Capítulo 60

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Anne se encontraba encerrada en una jaula de plata, llevaba varias horas despierta tratando de escapar de allí, no sabía quién la había puesto allí, ni siquiera sabía en donde se encontraba, ya que sus sentidos seguían adormilados incluso después de varias horas de haber despertado.

 -¿Qué tenemos aquí?.- Leona Lewis salió después de que Anne estuviera jugando con la jaula mientras perdía energías con la jaula.- Una cachorra perdida.

-¿Qué es lo que quieren conmigo?.- Leona sintió la presencia de una loba muy enojada que casi le mostraba sus colmillos.

-Tu no eres el mi objetivo pequeña.- Leona tomaba una silla que estaba cercana a donde estaba la jaula.- Eres parte de llegar para al mío.

-¿Tu objetivo?.- Anne pensaba en donde había sentido su esencia que no se le hacía desconocida para nada.- ¿Existen más objetivos?

-Así es.- Leona observó un pequeño destello que salí de los ojos verdes de la loba que tenía enfrente suya.- Las cosas se pondrán feas y más te vale colaborar con nosotros.

-¿Y qué quieres que haga?.- Anne solo levantó sus brazos, tenía que recuperar un poco de fuerzas que había perdido por tratar de salir de la jaula.

-No pensé que accederías tan rápido.- Leona Lewis soltó una carcajada.- Posiblemente tu novia se ha dado cuenta que  ya no estás en su hacienda, eso ocasionará una guerra colosal.

-¿Ese es tu objetivo, Samantha?.- Anne preguntó atando los cabos y observando las reacciones fisiológicas de Leona.

-Ella no es mi objetivo.- Anne se relajó un momento al escuchar que Leona no la tenía en la mira pero observó que volvió a hablar.- Pero el de uno de mis colegas lo es.

Anne se sentó en la parte delantera de la jaula que era lo suficientemente grande para levantarse y poder caminar un poco, y pensó en lo que había pasado en Miami había sido posiblemente obra de las personas que la tenían encerrada.

Leona se levantó de la silla y salió de la habitación de donde estaba la jaula que contenía a Anne, y entró una mujer que tenía una presencia similar a Samantha y la luz reflejó su rostro.

Era literalmente la versión de como sería Samantha si hubiera sido maldecida veinte años después de cuando fue, era la mujer que provocó un silencio en todos los Evans con una simple foto suya, la vez que Joseph y Sergey llegaron de emergencia a Vancouver.

"Posiblemente estoy en Australia, ya que Sam jamás mencionó que su madre se hubieran movido de sitio"

-Eres bonita.- Elizabeth Evans se acercó un poco más de lo que había hecho Leona Lewis.- Pero me recuerdas a alguien que detesto mucho.

-Qué triste.- Comentó Anne de forma un poco sarcástica.- ¿Le recuerdo a alguien?

-No importa si quieres tratar de hacerme enojar.- Elizabeth le respondió al ver la sonrisa de lado que tenía Anne.- Tu eres el blanco perfecto para mi objetivo.

-¿Samantha?.- Preguntó Anne a lo que le parecía un poco obvio pero quiso reafirmarlo.- ¿Es ella tu objetivo?

Elizabeth no dijo nada y solo le sonrió a Anne indicándole , la razón de esa sonrisa, eso quería decir que ella era la forma para llegar a Samantha, Elizabeth tomó la silla que anteriormente había tomado Leona y se sentó en ella.

-Estamos en Londres niña, en unas pocas horas las cosas comenzaran a ponerse feas.- Anne se quedó sorprendida y no creyó a que Samantha no pudiera sentir la presencia de su madre.- Te recomiendo que guardes fuerzas, las necesitarás para poder salir de aquí.

EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora