También en otra vida (JeonJungkook)

16

Cuando bajaba las escaleras, lista para desayunar, me di cuanta de que el movimiento y el ruido en la mansión era diferente a otros días. Siempre era silencioso y tranquilo, pero hoy, había muchas personas y había más ruido de lo normal.

Las personas entraban y salían con adornos florares, con mesas, sillas y cajas a montón, todos ellos se distinguían por el uniforme azul, una especie de mono de manga larga y gorras negras con el logo de la empresa, supongo, porque todas eran iguales.

Me quedé en el primer escalón mirándolos andar de un lado al otro, ir y venir hasta que William pasó frente a mí, aunque llevaba prisa, tuvo la delicadeza y amabilidad de detenerse a saludar.

—¿Qué está pasando? -pregunté

—Es el aniversario de la casa Jeon

—¿Le tienen un aniversario a la casa? -nunca había escuchado algo como eso

—En realidad -sonrió divertido -es el aniversario de la empresa

—¿Empresa? -no sabía que tuvieran una empresa, jamás me había puesto a pensar de dónde salía todo el dinero -¿De qué?

—Vino. Vino Jeon

—Eso no lo sabía

—Los Jeon construyeron la casa cuando la siembra de uvas fue la mejor del año, así que es el aniversario de la empresa y el mismo día que se colocó la primera piedra de la casa

—Increíble

—Lo siento, señorita, me gustaría seguir hablando con usted, pero... -señaló la caja que llevaba en las manos

—Y habrá tiempo para que me cuentes más, continua

—Permiso -me dio una sonrisa y continuó con su camino

En mi caso, intenté no estorbar a nadie mientras caminaba al comedor para tomar mi desayuno y del mismo modo intente ir a mi taller dónde me encerré con la intención de no salir hasta que los primeros invitados llegaran que sería el momento de correr escaleras arriba como una rata a esconderme a mi habitación hasta la mañana siguiente.

—¿Señorita Sunhee? -Elizabeth asomó la cabeza después de haber llamado a la puerta y haberla dejado pasar -Claris la está esperando en su habitación

—¿A mí? ¿Para qué me está esperando? -me quité uno de los guantes

—Para ayudarla a preparase para la fiesta

—¿Yo?

—El joven amo, nos pidió que la ayudáramos a arreglarse. Usted será su acompañante esta noche

—No esperaba... tal invitación

—La esperaremos arriba cuando decida subir -sonrió amablemente y se fue

Mi plan no iba así, pero fue agradable saber que me habían tomado en cuenta para participar en algo como esto.

Me quité los guantes y la bata, dejé algunas cosas acomodadas, apagué las bocinas y subí directo a mi habitación con la idea de que sería una preparación sencilla ¿Saben? Un vestido listo, todo ya decidido, pero fue más alucinante cuando las chicas me esperaban con un perchero y por lo menos unos 5 vestidos diferentes.

—¿Cuál desea usar? -Elizabeth parecía demasiado ansiosa por comenzar, como si yo fuera su muñeca a la cual podría peinar y maquillar

—Am... -me acerqué al perchero para mirarlos más de cerca. Todos parecían muy lindos -el azul creo que estará bien

Descolgaron el que había elegido para dejarlo sobre la cama mientras me podrían a mí que me quitara toda la ropa y me pusiera una bata de satín color negra y unas pantuflas sencillas. Me ordenaron que me sentara en una silla frente al tocador mientras me pedían que dejara todo mi maquillaje y mi peinado en sus manos.

Era divertido verlas moverse de un lado al otro, concentradas en sus trabajos, Claris se encargaba de mi maquillaje y Elizabeth de mi cabello, no podía ver cómo iban las cosas porque me habían dado la vuelta haciéndome darle la espalda al espejo, así que solo podía confiar en que ellas harían un impecable trabajo.

—Póngase el vestido, señorita -Claris me pasó el vestido antes de salir de la habitación -llámenos si necesita ayuda, por mientras le diremos al joven amo que ya está lista

—Bien

Me quedé sola, me quité la bata, me puse el vestido y los zapatos sin ningún problema, ni siquiera yo me había espoleado al verme en el espejo sin estar con todo puesto, por eso cuando estuve completamente lista, con los accesorios puestos, me acerqué al espejo para admirarme.

Fue sorprendente verme al espejo, me sentía hermosa, el maquillaje era suave y de mi agrado al igual que el cabello, las chicas habían hecho un excelente trabajo conmigo. Debía dejar que ellas vieran su trabajo finalizado así que las dejé entrar a la habitación y después de muchos lindos cumplidos, las tres salimos para ir a las escaleras.

—Sunhee -Jungkook estaba a los pies de las escaleras, con un traje negro, corbata negra, zapatos de charol y una hermosa sonrisa en los labios -hoy estas... más hermosa de lo normal -había subido un par de escalones para estirar su mano y tomar la mía

—No esperaba que yo estuviera invitada a una fiesta como esta, gracias por tomarme en cuenta

—Debería agradecerte a ti por aceptar ser mi compañera esta noche

Sentía mi corazón golpeando con fuerza en mi pecho, me ponía nerviosa el modo en el que sus ojos me miraban con atención, el cómo mi mano seguía sostenida por la suya.

No sé cuánto tiempo llevábamos mirándonos el uno al otro, ni cuánto tiempo llevábamos tomados de la mano. Su mano libre la levantó llevándola directo a un costado de mi rostro donde tomó un mechón de mi cabello y lo acomodó detrás de mi oreja.

—¿Debería atarlo? -pregunté

—¿Por qué piensas que atarlo sería mejor?

—No es que sea mejor, no me gusta mucho atarme el cabello, pero tampoco quiero ir en contra de la etiqueta

—No -sonrió -no lo ates, déjalo así, esta perfecto tal cual

Era encantador tanto en sus acciones como en sus palabras hacia mí, pero probablemente no eran hacia mi esa intención.

—La chica que amabas... ¿Le gustaba usar el cabello suelto?

—...Sí

Mi mandíbula se tensó un poco, sentí una extraña sensación oprimiéndome el pecho. No esperaba esa respuesta, esperaba que dijera que no.

—No lo ataré -susurré -lo dejaré suelto, entonces -solté su mano y alisé la falda de mi vestido

—Vayamos al gran salón -se puso de costados y me ofreció su brazo

—Claro -sonreí incomoda, pero de todos modos envolví mi brazo en el suyo