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Sunhee

Era... difícil creer lo que Jungkook me estaba contando, era como si me estuviera contando alguna película o un libro de fantasía y no algo real.

—Y prácticamente eso fue todo -terminó con una sonrisa nerviosa

—¿O sea que pasaste más de 100 años dormido en una de las habitaciones?

—Sí

—¿Quién cuido la casa todo ese tiempo?

—Alice

—¿Ella?

—Alice y su hermano se quedaron en la casa para asegurarse de que nadie entrara a la habitación donde yo dormía y en cuanto desperté...

—¿La corriste? -ella era una mujer que me caía bien, aunque solo la hubiera visto una vez

—No, claro que no, ella y su hermano decidieron irse a una casa alejada del pueblo, en el campo -sonrió -dijeron que odiaban la casa grande y preferían una pequeña donde no hubiera personas entrometidas, ni autos, ni nada de eso

—Entiendo

—Entonces...

—¿Entonces?

—Si estamos aquí... quiere decir que tu... que a mí... ¿Me querías?

—Claro que te quería, Jungkook -sonreí

Sabía lo que quería decir, pero era divertido molestarlo.

—No me refiero al amor que le tienes a un hermano, me refiero...

—¿Al amor que le tengo a un hombre?

—...Sí -susurró

—Si estoy aquí, quiere decir que sí -tomé las copas y me levanté para dejarlas en el lavabo

No insistió y eso me alegraba, no era una persona buena hablando de mis sentimientos, podía decirlo mi subconsciente, pero mi boca era más difícil para hacerla hablar.

—Puedes quedarte a dormir aquí si quieres

—Gracias

Jungkook

Igual que la última ves que le declare mi amor, ella no me había dado una respuesta concreta, creo que esa es una de las tantas cosas que conservó en todos estos años. En dejarme con la intriga.

Pero estaba feliz porque por lo menos ahora estaba conmigo, me recordaba y después de habérselo contado todo no me vio como un loco ni tampoco me odia, eso es algo realmente bueno.

Por la mañana el sol me abofeteo en la cara obligándome a levantarme. Como no había traído ropa, ni pijama y la ropa de ella dudo mucho que me queden, no me quedó más que dormir en camisa y en pantalón, así que al levantarme, solo me puse el saco y los zapatos.

La casa estaba completamente en silencio y la puerta de su habitación estaba abierta, pero ella no estaba.

Caminé a la cocina donde en la isla había dos notas, una doblada y una pequeña encima de ella. Tomé la pequeña nota primero para leerla.

El director del mueso me llamó porque quería verme, prometo no tardarme demasiado. Preparé el desayuno, espero te guste, está en el microondas y el otro plato está en el refrigerador.

Dejé la nota mirando al microondas donde había un plato con dos panes tostados cubiertos con una capa de queso crema, rebanadas de aguacate y tomate, una taza aún caliente de café y una pieza de pan, mientras que en el refrigerado había un plato de yogurt griego con morar, rebanadas de fresa y rebanadas de melón. Dejé todo en la isla y tomé la otra nota.

También en otra vida (JeonJungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora