Terminaron de comprar la ropa que usarían en toda la semana que estarían de vacaciones en Miami, Samantha y Jonathan estaban degustando una de las muestras gratis de helado, decidiendo en comprar o no un helado.
-Me gustó el helado-. Jonathan habló-. Pero creo que sabría mejor con una cubierta de chocolate.
-Esa me parece una excelente idea Jonathan.- Samantha se acercó hacia el mostrador en donde se encontraba uno de los empleados de la heladería.- Voy a querer dos conos cubiertos de helado.
-Claro que sí, serán ocho dólares.- El empleado habló pero no había observado con detenimiento a la clienta que tenía enfrente suya.
-Muchas gracias.- Samantha le entregó un billete de diez dólares al empleado que observaba de manera muy directa a Samantha.
-¿Así que están de vacaciones?- El empleado habló con Samantha aprovechando que no existía una fila de personas pidiendo por helado.
-Así es.- Samantha sonrió al joven quien Samantha sabía a donde se dirigía con esa plática.- Estoy con mi hijo y mi novia de Vacaciones.
Esta última frase dejó al joven mudo y avergonzado por su comportamiento ante la guapa señorita que se había presentado a comprar un helado con el pequeño niño que venía con ella. Samantha se dirigió hacia el vidrio en donde les entregaban los helados, Jonathan se sentó en una de las sillas que parecían acolchonadas, para esperar el helado con cubierta de chocolate.
Samantha sintió como su celular vibró dentro de su bolso que traía, lo desbloqueó y observó que le había legado un mensaje, así que lo abrió, era un mensaje por parte de Noa que decía lo siguiente:
"Sé que mañana irán a la playa, porque hoy los vi comprando un par de cosas a lo lejos, mañana yo también iré, jaja Saludos"
Samantha se rió al ver la auto invitación que hizo Noa al respecto del asunto de ir a la playa, pero pensando bien, Samantha se percató de que no compró un traje de baño.
-Dos conos cubiertos.- Gritó el hombre que les preparó su orden.
-Son míos.- Samantha fue en busca de los dos conos cubiertos que había pedido.- Gracias.
-Vuelva pronto.- Respondió el empleado a pesar de estar sonrojado por la superior presencia de Samantha.
Samantha tomó los dos conos con ambas manos y salió del lugar, Jonathan la siguió corriendo atrás de ella, luego Samantha le entregó el cono de helado en sus manos, y Jonathan comenzó a lamerlo gustoso. Ambos se sentaron en una de las bancas afuera de una tienda de Trajes de baño en donde Joseph les había dicho que se reunirían.
Samantha buscó entre el inventario de cosas que tenía Jonathan, a él si le había comprado un traje de baño, un traje de una pieza para que no se quemara la piel, lo había comprado así, ya que en una ocasión Ezequiel le había comentado que los lobos tenían que cuidar de su piel, para que el pelaje fuera era espeso, no escaso y seco.
En ese caso, tanto el cuerpo de los lobos como de los humanos tenían que ser cuidados en los primeros años de niñez, a pesar de que los lobos crecían más rápido de lo normal, y muchas veces eran confundidos en el mundo humano como niños que parecían más grandes de su edad, ese no era el caso de Jonathan.
Jonathan se veía más pequeño de lo que realmente era, eso se debía a su estilo de vida que llevaba antes de conocer a Samantha, por lo que él le había dicho hasta ahora, su progenitora, había sido parte de los protegidos de la junta o parte de ella, después de su degrado y abandono fue a vivir a la calle, quien ahora estaba muerta por los convertidos, había sido capturado por Robert Juls, a ese maldito lo tenía como punto a eliminar desde hace cincuenta años atrás.

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EVANS
FantasyLa diosa luna, creadora de el universo decidió que una de sus más bellas creaciones, los humanos, estaban empezando a descontrolarse y decidió enviar mensajeras capaces de ayudarlos a mejorar, hechiceras buenas. Con el tiempo existieron hechiceras r...