Capitulo 25: Valeria

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Cuando Adam estacionó frente a la casa de Pocho e inclinó la cabeza hacía la ventana que estaba junto a Emma, y ella se percato de su mirada de asombro.

Emma: ¿Pasa algo?

Adam: ¿Esta no es la casa del Pocho Lavezzi?

Emma: No ¿por?- trató de sonar lo más convincente posible pero los nervios la traicionaban

Adam: Porque en el noticioso y en las revistas siempre que hablan de él muestran esta casa y esta dirección

Emma: ¿Estas insinuando que soy hermana de Pocho Lavezzi?

Adam: Yo nunca sugerí que fueras la hermana- dijo con un tono de astucia

Emma: Ehm...-¿era mucho pedir que la tierra la tragara?

Adam: Emma...

Emma: Jurame por lo que más quieras que no se lo vas a contar a nadie, si las chicas de la facultad lo supieran me harían la vida imposible

Adam: Te juro por mi vida que no se lo voy a decir a nadie- prometió enseñándole ambas manos para que viera que no cruzaba los dedos

Emma: Gracias- dijo abrazándolo fuertemente 

Él no tardó en corresponderle el abrazo, no mintió cuando dijo que ya no tenía intenciones de salir con ella. Pero ahora que la tenía tan cerca y podía sentir su perfume, la calidez de su espíritu e inocencia, hizo que sintiera que abrazaba a la persona más pura del mundo. No estaba seguro de que sentía por ella en ese momento, pero si estaba seguro de una cosa, no quería que esa chica se alejara de su vida. 

Elena se separo con cuidado, lo miro con una sonrisa pequeña, besó su mejilla, le dio las gracias por traerla y por guardar el secreto y salió del auto. Adam esperó a que ella entrara a su casa y puso en marcha su Volkswagen, tenía muchas cosas que pensar. Cuando entró a su casa, se sorprendió un poco de ver a la selección en su comedor, ya que usualmente a esa hora solían irse de su casa. Luego recordó que esa noche se juntarían para ver el boxeo, decidió saludarlos uno por uno y sentarse en las piernas de Lio, quien rodeaba la cintura de Emma con los brazos y de vez en cuando le daba pequeños besos en la espalda cuando nadie miraba. Emma no podía evitar ruborizarse un poco y voltear a verlo con una sonrisa dulce. Magui tampoco se quedaba atrás, estaba recostada en las pierna de Gago observándolo fascinada de lo perfecto que él era para ella, mientras el jugaba con su pelo, enroscándolo al rededor de su dedo y besándole por momentos la frente. Cuando hubo un intermedio en la pelea, Emma decidió que ese era el momento para invitarlos a que se quedaran a cenar.

Emma: ¿Se quieren quedar a comer?

Kun: No hace falta, tenemos papas fritas

Emma: Eso no es comida, yo hablo de comida de verdad

Pipita: Recién llegas, descansa un poco, es mucho cocinar para 25 personas

Emma: Pero si a mi me encanta cocinar, dale, no sean ortivas- dijo haciendo un pucherito

Romero: ¿Segura que no te jode?

Emma: Aja- dijo sonriendo y llendó para la cocina

Cuando ella entró a la calidez de la cocina, la voz de Lio llego unos segundos después de que ella hubiera llegado.

Lio: ¿Te puedo ayudar en algo?- dijo apoyándose en la mesa y mirando como ella se colocaba el delantal

Emma: ¿No queres ver la pelea?

Lio: ¿Queres que me vaya?- cuestiono pretendiendo sonar ofendido

Emma: No quiero que estés acá porque te sientas obligado- dijo abrazándolo y besando su nariz

La hermana de Lavezzi (Lio Messi y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora