—Estaba viendo un debate entre veganismo y no veganismo.— Le comentó Jeno a Ren–Jun.
Ambos estaban sentados en los sillones de un local al frente de los bastidores, esperando el desfile de moda que su ferviente novio les iba a realizar. Tenían una fiesta y él quería ponerse algo novedoso.
—Suena desastroso.
—Lo fue.
Ren miró la hora en su celular, vaya que habían pasado tres horas rondando la ciudad porque Jaemin no encontraba nada que le siente bien; no se daba cuenta que a los ojos de sus chicos era precioso. Claramente eso estaba de más, no era importante que ellos crean en su belleza, sino que él era el que se tenía que sentir bien consigo mismo.
—¡Ta–chán!— Salió coqueto reboleando la cortina que tapaba el bastidor.— ¿Cómo me veo?
Llevaba un saco color vino con los pliegues negros y una camisa blanca holgada metida dentro de un pantalón de vestir. Hizo unas cuantas poses halagado por los aplausos de sus plebeyos y volvió a entrar para probarse otro atuendo.
Modeló tres estilos más antes de decidir que iba a comprar todo.
—¡Hoy gastaste como desgraciado! ¿Tienes un trabajo de medio tiempo del que no nos hayas hablado?— Preguntó inocentemente Jeno, cargando la mayoría de las bolsas.
—No, pero si hay algo. Quería que fuese una sorpresa.
—¿Qué es?— Ren Jun lo miró intrigado.
Jaemin se negó a decirles en ese momento; se llevó a sus novios al parque de diversiones que resultaba especialmente vistoso a la noche, claro, no sin antes ir al estacionamiento y guardar las bolsas en el automóvil de la señora Na, que estaba conduciendo Jeno porque era el único con licencia.
—¡Pagaré las atracciones las veces que quieran así que no sean humildes!— Exclamó, animándose mucho más de lo que ya estaba pues había causado en Ren una hermosa sonrisa.
Le dio el dinero y el artista fue a comprar las entradas. Muchas, ya que tenía la oportunidad.
Jeno lo miraba extrañado.
—Nana, ¿Qué es todo esto?
El muchacho le tomó ambas manos y observó sus ojos con una expresión tan profunda que lo hizo temblar. Sonrió con avidez, y eso finalmente acabó con el gángster, que tuvo que dar una bocanada de aire luego de haberse olvidado cómo respirar.
—¿Recuerdas la universidad estadounidense que becó a Lucas?— En este punto, Jeno ya sabía el final de la historia pero, no quiso creer. Asintió lentamente mientras hacía más presión sobre las fuertes manos de Jaemin.— ¡Me compraron, ahora estoy en su equipo de hockey profesional!
Quiso saber por qué le costó reaccionar; quizás sentía celos, porque él aplicó para esa universidad, dio su vida por el hockey –y la gang– y sin embargo no lo consiguió; quizás que su pareja se vaya a otro país y no esté ni un poco triste por su pronta separación lo dejó tieso; quizás, simplemente quizás, esté enojado sin una razón aparente.
—Genial.
Jaemin lo soltó.
—No pareces emocionado.
—Lo estoy, estoy muy feliz por ti, Nana.— Le acarició el cabello pero un manotazo impidió que el mimo dure.
—¿Qué pasa contigo? ¡Desde que volviste de ese estúpido viaje con Mark que te comportas como idiota!
—¿Perdón?
—Lo que dije, opinas superficialmente, no te interesas en lo que hago, y ni siquiera te importa que haya sido comprado por una universidad yanqui.— Cuando volvió a escuchar la palabra «comprado» sintió crecer un hueco en su pecho, era doloroso. Jeno se tapó la boca y, de la nada, todas las piedras en el suelo se volvieron más llamativas que Jaemin.—Y también...— Bajó el tono al ver que había puesto nervioso al muchacho frente suyo.— También estás más sensible desde ese día, si hay algo que te tiene así, puedes decirmelo. Tú sabes que sí.
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Gangsta [JohnMark]
FanfikceJohn es un estudiante de artes francoamericano, que se fue a vivir a Canadá con tan solo diecinueve años una vez que Trump ascendió a la presidencia y, actualmente, trabaja como asistente de la estilista Wendy Son. Debido a algunos contratiempos -e...