Capítulo 34

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Los rayos del sol entraban por la cortina en el cuarto en donde les había tocado hospedarse, tenía una especie de decoración sencilla, el cuarto pintado de un gris oscuro con diversos adornos y muebles que cubrían las paredes, y las que no, estaban decoradas con cuadros, láminas y fotos de Tyler con sus hermanos.

Joseph en ese momento se encontraba en pijama, ya que le había dicho y estableció al Sergey que solo se dedicarían a dormir y no hacer nada más, ya que solo estaban de huéspedes y sería de mala educación, Sergey accedió aunque de mala gana, pero durmió solo con un bóxer, a pesar de las diversas razones que le dió Joseph de casos hipotéticos de que entraría alguien y lo viera en Bóxer, a Sergey no le interesó y se durmió de todos modos.

El asistente se dedicó a observar a su jefe quien dormía con una cara de serenidad y tranquilidad a pesar de los rayos de sol que entraban por la ventana y Joseph sabía que en algún momento se levantaría, Sergey Inavov uno de los hombres más ricos que conocía, tenía que mantener una figura saludable y perfecta, como lobo, el simple hecho de correr te concedía un buen cuerpo, pero Sergey todos los días hacía dos horas en el gimnasio, tenía una dieta estricta y además era muy perseguido por las señoritas.

Cosa que a Sergey le era indiferente, según para él Joseph era suficiente, cosa que cada vez que se acordaba se sonrojaba y se emocionaba, pero nadie sabía de la vida que llevaban ellos dos, los único que lo sabían era Sergey y él, cosa que no le gustaba pero que le asustaba, hasta que anoche le dijo a su medio hermano, Stefan, la relación que tenía con Sergey abarcaba más que lo laboral.

Sergey siempre dormía en el lado izquierdo de la cama, Joseph se colocó en cuclillas y se acercó más para admirar más de cerca al hombre que cada vez que lo veía le robaba el aliento, observó que contaba con unas largas y rizadas pestañas que parecían como las de una muñeca de porcelana, sus ojos eran verdes, que cada vez que hacían algo subido de tono, sus pupilas se dilataban haciéndolos oscuros.

Sergey tomó con sus brazos a Joseph con tanta facilidad como si se trataran de  una almohada, haciendo que Joseph se espantara y soltara un gritó el cual Sergey le colocó la mano en la boca para taparlo.

-Buenos días.-Sergey sonrió encima de el cuerpo de Joseph, el cual había acomodado abajo.

-Hola, Sergey.- Inavov comenzó a besar el cuello de Joseph haciendo que suspirara paulatinamente.- Para de.- Joseph soltó un gemido-. Hacer eso.

-No lo creo-. le respondió Sergey mientras bajaba sus labios hacia el pecho de Joseph.- Llevamos más de cuatro días sin hacerlo.

-No,no,no,no.- dijo Joseph mientras sentía una erección creciente por parte de Sergey-. -Le dije que aquí no lo haríamos. 

-Esta bien-. Sergey se levantó del cuerpo de Joseph y se dirigió hacia las maletas.- iré a darme una ducha.

-No puede salir en ese estado en el que está.- Joseph desvió un momento sus ojos a la erección que tenía Sergey pero regresó los ojos de su jefe porque sabía que si seguía así, no saldría de la habitación.- Yo iré

-Esta bien.- Sergey le regaló un pequeño beso en los labios y le dió una de las toallas que habían metido en las maletas que habían hecho de manera apresurada.- Se que no me gusta verme en este estado, pero no puedo evitarlo.

-Lo que usted diga señor.- Joseph iba a girar el picaporte de la habitación en donde se estaban hospedando para ir a ducharse pero Sergey lo abrazó.- ¿Qué sucede señor?

-En la semana que iremos a Miami.- Sergey habló en el oído de Joseph haciendo que recorrieran sus terminaciones nerviosas.- No te voy a dejar en todo el día.

-Me prepararé mentalmente.- Joseph abrió la puerta y se volteó mirándolo directamente-. Y físicamente en ese caso.

-Eso espero.

Joseph cerró la puerta e inmediatamente buscó la puerta del baño, y se metió a dar una ducha, esperó a que el agua se calentara a la temperatura perfecta para que no tuviera frío, cerró las ventanas junto con las cortinas antes de  entrar a darse la ducha y se dedicó a observar el baño que tenía mosaicos alrededor del espejo.

Entró a la ducha con una temperatura buena que hizo que no le diera frió al quitarse la ropa, se dedicó a limpiarse y emocionarse por el viaje a Miami, en el que pensó que tendrían que usar ropa algo suelta y calurosa, no como lo que estaba acostumbrado a usar, tendria que siempre traer una botella de agua para el señor Sergey, sino le daría una insolación, se enojaría que, querría regresar a Rusia lo antes posible, y Joseph era lo que menos quería, no después de lo que Sergey le había propuesto.

Escuchó movimiento en la planta baja, un movimiento, posiblemente estaban desayunando o estaban viendo que iban a desayunar, cualquiera de las dos opciones, salió de la ducha una vez que el agua ya estaba a temperatura ambiente, y salió del baño en toalla, para dirigirse a la habitación que compartía con Sergey.

Entró y observó a Sergey desempacando un poco de mudas de ropa que traían, y observó que sacó un poco de ropa para él y para Joseph, Sergey se percató que Joseph había entrado y que estaba con solo una toalla.

-Sal, por favor.- Sergey observó a Joseph hablar mientras miraba que tenía el pelo húmedo y las gotas de agua se deslizaba por todo su abdomen.- Me tengo que cambiar.

-Esta bien.- Sergey salió de la habitación pero antes de salir Sergey susurró.- pero ya te he visto desnudo, guapo.

Joseph le cerró la puerta en la cara a Sergey quien se estaba riendo por la actitud de Joseph, pero se le quitó la risa cuando recordó que estaba en bóxer así que sólo se sentó a un lado de la puerta, Samantha pasó a ver como estaban y se encontró con  Sergey sentado a un lado de la puerta.

-Pero, ¿Qué tenemos aquí?.- Samantha mostró un asombro fingido.- ¿Por qué estás en ropa interior?

-Joseph se está cambiando.

-Eso no explica por que estás en ropa interior.- Sergey frunció los labios ante Samantha y ella soltó una carcajada.

-Así es como duermo.- Sergey levantó los hombros, despreocupado.- Así me siento más cómodo.

Samantha le revolvió el pelo a Sergey, quien no hizo nada más que darle igual, después ella se fue y Sergey siguió esperando a que Joseph terminara de cambiarse para poder pasar por su toalla, estaba pensando en lo que le dijo Samantha: Tómalo como unas vacaciones, lo haría.

 Desde la muerte de Elena, no se había dado la oportunidad de amar a alguien plenamente, pero recuerda que en una ocasión fue a terminar un trabajo de la junta y el camino más corto era un callejón en donde encontró a Joseph hecho un ovillo.Recuerda haberlo despertado, y por una acción venida de la nada, le invitó comida y después a vivir con él, fue la mejor decisión de su vida .

En eso Joseph le lanzó una toalla a la cabeza, y en cuanto se la quitó vio a Joseph que llevaba unos jeans oscuros con unas botas también oscuras, una camisa oscura holgada y una chamarra de mezclilla, se veía como un modelo.

-Wow.- Sergey se quedó anonadado.- Que buena combinación, te ves muy bien.

-Ya sé.- Joseph hizo un seña de obviedad mientras guiñaba un ojo.- Espero que te vistas igual de bien.

Joseph bajó por las escaleras, vio a Anne y Samantha besándose de manera intensa contra unas de las mesas que había en la segunda planta en donde posiblemente estaban las habitaciones de ambas , así que Joseph trató de regresar a donde estaba, sin mucho éxito ya que se resbaló, alertando a las dos mujeres que lo observaron, avergonzadas, pero Joseph salió corriendo hacia la habitación en donde se encerró y observó todo el desastre que había dejado Sergey.

EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora