estados Unidos.
—Este Mark siempre se mete en problemas, ¡A pesar de ser un angelito!— Yeri le tiró la oreja haciéndolo renegar, Johnny no aguantó la risa.
—Y dime, John.— Habló Joy partiendo su butter tart con el tenedor.— ¿Eres comunista?
Todos estaban sentados en la sala de estar con la televisión encendida porque Mark quería ver The Crown. No obstante la pregunta de Joy opacó todos los sonidos.
—Eh, yo, tiro más para la izquierda pero no soy comunista porque em, ay...— Se rascó la nuca aturdido.
Tenía miedo de decir algo que a las madres no les guste.
—¿Votaste por Clinton en las elecciones?— Preguntó Yeri esta vez.
—Sí, porque no quería votar a Trump pero ella también es un monstruo.
Las mujeres se miraron asintiendo en modo de aprobación.
—Te dejaremos estar con nuestro hijo.— Proclamó la rubia sacándose las migas de su blusa.
“¿Antes no podía?” Johnny tenía esa duda pero decidió no llevarlo a la mesa.
Las madres de Mark se fueron al trabajo, ambas eran doctoras que trabajaban en el turno nocturno así que tenían que ir a dar el presente. El chico también estaba apunto de irse en cuanto sintió que lo agarraban de la remera.
—¿Mark? ¿Qué tienes?— Preguntó.
El adolescente estaba acostado en el sillón con la mano estirada hasta la tela que cubría su hombro, se mordía el interior de la mejilla como si hubiera cometido un error.
—N–Nada, te acompaño a la puerta.
Johnny creyó entender que en realidad no quería que se vaya, sea acertado o no, él no quería irse. Puso su mano en la pequeña muñeca del menor y empujó hacia abajo, haciendo que vuelva a su lugar.
—Si quieres podemos charlar un poco más, me iré antes de tu hora de dormir.— Sonrió.
Mark hizo un mohín.
—Yo no tengo hora de dormir, dirty communist.
—¡I am not!

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¡Hola! Voy a hacer algunas aclaraciones~
Dude→ Es un equivalente a “hermano, chango, amigo, pana, bro”. Los personajes lo dicen imitando el acento yanqui para burlarse de Johnny. El uso del hella también es burla.
Butter tarts→ Postre muy común en Canadá heredado de la tradición británica, es como un muffin pero con jarabe de arce.
Dirty communist→ Literalmente significa “Comunista sucio”, no es ningún tipo de apología a los países. Es una frase que me dijo mi mamá una vez cuando le comenté que me gustaba la teoría comunista JAJAJAJA.

Gangsta [JohnMark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora