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Hace casi una semana que había llegado y apenas había terminado el primer cuadro. Hoy era fin de semana y podía salir de casa, pero preferí quedarme al ver que aún no había visto muchas cosas de este lugar.

El sábado a las 3 de la tarde dejé mi trabajo y salí con dirección al comedor para comer algo, recibida por la sorpresa de que Jungkook estaba ya esperando.

—Bienvenida –me saludó con una sonrisa

—Hola

—La comida aún no está lista, tomará algunos minutos más

—Entiendo... entonces, regresaré a mi habitación un momento en lo que esta lista

—Como gustes –miró su reloj de muñeca –creo que yo también regresaré a la oficina en lo que esta lista la comida –me miró –nos vemos en un rato

—Bien

Los dos salimos del comedor para tomar diferentes rumbos, él a su oficina y yo directo a mi habitación, pero cuando estuve frente a ella, me arrepentí, esta era una hermosa casa como para aprovechar mi tiempo encerrada en mi habitación, además, durante el recorrido, habíamos pasado por la biblioteca.

Me di la vuelta y comencé a caminar con dirección a ese lugar, ayer en el rápido paseo dentro, había visto algunos títulos que me habían interesado, tal vez podría alcanzar a leerlos todos en mis tiempos libres antes de regresar a casa

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Me di la vuelta y comencé a caminar con dirección a ese lugar, ayer en el rápido paseo dentro, había visto algunos títulos que me habían interesado, tal vez podría alcanzar a leerlos todos en mis tiempos libres antes de regresar a casa.

El lugar era enorme, no sabía por dónde comenzar, no sabía si estaban acomodados por autos, por color, año, tema o simplemente puestos conforme los habían conseguido, pero era mejor simplemente comenzar mirando por encima y tomar lo que me llamara primero la atención.

Jungkook

—Joven amo –la puerta de mi oficina se abrió ligeramente al mismo tiempo que Adam se asomaba –la comida ya está lista

—Gracias, Adam –dejé la pluma que tenía en la mano y me empujé poniendo mis manos en el escritorio para poderme levantar

—¿Quiere que le avise a la señorita?

—No hace falta, lo haré yo

—Bien

Las puertas de su habitación estaban cerradas, así que antes de abrir me acerque a ellas para tocar.

—Sunhee, la comida ya estás lista –esperé unos segundos a que ella misma abriera o me respondiera del otro lado, pero no pasó, hubo silencio ante mi llamado -¿Sunhee? –me pegué un poco más a la puerta, pero de nuevo hubo un completo silencio –voy a entrar –anuncie antes de abrir la puerta

Dentro de la habitación no había nadie, estaba completamente vacío y sin que me diera cuenta, una sensación de pánico subió por todo mi cuerpo desde los pies hasta la cabeza, tan de pronto que no la pude controlar.

—¡Adam! –salí corriendo de la habitación -¡William! –corrí por el pasillo hasta las escaleras donde ellos dos ya me estaban esperando –Sunhee no está en su habitación –miré a William –ve al invernadero y asegúrate de que no esté ahí. Adam –lo miré a él –diles a las chicas que te ayuden a buscarla -¡Rápido!

Los dos me hicieron una rápida reverencia y se dividieron cada uno para ir por diferentes caminos mientras yo tomaba otro diferente para también buscarla.

Cada puerta que pasaba era puerta que abría, pero no estaba ella dentro, cada vez iba más rápido pero no podía encontrarla y sinceramente el miedo se apoderaba cada vez más de mí, pero no la razón. Mis pies se detuvieron, dejándome en medio del pasillo, respiré profundamente y traté de pensar con claridad sobre las opciones posibles. Ella era Hana, ella piensa y tiene los mismos gustos...

¡Eso es!

Si a ella le siguen gustando las mismas cosas, entonces estaría en una de las habitaciones que más le gustaban en el pasado.

Me di la vuelta para ir a otro lugar. Mi primera opción era la habitación donde estaba el piano a la cual llegue corriendo en cuestión de segundos, pero no estaba ahí. La segunda opción era en su habitación, pero claramente no estaba. Mi tercera opción era el balcón en el gran salón que daba al jardín, pero también fracasé así que mi última opción era la biblioteca.

Llegué corriendo y abrí la puerta, pero no estaba a la vista.

—Sunhee –llamé aun sintiendo como mi pecho subía y bajaba, como mi corazón se había acelerado demasiado por todo lo que había estado corriendo

Si no estaba aquí, comenzaría a volverme loco.

—¿Jungkook?

Escuche su voz haciendo eco en todo el lugar. Levanté la mirada y la vi a ella asomada desde el balcón. Su cabello caía a los lados de su rostro oscureciéndolo un poco pero aun así pude ver su ligera sonrisa.

Sin pensarlo dos veces, corrí escaleras arriba hasta estar cerca de ella para envolverla en mis brazos y acercarla a mi cuerpo.

Solo cuando la tuve cerca de mí, sentí a mis músculos relajarse, sentí a mi corazón aliviado y mis piernas temblaron un poco.

—Am... ¿Jungkook? –abrí los ojos de golpe al escuchar su voz

Maldición

—Lo siento –me alejé de ella de golpe –lo siento

—No importa –sonrió un poco incomoda –eso fue... sorpresivo –se llevó un mechón de cabello detrás de su oreja

—Lo lamento –repetí

—¿Qué... pasa?

—¿Estas bien?

Miró a ambos lados y después me miró a mi sorprendida, parpadeando un par de veces.

—¿Yo?... am...sí, estoy bien

—Te hemos estado buscando por todos lados

—Lo lamento, es que –miré el libro que llevaba en las manos –necesitaba venir aquí

—¿Qué... Qué libro es ese? –traté de cambiar el tema en un intento de minimizar la incomodidad que había

—El castillo de Otranto, de Horace Walpole –abrazó el libro contra su pecho -¿Por qué me buscabas con tanta... prisa?

—am... -la incomodidad regresó –es solo... es una casa grande, avísale a alguien dónde estarás. Podríamos necesitarte en momentos

—Tienes razón, no pensé en eso, no volverá a pasar, lo prometo

—Está bien... deberíamos ir a comer

—Claro

Sunhee

El camino al comedor fue algo incómodo, en mi cabeza no dejaba de repetirse el momento en que me abrazo y no dejaba de oler su perfume que al parecer se había quedado impregnado en mi ropa. Eso fue sorpresivo para mí, pero, no diré que no me gustó, lo hizo, me gustó, pero eso algo confuso.

También en otra vida (JeonJungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora