Capitulo 29:¡Levanten sus malditos traseros!

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Nunca, en mis dieciocho años me había imaginado que estaría con mi hermano mayor pensando en cuando iríamos a visitar a mi madre, aquella que cuando solo era un recién nacida me abandonó en brazos de mi padre y en la habitación de hospital en la que nací y en la cual mi hermano dormía.

Pero como se suele decir el futuro es incierto y para nada concreto, cualquier acción que realices en el presente distorsiona tu futuro, el efecto mariposa.

Quizás si Mia y Robert no hubiesen decido tener una hija más y que está fuese yo no habría conocido a Cam, a Cristopher y especialmente no habría reencontrado con mi otra mitad, el chico que fue el primero en romper mi corazón, mi hermano, al que pese al cual no sabía si perdonar amo como a nadie y por el que sería capaz de matar.

Algo de lo que aprendí en todos estos años es en que la familia es loas importante que puedes llegar a tener en la vida, no solo la de sangre sino también aquella que tú mismo elijes, y yo, sinceramente sería capaz de buscarme una ruina con tal de proteger a aquellos a los que amo.

Hasta ahora no me he parado a pensar en que a partir del día que leí la carta de mi padre a través de la que descubrí lo ocurrido realmente con mi madre ella paso a ser de nuevo alguien importante para mí.

Nunca creí que llegaría a perdonarla, pero después de todo, todas las personas merecen una segunda oportunidad.

Y madre solo hay una.

                         
                                 ***

Difícilmente intento introducir mi mano en el bolsillo delantero y derecho de mi pantalón para sacar mis llaves.

Quien me mandaría a ir sola de compras cuando el supermercado está tan lejos y yo no soy para nada deportistas y por si fuera poco traigo la comida suficiente como para alimentar a un zoo.

Entre Emily y yo comemos bastante porque lo admito adoramos comer, pero si a eso le sumamos a los simios de los gemelos, digamos que nuestra comida no dura mucho en casa.

Al fin consigo sacar las llaves y por suerte estoy cerca del piso.

A lo lejos visualizo una figura que no tardó demasiado en descifrar.

-¿Que haces aquí?—le pregunto mientras abro puerta del portal.

-Vine a hacerte una visita, pero nadie me abría por lo que supuse que no estabas, y los demás tampoco—explica Cristopher a la vez que me ayuda cogiendo algunas de las bolsas de la miles que llevaba.

-Estaba comprando y los demás a saber lo que hacen, cuando me fui los gemelos estaban en el departamento—digo frunciendo el ceño, es cierto que Emily si se marchó cuando yo lo hice pero que yo sepa los gemelos se quedaron en casa y no tenían pensando ir a ningún sitio.

Entramos al apartamento el cual ya está prácticamente vacío y que dentro de unos días no nos pertenecerá.

-Puedes dejar las bolsas en la cocina—le indico a Cristopher luego de soltar las mías y quitándome mis zapatos para ir descalza por casa.

Siempre he amado ir por casa de esa forma, es mas, creo que nunca he usado unas pantuflas.

Con pasos lentos y con los de Cristopher prácticamente pisandolos me encaminó a la habitación de los chicos.

Toco en esta pero no recibo respuesta por su parte lo cual me confunde aún más.

Ya que la paciencia no es una de mis virtudes no tardó demasiado en abrir la puerta encontrando tras esta a los chicos sentados en el suelo frente al televisor, con unos auriculares y jugando un videojuego.

Tiene que ser una maldita broma.

Camino lo más rápido posible en su dirección y les quitó los auriculares a la vez.

Giran su cabeza velozmente y podría jurar que al verme tragaron saliva e incluso su tono de piel se volvió más blanquecino.

Los voy a matar.

-¡Esto es aquello tan importante que tenían que hacer y por lo que no podían acompañarme al supermercado!—les grito como si me tratase de una madre riñendo a sus hijos.

-Si...—dijeron ambos.

-En realidad no te mentimos, es una partida muy importante—explica Mark para que no me enfade.

-Oh, bueno en ese caso no importa—digo con una falsa sonrisa.

-¿Enserio?—preguntan ambos mirándose como diciendo *muy bien hecho hermano*.

-¡Pues claro que no! ¡Levantad ahora mismo vuestro enorme trasero del suelo y colocar toda la compra!—les ordenó a lo que ellos no tardan mucho en hacer caso.

Cristopher me mira con una sonrisa burlona.

-¿Que pasa?—le pregunto confusa.

-Has sonado como mi madre—dice soltando unas carcajadas.

-A mi no me hace gracia, no has sido tú el que ha tenido que caminar no se cuantos kilómetros—digo dejándome caer en la cama.

-La próxima vez llámame y te llevo yo—dice sentándose junto a mi.

Le sonrío y cuando estoy por perderme en sus ojos como una tonta algo aparece en mi mente como un destello.

-¿Porque querías verme?—le pregunto pillándolo por sorpresa.

-No se, simplemente me apetecía—responde encogiéndose levemente de hombros—¿O ahora necesito una razón por la que venir a ver a la chica que me gusta?—dice acercándose a mí.

Mi corazón se acelera y podría jurar que el sería capaz de escucharlo.

La chica que me gusta.

-¿Te comió la lengua el gato nena?—dice con una sonrisa picara.

-¿La chica que te gusta?—pregunto aún sin poder creer lo que mis oídos han escuchado.

-Exactamente, me gustas Brooke, mucho.

No sé si os habrá pasado pero al oírle mi mundo se paralizó, es como si el tiempo se parara y las agujas del reloj que aún colgada de la pared de la habitación dejaran de sonar.

Y no puedo evitar dejar que salga de mi la frase que tanto tiempo he querido decir pero no hice por miedo

-Tambien me gustas Cristopher, más de lo que puedes llegar a imaginar.

Y finalmente junto sus labios con los mios.

-----------------------------------------------------------Hooola!!!

¿Que os ha parecido el capítulo?

Ya era hora de que estos chicos se declararán, ¿No creen?

Nos leemos muy pronto.

Muuuchos besooss ♥️

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