XXVI

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Ian

Los médicos ya han examinado al paciente, y en consecuencia con su evolución, se le ha otorgado el alta médica, finalizado el proceso asistencial del paciente, se adjuntan los archivos que contienen todos los documentos pertinentes. El paciente, cuyo nombre es Ian Smith, de veintidós, quien tuvo que ser conducido a una cirugía de trasplante de riñón en el hospital central de Londres, con donante vivo, tras intentar controlar la falla mediante tratamiento de diálisis, luego de que sufriera una lesión que le provocara una falla en uno de sus órganos vitales, siendo diagnosticado con una falla renal aguda. Se adjunta su historial clínico — Decía el informe de alta médica que se le otorga a todo paciente cuando ya es posible que parta del hospital. Me limité a seguir las instrucciones médicas que me habían indicado los doctores luego de la cirugía que al parecer había tardado cuatro horas. Estaba sentado a la sombra del toldo verde oscuro de la cafetería donde él y yo habíamos tenido nuestra primera cita, contemplando la carretera que dividía una calle de la otra, mientras el tibio sol del día londinense me daba a un lado de mi rostro. A él le hubiese encantado ver como mis ojos se aclaraban con aquella luz natural. Frente a mí el camarero había depositado, con una eficacia típicamente británica, un pequeño plato con una taza de café recién hecho, podía ver el vapor que despedía de su interior. En la calle, a unos cien metros, un motociclista se detuvo frente al semáforo, junto a una chica a quien se le habían caído un par de cajas que esta llevaba y entablaron una conversación. El llevaba una mochila azul de la que sobresalían unas flores rojas que parecían ser rosas. En el aire, taciturno y pesado, se podían sentir los aromas del café y la bollería, con un toque acre de los cigarrillos de alguna persona que estaba fumando por ahí cerca.

Recuerdo muy bien el día en el que nos conocimos. Era un 3 de junio, 2008. Yo estaba un poco cansado de las obligaciones que acarrean el estudiar en una universidad como en la que estábamos nosotros y en realidad no deseaba asistir a ese partido, pero la insistencia de mis amigos me hizo cambiar de opinión y decidí acompañarlos, sin saber que allí me iba a encontrar con el chico que alegraría mis días desde entonces. Había solo una chica durante todo el partido, Becca, sin embargo era buena jugando al fútbol, supongo que aún lo es. Yo amo jugar, me emocionaba demasiado con el gol, aunque en aquel partido vi pocos. Yo jugué de mediocampista. Siempre estaba corriendo, jamás sentía cansancio alguno. A pesar del resultado, el equipo siempre confiaba en mí — ¡Estuviste increíble! — Exclamaron tras regresar al banco. El partido había terminado y cada grupo se reunió, mientras yo me quede mirándolo desde donde me encontraba. Quería acercarme, pero no me sentía con valor. Al final logramos hablar. Me encanto ese primer contacto, un apretón de manos que aunque formal, era el inicio de algo muy bello. Fue tan extraño ver cómo nos íbamos convirtiendo en una pareja casi "ideal", ya que en mi mente no tenía pensado tener un amor tan bonito después de tantas decepciones, pero en el destino estaba escrito que él y yo debíamos juntar nuestros caminos. Es cierto que hubo algunas cosas que mancharon un poco el proceso, pero no podría permitir que esas cosas arruinen los momentos maravillosos que pase con él, como nuestra primera cita, nuestro primer beso, la primera vez que estuvimos juntos sobre una sábana de flores, fue algo muy apasionado, aunque la vez que hicimos el amor de camino a Aylesbury en aquella tienda de acampar también fue divertido, o cuando bailamos bajo la lluvia junto a aquel lago. Dos chicos homosexuales que se amaban con tanta pasión. Pudimos haber sentido temor, en un mundo donde aún existen personas que ven aquello como un pecado que debe ser castigado con el "infierno", donde aún existe la discriminación y el odio, donde piensan que es una elección que puede cambiar si "Así nosotros lo queremos" siendo curados de esa "enfermedad" llamada homosexualidad. Que somos tentados por lo prohibido, que no somos "normales" son cosas que, a pesar de la época en la que nos encontramos, aún hay personas que piensan de esa manera. Pero pienso que todo aquello es producto del fanatismo y la deshumanización. "Que os améis los unos a los otros; como yo os he amado" Juan 13: 34 Jamás he visto que allí existan condiciones como: Que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, pero solo si sois heterosexual. No. Sin embargo, me siento tan afortunado, porque jamás tuve que enfrentarme a ese tipo de rechazo y él tampoco. Siempre estuvimos rodeados de comprensión y amor, por parte de nuestros padres y amigos. Pero lamento mucho que algunos hombres y mujeres si deban pasar por todo ese suplicio. Hay que escuchar más a las personas, hay que comprender más a las personas y no significa que seamos personas de mente abierta, solo personas con un corazón abierto. Solo así evitaríamos tanto dolor, porque estoy seguro que Dios ama el espíritu bueno y noble de una persona, sin importar que, porque en él solo hay amor y bondad.

Sin Miedo A NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora