Capítulo 19

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Lo único que la hacía entretenida era escuchar a Harry.

Persona normal: -canta la letra

Harry: -canta la letra

           -canta los coros

           -canta los acordes de la guitarra

           -canta los sonidos de la batería

-Cuando le cuente esto a mi madre se va a decepcionar…Estaba enamorada de ti- musito, refiriéndome al entretenido espectáculo que está dando.

-¿Tu madre está enamorada de mí?- pide divertido. –Suelo causar ese efecto en las mujeres…- sonríe pícaramente. Sujeta el volante con una sola mano y aparta la mirada un segundo de la carretera para echarme un vistazo. Yo ruedo los ojos. –Deja de rodar los ojos, eres insoportable cuando lo haces- me avisa él, y yo los pongo en blanco ahora. –Vale, eso es aún peor. Puedes rodar los ojos.- yo me muero el interior de las mejillas para no sonreír.

-En serio, nadie se resiste a mis encantos. ¿Recuerdas cuando estabas tan enamorada de mi que eras mi pequeña acosadora?-   otra vez me mira, y lo peor es que yo sigo enamorada de él, aunque él no lo sepa. Le ignoro, y guardo silencio. –Oh, claro que lo recuerdas- añade él.

-Qué pena que ya no sea así.- miento.

Harry, repentinamente nervioso, pone las dos manos en el volante.

No obstante, cuando su voz sale, suena igual de segura, y grave, que siempre.

“¿A quién acosas ahora?” lanza, y yo puedo percibir la tensión emanando de su enérgico cuerpo, a centímetros del mío. Su pregunta va con segundas, y no me doy cuenta hasta que no la analizo. Él está, en realidad, preguntando si hay otro chico. Mi corazón se remueve dentro de mi pecho y mi cerebro le susurra: “Celos, celos, celos…”

-Quizás- susurro, para ver la reacción de Harry, para ver cómo le podría afectar un falso ‘sí’ a su última pregunta. Cómo me esperaba, Harry aprieta suavemente el volante una vez más, y su respiración se acelera ligeramente, de una manera que posiblemente, solo yo pueda apreciar.

-¿Cómo se llama?- exige él, y siento como la situación se está poniendo de mi lado. Este es el momento en el que puedo estropear todo, o ganar puntos en nuestro ranking.

-He dicho quizás- declaro. Le echo un vistazo y sigue prestándole interés a las calles que cada vez más, van rodeando nuestro coche, demostrándonos que cada vez estamos más cerca de nuestro destino. –Pero, aún así, no te interesa su nombre. No es como si lo conocieras o….- le engaño, y él gira rápidamente la cabeza para mirarme, con los ojos llenos de interés en mis palabras. Expresan recelo, o angustia. Intenta ocultarlo.

-Así que es verdad que hay otro- acusa. Y vuelve a mirar al horizonte. El sol choca contra las facciones de su cara y hacen que su piel centellee de una manera incómoda, provocando que él parezca caído del cielo, y yo a su lado, salida de la bolsa de basura de una vieja con síndrome de Diógenes.

-¿Acaso importa? Que haya otro, quiero decir.- suelto de repente, expectante por su respuesta.

5 DAYSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora