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Acercó mi silla y después él tomó la silla de la cabecera. Inmediatamente que los dos estuvimos sentados, Claris y Elizabeth aparecieron por una pequeña puerta supongo que conectada a la cocina con dos carritos de servicio con nuestros platos sobre ellos.

—Sé que tienes curiosidad –dije mientras se nos servían los cubiertos y la comida –sobre todo de la persona que estará trabajando sobre la historia de tu familia –las dos chicas se fueron y cerraron esa pequeña puerta detrás de ellas

Esperaba una respuesta rápida de parte de Jungkook, pero en cuanto ellas se fueron, un silencio algo incómodo inundo el comedor.

—... Sé que están en buenas manos, pero –sonrió –te tomaré la palabra y me daré a la libertad de preguntar

—Adelante

—¿Eres de la ciudad?

—No, me mude al país para estudiar la Universidad, pensaba regresar a mi ciudad natal, pero encontré trabajo más rápido de lo que hubiera pensado y –hice una mueca con los labios –me quedé

—¿Y tus padres?

—Los dos se mudaron a Holanda, tengo una hermana menor que estudia diseño de modas en Londres –tomé un poco de mi comida y lo dejé en la cuchara –los Monaghan estamos esparcidos por el mundo –me llevé la cuchara a la boca

—¿Por qué decidiste estudiar aquí?

—mmm... aparte de que la Universidad a la que entré me daba muchas facilidades de pago, de que tenían la carrera que quería, siempre –me quedé callada un momento –siempre me he sentido atraída por lugares como estos –jugué un poco con mi comida –siento una rara paz y calidez cuando se tratan de espacio parecidos a estos, sé que suena raro –sonreí un poco nerviosa y le di un trago a mi vaso

Como no escuché nada de su parte, levanté la mirada, esperaba una mueca de burla, o de extrañarse ante mis palabras, pero todo fue diferente cuando él solo me miraba con seriedad, con los labios ligeramente separados como si estuviera a punto de decirme algo.

—¿Pasa algo?

—¿Qué más cosas sientes? –susurró

—¿Ah? –hice una pausa –bueno, siento calidez, paz y... -me quedé callada

—¿Y? –insistió un tanto desesperado

No sabía si era bueno decirlo, algunas personas se toman estos temas a juego o no reales.

—Es que...

—Está bien lo que vayas a decir, no me burlare de ti si eso piensas

—... Como si fuera a encontrar algo, como si algo me estuviera esperando, algo que no terminé

—Hablas... como si se tratara del pasado, algo que se quedó y no algo que va a comenzar

No sé en qué momento, esta cena había tomado un camino tan... diferente.

—No sé cómo explicarlo –los dos nos mirábamos fijamente a los ojos, sin mover nuestras manos o hacer nada más

—Aun así –Jungkook giró su cabeza para regresar a su comida –es interesante como te expresas

—Es solo... como me siento cuando se tratan de estas cosas –volví también a mi comida

—¿Crees que sea algo... de vidas pasadas?

—¿Vidas pasadas?

Los ojos de él no se despegaban de su comida, así que yo fije los míos en la mía.

—Jamás he pensado en eso, aunque, podría ser posible, dudo mucho que sea mi caso –sonreí –pero creo en que existan casos en este mundo, me gustan esos temas, pero siento que soy la última persona a la que le pasarán cosas como esas

—¿Por qué no tú? –me miró

—Bueno, es difícil creer que eres parte de una historia como esas

—A veces las historias extraordinarias están más cerca de nosotros de lo que pensamos

—Suena a que una historia así vive aquí

Hubo un nuevo momento de silencio y una ligera sonrisa de su parte lo que me confirmo que sí había una historia en esta casa, tal vez miles, pero probablemente había una que era importante o especial para él, la primera que se le venía a la mente cuando hablan del pasado. 

Jungkook

—Hace casi 140 años, en esta casa vivió una mujer

Cundo la vi entrar, lo único que quería era correr hasta ella, abrazarla y decirle las miles de ocasiones en que la extrañe, pero Adam volvió a mis recuerdos, no podía arruinarlo, no ahora, no después de tanto tiempo. La única opción que veía útil para acelerar las cosas era contarle momentos del pasado para refrescar sus recuerdos, o eso esperaba que pasara.

—Esa mujer... era dueña de esta casa, su nombre –hace tiempo no decía su nombre, su memoria vivía en mí, pero su nombre muy pocas veces salía de mis labios, decirlo era doloroso –se llamaba Jeon Hana... era una mujer lista, hermosa, amable, tenía un corazón hermoso y cálido –sonreí –ella y un joven sirviente se enamoraron, pero Hana ya estaba comprometida con un poderoso hombre y cuando él se enteró de ellos –sentí el nudo de rabia en la garganta, mi mandíbula se tensó un poco, pero después de tragar saliva, continué -... la asesino 

     —¿Qué pasó con el joven y con ese hombre?

—No hubo pruebas suficientes para culparlo y quedo libre mientras el joven... cambió su nombre, tuvo una esposa, pero él siempre amó a la misma mujer –miré a Sunhee, su mirada era triste, tenía el ceño fruncido y los labios ligeramente encorvados hacia abajo –siempre amó a Hana

—Eso es... tan trágico, pero tan romántico

—Esta casa, era preciada para ella, así que, como una tradición, los desentiendes de los Jeon, la hemos cuidado desde el primer día en que tomamos el control, hasta el ultimo

—Ella... ¿Murió en esta casa?

—Sí

—Y... -movió sus dedos nerviosa, pero esperé pacientemente lo que tenía que decir -¿Su fantasma... o el de alguien más...?

—¿A qué se refiere? –no pude evitar sonreír un poco ente su bizarra pregunta

—Am... ya sabe... -meneó su comida con la cuchara –cuando alguien muere tan trágica y repentinamente, es normal que su fantasma no pueda descansar en paz y deambule donde alguna vez vivió

—No se preocupe –dije –el fantasma de Hana ni el de nadie más, deambula por los pasillos

—Entiendo –dijo aliviada –lo lamento, fue una pregunta que no analice y solo salió

—No se preocupe, no me molestan sus preguntas 

También en otra vida (JeonJungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora