Capítulo 71

664 63 1
                                    

Elizabeth Evans estaba sentía como sus sentidos y el control de su cuerpo se desvanecía de ella, observó a Leona Lewis quien su cuerpo estaba en el suelo, y como un brujo que estaba del lado de Samantha le tocaba con su dedo la frente, posiblemente llevándolo a algún lugar mágico.

Jaime Royal acababa de entrar a la bóveda de conocimientos de Leona Lewis, cuya alma estaba encerrada en una de las treinta flechas que lanzó, flechas que refinó especialmente para ella, que le habían consumido un litro de sangre, se sentía débil, pero no lo suficiente para desmayarse, tenía que tomar los conocimientos de Leona.

La bóveda de cada brujo era de la forma que el brujo desease, en este caso la de Leona era una gran librería, una digna de una bruja poderosa y sabia, eran muchos libros con muchos conjuros, en cuanto Jaime quiso tomar uno, a su lado un viejecito apareció , era un brujo con una gran toga negra con franjas plateadas en la espalda, quien le preguntó:

-¿Quién eres joven?.- Jaime solo podía mirarle el bigote y la boca al viejito quien tenía una capucha perteneciente a la toga que le tapaba los ojos.- ¿Cómo lograste acceder aquí?

-Soy Jaime Royal, y vengo por los conocimientos de Leona Lewis a quien logré vencer en batalla.- El viejecito solo movía la cabeza entendiendo que su propietaria había muerto y pasaría a manos del joven que estaba delante suyo.- Y le pido que si me puede conceder los conocimientos que en esta bóveda se encierran.

-Esta bien.- El viejo con toga suspiró mientras revelaba su cara ante el extraño, Jaime observó que el viejo tiene la cara tatuada en los pómulo, frente y nariz, formando un antifaz.- Dame tu mano y te brindaré todo lo que alberga en este lugar.

Jaime le tendió la mano al viejo con antifaz de mapache, y el conocimiento fue adquirido por Jaime Royal, quien comenzó a sentir un dolor de cabeza más intenso que le de la otra vez, mucho más intenso, posiblemente era por la cantidad de hechizos y encantamientos que estaba recibiendo en ese momento por parte de la bóveda de Leona Lewis, pero en esta ocasión no había nadie quien lo curara, así que decidió centrar sus pensamientos en otra cosa.

Jaime regresó a el campo de batalla, en donde había un silencio, pero que fue interrumpido por los constantes gritos que Elizabeth Evans daba, Jaime se acercó, poniendo su mano en la sien para poder regular un poco el dolor que estaba sintiendo en ese momento.

Elizabeth Evans gritaba por la ya notoria falta de control que le quedaba en su cuerpo, Jaime pensó que quizás Samantha le estaría haciendo algo en señal de venganza, pero parecía que no era eso.

-Te perdono.- Dijo Samantha mientras se alejaba un poco de una gritona Elizabeth.- Espero que encuentres consuelo para descansar en paz.

-¡No puedo morir!.- Vociferaba Elizabeth, cosa que entendió Jaime una vez que se acercó lo suficiente y entendió.- ¡Nadie puede tocar a Bruno!

Jaime entendió, eso quería decir que posiblemente Bruno Evans se encontraba en el ya inexistente, espacio especial de Leona Lewis, seguramente Elizabeth Evans le pidió de favor a Leona para que ella pudiera seguir peleando, pero Leona pensó en que moriría, y con eso su lugar especial desaparecería con todo lo que ella tuviera dentro.

Elizabeth moriría, por que su acompañante desapareció de este mundo gracias a la muerte de Leona, y si el acompañante muere, el dueño también lo hace, en parte la razón por la que Elizabeth tardaba en irse era la maldición que la diosa Luna le había puesto, pero la maldición de los acompañantes también era igual de poderosa.

Samantha observó desde varios metros atrás como el cuerpo de su madre quedaba en el piso, siendo acompañada por los rayos de sol que el alba del día le proporcionaba, su cuerpo comenzó a convertirse en piedra, para después explotar, dejando que las partículas de polvo se elevaran en el aire.

EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora