Capítulo 4

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Narra Harry:

Este chico estaba siendo duro de derrotar. Estaba siendo una pelea amistosa, pero aún así me moría de ganas por tumbarlo. Él me dio un puñetazo en el costado y me estremecí de dolor ya que justo esa misma mañana había estado metido en otra pelea, no tan amistosa, de la que esa chica me salvó. Uhm Clary, esa pequeña acosadora que llevaba enamorada de mí dos años. Mi táctica consistía en ignorarla, algún día se cansaría de que no le echara cuenta.

Ella es linda, pero era la típica niñita rica a la que yo, no me acerco.  Aunque al menos está buena, pero es una cosa que podría saber con exactitud si no llevara esa ropa que cubre todo, todo el maldito tiempo. De todas formas, no es que yo me vaya a interesar en ella ni nada por el estilo.

O por lo menos eso pensaba hasta que la vi esta mañana. Totalmente diferente, casi tanto, que me costó reconocerla. Ya no llevaba esas faldas sino unos pitillos negros rasgados por la rodilla y una camiseta descubriendo su espalda. Y oh, ¿cambió también de personalidad? No todo el mundo se metería en una pelea entre dos chicos que están a punto de matarse.

Recuerdo una vez, el curso pasado. Ella estaba sentada en las gradas del campo de fútbol con esa chica que está tan buena a su lado, ni idea de cómo se llama pero estoy seguro de que voy con ella a matemáticas. Clary estaba en los escalones de abajo, y Max que estaba sentado en un sitio a mi lado tiró una lata vacía desde nuestro sitio, y le golpeó en la cabeza accidentalmente. Desde nuestro sitio vi como ella se estremecía y hacia una mueca por el dolor. Se le veía tan inocente y pequeña que me dieron ganas de propinarle un puñetazo a Max e ir a pedir disculpas en su lugar. Pero no había forma de que yo fuera a disculparme ante esa niñita. Y mucho menos si no era mi culpa. Pero aún así me comió la culpabilidad y obligué al estúpido de mi amigo a pedir perdón.

Esta pelea estaba durando mucho. Estaba demasiado cansado, llevaba veinte minutos boxeando y este chico no se rendía, seguía luchando conmigo, pero pareció ver a alguien esperándolo fuera del ring y dijo “Perdón tío, mi hermana está ahí. Espero acabar esto, hasta mañana!” me dio un abrazo de tíos y se fue.

Narra Clary:

 

Siento como salgo de mi pequeño trance cuando veo a Jake acercándose corriendo hacia mí, con una toalla en el cuello y sonriendo maliciosamente. Oh no, sabía perfectamente lo que me esperaba y no me apetecía nada recibir uno de sus abrazos de oso, los cuáles él exageraba para asegurarse de que yo acabara empapada en su asqueroso sudor.

-¡Eww, apártate!- grito, con la mano en la nariz intentando ignorar el olor. Decido destaparme la nariz y así tener las manos libres para golpear a Jake, pero noto que había sido una idea demasiado mala, el olor mareaba.

Arrugo la nariz haciendo una mueca de asco y parece ayudar porque él me suelta por fin.

-¿Sigues viva?

-No.

Él pone los ojos en blanco y añade –Eres imposible- con una sonrisa en la cara.

Nos encaminamos al aparcamiento y me recuerdo mentalmente otra vez lo de conseguir un coche pronto para no tener que vivir acosta de los autobuses cuando esté en la universidad. Resulta increíble pensar que queda menos de una semana terminar el instituto, voy a echar tantísimo de menos a Triss y a mis padres que todavía no me hago a la idea de tener que dejarlos. El único punto positivo es que no voy tan lejos. Sólo es California, unas horas en coche  y la distancia que nos separará será reducida a metros.

5 DAYSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora