Habían pasado dos días ya desde que todos regresaron a Vancouver, la mayoría de gente que solía visitar con frecuencia la cafetería Royal, le había dado el pésame a Jaime quien se encontraba tranquilo, había hecho lo que su abuela le había pedido a Anne que hiciera, enterrarla en el patio trasero de la cafetería con un cedro rojo acompañándola.
Jaime en ese momento se encontraba en la cocina de su casa, ya habían pasados unos cuantos minutos de medio día, se estaba tomando unos días de la cafetería Royal, él no trabajaría, lo harían los gemelos Evans quienes eran trabajadores de tiempo completo, y esos dos días que los había dejado totalmente solos, se las habían apañado bien.
Jaime estaba comiendo un caldo de pollo que Anne le había comprado, era un caldo delicioso, eso se tenía que reconocer, Jaime sabía hacer comida por sí solo, pero quien siempre preparaba mejores cosas que él, era su abuela Margaret.
Jaime sentía que la figura de su abuela seguía allí, si alguien le hubiese dicho años atrás que le pasó a su abuela, él se reiría de forma escandalosa, para después preguntarle que era lo que pasaba por su cabeza, que su abuela Margaret era una señora muy resistente.
Él se terminó el caldo de pollo después de unos minutos, y se dirigió a lavar los platos en donde había comido, ya que odiaba tener platos acumulados en el lavabo, le daba flojera y enojo lavar trastes después, cosa que perfectamente podía hacer en ese momento.
De la nada, varios portales se abrieron en la cocina de Jaime, él se espantó y tocó todos los cubiertos, que se elevaron con un aura morada, Jaime observó que lo habían agarrado solo, fuera quien fuera el que hubiese abierto esos portales en su cocina.
Eran 6 portales en total, cada portal de un distinto color que el otro, de estos salieron varios ancianos, cada quien con un niño de aproximadamente siete u ocho años, ese era el rango de edad que parecían tener los seis niños.
-Buenas tardes.- Dijo uno de los ancianos que retiró su capucha para hablar, quien tenía una tez morena, con unas franjas negras en la frente y pómulos.- Soy el líder de la tribu africana de magos, mucho gusto en conocerte Joven Royal.
-Mucho gusto.- Jaime decidió solo asentir la cabeza, todavía no sabía las intenciones con la que venía ese grupo de personas.- ¿A qué se debe el motivo de su visita?
-Venimos en son de paz.- Otro brujo descubrió su rostro con la capucha que traía, este tenía diferentes tatuajes en el rostro, una pequeña flor en el lado izquierdo de la frente.- Venimos a entregar regalos como reconocimiento de que eres el Brujo supremo.
-¿Soy el brujo supremo?.- Jaime hizo que los cuchillos encantados dirigieran sus puntas hacia abajo mientras se quedaba pensando en lo que le acababa de decir el hombre con la rosa tatuada.
-Tu fuiste quien derrotó a Leona Lewis, quien derrotó a los representantes de cada tribu en el mundo.- Otro brujo se quitó una capucha roja y éste tenía una cruz en el mentón .- Durante dos milenios el ritual para tomar el puesto era, que una vez que el brujo supremo moría, cada tribu seleccionaba un representante y éste peleaba, el ganador era recompensado por las demás tribus y la tribu del brujo era la más importante durante el mandato de éste.
-¿Y por qué en este año no se realizó ese ritual?.- Preguntó extrañado Jaime mientras veía como los líderes se quitaban las capas, realmente parecía que esos ancianos les gustaba mantener el suspenso con capas que cubren sus rostros.
-Leona mató a cada unos de los brujos que podrían servir como representantes de la pelea.- Jaime observó por fin que todos los líderes tenían las caras tatuadas, pero eran diferentes, debían de tener algún significado.- Pero tú la lograste derrotar por eso te serviremos.
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EVANS
FantasiaLa diosa luna, creadora de el universo decidió que una de sus más bellas creaciones, los humanos, estaban empezando a descontrolarse y decidió enviar mensajeras capaces de ayudarlos a mejorar, hechiceras buenas. Con el tiempo existieron hechiceras r...