Capitulo 37: El gran día

1.7K 77 2
                                    

Lio se quedó mirando pensativo el anillo en el pasillo. No sabía porque no le resultaba simpático a Adam, pero ese no era lo que le importaba en ese momento. Lo importante era que había recuperado el anillo y ahora de lo único que debía preocuparse era hacer feliz a Emma durante toda su vida. 

Emma: Amor ¿está todo bien?- preguntó asomando la cabeza desde la puerta

Lio: Perfecto- sonrio para luego marcharse a su habitación

La ansiedad se sentía en cada invitado que estaba esperando en su respectiva silla a la novia, ya que él novio la esperaba en el altar. Junto con una ligera brisa, empezó a sonar la marcha nupcial que anunciaba la llegada de la novia. Todos los allí presentes se pusieron de pie y voltearon para ver a la futura esposa. Apesar de verla hace unos minutos, en ese instante Lio la veía diferente, no sabía como explicarlo pero cada segundo era más hermosa. Por no hablar de su sonrisa que conservaba la inocencia que la destacaba, el brillo de sus ojos que eran similares a los de una niña emocionada, el rubor natural de sus mejillas que había tenido la oportunidad de presenciarlo en diversas ocaciones.

El camino al altar se le hacía eterno, los zapatos empezaban a molestarle, solo quería correr a Lio y que el cura los casara de una buena vez. Los segundos pasaban torturadoramente lentos, lo único que calmaba sus nervios y sus ansias en ese momento era su hermano que la escoltaba a Lio. Puede que no tuviera muchos parientes, pero Pocho valía mucho más que miles de familiares que nunca habían estado para ella. Aunque se equivocaba, Pocho no era su única familia, todos sus amigos y la familia de Lio eran su familia, no estaba sola como había creido siempre. Había ganado lo que había deseado desde los 8 años, una familia.

Y a pesar de que lo estaba precensiando frente a ella, todavía no podía creer que ese momento era real. Ambos hermanos pararon de caminar cuando habían llegado frente al cura, se miraron dulcemente, Emma beso la mejilla de su hermano y él solo sonrio y se dirigió a su asiento.Lio tomo su mano y no la solto durante toda la ceremonia.

Cura: Ahora los novios leeran sus votos- ambos se dieron media vuelta, quedando cara a cara

Emma: Lio -dijo a medida que tomaba ambas manos de el- prometo amarte incondicionalmente por sobre todas las cosas, apoyarte en todos los proyectos que te propongas, estar ahí para vos tanto en la salud como en la enfermedad y no fallarte nunca

Lio: Emma- dijo mirándola a los ojos y hablándo desde el corazón- prometo serte fiel toda la vida, estar siempre junto a vos tanto en los momentos buenos como en los malos, hacerte feliz durante todo el tiempo que estemos casados y sobre todo, prometo nunca olvidar lo importante que sos en mi vida.

Cura: Por el poder que me confiere el cardenal, yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia

Ambos se unieron, sellando su amor en un beso apasionado, no importaban los invitados, en ese momento solo existian ellos dos. Al separarse por falta de aire, fueron concientes de los gritos de alegría que profesaban los allí presentes por la unión oficial de los enamorados.

La ceremonia había transcurrido marvillosamente, luego de que acabo la segunda tanda de baile, todos empezaron a ocupar sus asientos y empezaron a pasar al frente las personas más cercanas de los recien casados para hacer un breve felicitación. Como siempre, no falto un toque de humor en el discurso de Pocho, del Kun y de las amigas de Emma.

Eran las 6:00 de la mañana y Emma todavía quería seguir bailando a pesar de que le dolían los zapatos. Ese era el momento más feliz de toda su vida, no recordaba haberse sentido tan viva nunca. El cielo era negro, la Luna enorme y blanca, las estrellas abundaban en el cielo nocturno, todos a los que amaba estaban junto a ella para festejar su felicidad, no podía pedir nada más.

Concluida la fiesta, Emma y Lio se dirigieron a su casa y Lio la cargo entre sus brazos cuando entraron. Aunque al dar un paso tras la puerta y quedar dentro, ambos subieron a la habitación a cambiarse, ya que debían llegar a tiempo al aeropuerto.

Emma: ¿Entonces Thiago se queda la primera semana con tu mamá y la segunda con Anto?- preguntó mientras llenaba los tramites habituales antes de abordar el avión.

Lio: Si

Emma: Perfecto- sonrió de oreja a oreja

Durante todo el viaje de avión de Buenos Aires a Venecia, ninguno de los dos había habalado debido a que el cansancio de la fiesta empezaba a hacer efecto. Al despertar, los rayos de luz que traspasaban la ventana, les avisaban que ya habían llegado a la bella Italia. 

Emma: Lio- le susurro mientras sacudía dulcemente su brazo que estaba entrelazado con el suyo

Lio: ¿Mh?- preguntó mientras abría lentamente los ojos para que la luz no le afectara de repente

Emma: Llegamos- apesar de que su voz era suave y bajita, denotaba felicidad

Lio no le dijo nada, solo le sonrió y beso sus labios.

Cuando llegaron al aeropuerto y salieron de allí, Lio tomo su mano y la encaminó a unos barrios bastante pintorescos.

Emma: ¿A dónde vamos? ¿no nos va a llevar un taxi?- Lio solo le dirigió una sonrisa complice

Cuando Lio paró de caminar, llegaron a un muelle lleno de botes bastante bonitos, pero si algo destacaba, era una enorme y lujosa lancha. Lio solo le hizo un ademán para que Emma entrara a la lancha.

Emma: ¿En serio?- preguntó sorprendida, Lio asintió con una sonrisa- ¿Sabes conducir estas cosas?

Pero no necesito una respuesta verbal en cuanto Lio puso en marcha la lancha. Evidentemente nunca iba a dejar de sorprenderla. Mientras cerraba los ojos y se dejaba acariciar por la brisa y la cálida luz del Sol, Emma apoyaba los dedos ligeremente en el agua fría que paseaba libremente por su piel. 

La lancha había terminado su recorrido frente a una pequeña pero lujosa isla. Abundaban las flores y los árboles exóticos. Por no hablar de unas escaleras de madera finamente talladas, que conducían a una gran cabaña. Lio tomo la mano de ella, se miraron, se sonrieron y juntos subieron las escaleras. Al adentrarse en esa lujosa cabaña, Emma lo miró y le sonrió.

Emma: ¿Esto es solo para nosotros?

Lio: Lo mejor para mi princesa- le dijo mientras la tomaba de la cintura y la besaba apasionadamente

Emma le correspondió el gesto uniendo su boca con la suya y enroscándo sus brazos al rededor del cuello de él. Entre besos y caricias, ambos acabaron recostados en una plácida cama. Poco a poco sus ropas fueron desaciéndose, quedando ambos expuestos vulnerablemente al amor. 

La hermana de Lavezzi (Lio Messi y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora