ℂ𝕠𝕕𝕖𝕝𝕚𝕟𝕔𝕦𝕖𝕟𝕥𝕖
Septiembre
Las rodillas de Taehyung cedieron bajo él y se hundió en el suelo frío. La piedra gris era básica e impersonal, demasiado impersonal, sólo incluía el nombre y dos fechas. Un viejo ramo de flores estaba sobre aquella piedra. Las rosas rojas se derrumbaron y se congelaron con el aire frío.
—Siento no estar aquí tan seguido —susurró, luchando para pronunciar las palabras—Simplemente no pude... no pude. Lo siento, Jungkook. —Él tocó una de las rosas y observó las coronas tiradas en el suelo. Tomó una profunda bocanada de aire— Sinceramente, no sé qué hacer — dijo, sacudiendo la cabeza—. No creo que sepas lo mucho que significas... significabas... para mí. Y eso me mata. —Apretó los labios mientras su mandíbula empezó a temblar incontrolablemente y aspiró profundamente por la nariz — Es como si nunca hubieras existido, no me queda nada de ti. No puedo creer que la última vez que te vi fue hace dos semanas y ahora estás... estás en ninguna parte. Nunca te olvidaré, te lo prometo. Aún me tienes, tú... tú siempre me tendrás, ¿de acuerdo?— Taehyung tuvo que marcharse ahora antes de que comenzara a sollozar y ya no pueda aguantar más y muera aquí en el frío. Pero en un segundo pensamiento, quizá sería lo mejor. Se levantó tembloroso y pasó los dedos por el nombre de Jungkook sobre la fría piedra. Miró el nombre, y sus ojos ardían. Casi lo dijo entonces, las palabras que habían quemado y desgarrado sus entrañas durante meses. Incluso abrió la boca para pronunciar la primera sílaba, pero no salió ningún sonido, era demasiado tarde, las palabras se encontrarían nada más que con el silencio de piedra fría. Así que se detuvo. No había logrado decírselo antes, cuando todavía hubiera importado, cuando se pudo haber hecho una diferencia, por eso no sería justo hacerlo ahora. Lo suplantó susurrando un "adiós" en su lugar.
Los ojos de Taehyung estaban hinchados casi completamente cerrados, con la garganta seca, y su nariz estaba tan llena que no podía respirar y probablemente era lo que le había despertado. Primero se quedó ahí, confundido y sin dejar de llorar, antes de darse cuenta de que había sido un sueño.
—Mierda —maldijo y se secó la cara con la esquina de la sábana, temblando. Miró hacia el reloj que le dijo que era más de media noche, las tres y cuarto para ser exactos, y que también significaba que ahora tenía veintidós años y más de tres horas ya. Lamentablemente, también significaba que sólo faltaban cuatro días para que terminara. No dejó de llorar hasta después de haber vuelto a quedar dormido.
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Jungkook odiaba los cumpleaños, así que no debería ser una sorpresa que verbalmente Taehyung no se lo reconociera. Taehyung no parecía importarle. No quería que se lo recordaran de todas formas, Jungkook sabía. Era tarde en la noche, Taehyung se había mantenido ocupado durante todo el día, y fue sólo media hora antes de que el cumpleaños de Taehyung llegara a su fin cuando él se dirigió hacia Jungkook. Estaban sentados en la cama, apoyados en la pared, mirando distraídamente algunos shows de televisión nocturna sin volumen. Entre ellos en el colchón sus manos se estaban tocando, los dedos de Taehyung superpuestos en los suyos, no apretaba exactamente la mano, pero el toque fue acogido.
—Sabías que... —Taehyung dijo de pronto, en un tono que sugería que había estado pensando en algo por un tiempo ya. Jungkook estaba casi asustado, la habitación había estado en silencio durante tanto tiempo que ni siquiera su murmullo sonó fuerte en sus oídos— ¿Sabías que hace más de un año que nos conocimos?— Jungkook se estremeció un poco ante eso. Habían pasado tantas cosas desde entonces. Algunos buenos, pero no todos, sin duda no todos. Taehyung apoyó la cabeza contra la pared y se volvió hacia él, mirándolo— No se siente como que ha pasado tanto tiempo.
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* 𝕆𝕦𝕥𝕣𝕚𝕘𝕙𝕥 𝔻𝕖𝕔𝕖𝕡𝕥𝕚𝕠𝕟 *
Fanfiction―.....el no sabe nada del 815, declaro con incredulidad. ¿Que persona que estudia para ser policía no sabe nada acerca del prisionero 815?― Adaptación del libro "815" de (broken mirror).