Clary 2 – Harry 1000
Este no es ni de cerca un rápido beso, este es todo lo contrario de lo permitido.
Intento concentrarme, intento retener cada segundo que pasa para después almacenarlo muy muy dentro de mí, pero nada funciona. Lo único que noto es el peso de sus labios contra los míos, y eso me nubla la vista. No puedo ver, escuchar o pensar en nada que no sea él. Y otra vez se repite el momento en el que nos siento a los dos como un equipo, con nuestras respiraciones mezclándose y las mejillas de color rojo adornando nuestras caras.
En medio de lo que no se puede llamar solo ‘beso’, él busca mi mano y entrelaza cada uno de sus dedos con los míos, sorprendiéndome por la perfecta forma en la que encajan, como si estuviera hecha para el otro. Y nuestros labios siguen un mismo patrón, y ese es exactamente el adecuado. Como cuando tus zancadas encajan con el dibujo que tienen las baldosas del suelo.
El beso se acaba cuando nuestras respiraciones están entrecortadas, pero esta vez no por las emoción, sino por la falta de aire en nuestros pulmones. Y aunque el beso ya se haya cortado, Harry sigue con los labios a dos milímetros de los míos, y repitiendo la misma acción de antes, él hablando mientras nuestros labios se rozan. Esta vez, con una sonrisita, él dice: “Entonces gay, ¿no?”
-No- Y me separo de él. –Buenas noches- añado, quitándome los zapatos mientras un bostezo sale de mi boca y metiéndome en la cama, protegiéndome con la manta. –No hagas ruido al salir-
Él se queda boquiabierto, de pie al lado de mi cama y mirándome con los ojos un poquito más abiertos de lo normal, y por su ceño fruncido puedo adivinar que no sabe que decir.
Aunque no tarda mucho en reaccionar, y por fin dice “Malas noches, que tengas muchas pesadillas”
Cada vez escucho el ruido de sus pasos más cerca y cuando su respiración agita levemente mi pelo, noto como besa mi frente, de una manera tan dulce que parecen otros labios los que me rozan, de una manera tan dulce que nadie podría compararlos con el beso de hace unos minutos. De una manera que me hace dudar si realmente tengo que seguir con el plan…
[…]
“Good morning….good morning….it’s a beautiful day…”Suena la música de mi despertador haciendo que dé un salto en la cama y abra los ojos precipitadamente. Las 7:00 en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos. Ni siquiera sé cuantas horas de sueño he tenido, no sé a qué hora me conseguí dormir o en qué momento exacto se fue Harry. Aunque a juzgar por mis ojeras, no he estado en ese mundo de nubes y ángeles también conocido como sueño, por mucho mas de dos horas. La cabeza me da mil y una vueltas y las nauseas son altamente notables. Así que le doy al botón de ‘posponer alarma 5 minutos’ y cuando me despierto otra vez, esos cinco minutos se han convertido en dos horas… Jueves
Jueves
Cuarto día del plan, un día menos para que se acabe todo esto. Una oportunidad que llega, y una que se va. Aunque podría alargar estos 5 días a 6 si… si resulta que al final consigo ir al baile con él.
