6: 15 a. m.
V estaba impaciente. ¡Impaciente! De un momento a otro todos los miembros de la RFA se habían desvanecido de la faz de la tierra. No había podido dormir en toda la noche... tenía un sentimiento de miedo que lo acechaba e impedía que descansará... ¡O por lo menos pensara con claridad!
-Maldición Luciel... -Suspiro irritado y sumamente exhausto, intentado por quien sabe que ocasión a lo largo de las últimas doce horas intentar comunicarse con el pelirrojo. -¡¿Dónde demonios estas?!
Arrojó el teléfono a la pared, estresado. Cubrió su rostro con sus manos y trato de normalizar su respiración. Tenía miedo... miedo, ¡mucho miedo! Es como si todo se estuviera desvaneciendo... la pesadilla se repetía. El sentimiento de soledad le acariciaba los huesos dejando un terrible escalofrío en su piel. Su teléfono vibró. Sus ojos miraron el celular con incredulidad y asombro... como si dudará de lo que escuchaba. ¿Acaso estaba deliberado?
Tomó el teléfono con recelo. Era una llamada... de Jumin.
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-No pudo ir muy lejos... -Dedujo Zen, manteniéndose en pie gracias a Jaehee y Yoosung. -No después de tremendo golpe de un conductor amateur como él -Señaló con una media sonrisa a Jumin. Pero él estaba demasiado ocupado atendiendo una llamada como para responderle. -le dio.
-¿Qué deberíamos hacer...? -Cuestiono Yoosung limpiando el resto de las lágrimas secas en su cara, con la ayuda de la muñeca de su único brazo libre. Todos las miradas cayeron sobre Saeyoung, esperando a que tomará las riendas de la situación ahora que finalmente estaba libre.
-Zen tiene razón, no debe estar muy lejos... -Se incorporó cojeando, sintiendo una punzada en su pierna herida... Pero a pesar de eso, te ofreció una mano para que puedas levantarte. Al mirar tus muñecas ensangrentadas, notaste profunda culpa en los ojos del pelirrojo. Le diste una sonrisa para indicarle que no se preocupara, y no sé lo veía convencido, pero al menos intento no fijarse en los daños ocasionados. Ya habría tiempo de eso... -Veamos...
Se fijó a su alrededor... los edificios estaban abandonados y sus entradas selladas con madera y clavos... Pero con el tiempo, se veían desgastados y no muy complicados de despegar. Saeyoung levanto una ceja, su mente comenzó a trabajar con velocidad, analizar y crear posibles hipótesis. Notó un leve rastro de sangre, guiándolo al interior de uno de los edificios con gran altura... la madera de la entrada se veía desprendida y con un color verde; podrido a causa de la humedad... parecía haber sido rota recientemente.
-Creo que se donde puedo haber ido. -Conocía a su hermano. Siempre que jugaban a las escondidas solía buscar lugares altos y aislados para esconderse. -Quédense aquí, yo iré por él...
-¡¿Estas demente?! -Protesto Yoosung soltando a Zen por un segundo... si no fuera porque tomo nuevamente su brazo, tanto Jeahee y Zen se habrían desplomado. -L-lo siento.
-Yoosung tiene razón. -Sumó Jeahee acomodando sus lentes, intentando ignorar los nervios que le causaba tener a Zen tan cerca. -Si vas a ir en tu estado actual, sólo conseguirás que te maten. Además, el individuo sigue armado.
-Yo no estaría tan segura... -Murmuraste, robando la atención de todos. Tu mirada se encontraba sobre la pila de fundas de basura donde instantes atrás había yacido la figura de Saeran. Levantaste ambas pistolas con curiosidad y temor a que se disparatan sin querer.
-Bien, eso nos pone en una posición más justa. -Saeyoung sonrió con serenidad, como siempre lo hacía.
Zen le arrojó una mirada cargada con desaprobación e inseguridad.
-Seven...
-Iré con él. -Jumin, quien había tenido la suficiente tranquilidad como para hacer una llamada tras atropellar a una persona en medio de la madrugada justo en un callejón abandonado, se sumó a la conversación.
-¡¿Eso debería tranquilizarme?! -Zen tuvo que dejar de gritar... la brusquedad de sus movimientos lo hizo encogerse por el dolor.
-Soy el más sano aquí justo ahora. -Dijo acomodando el cuello de su traje con un aire de seguridad. -Además, acabo de darle a ese bastardo un golpe con el que probablemente tendrá pesadillas por el resto de su vida.
-Decidido entonces. -Seven cojeo junto a Jumin delante de la puerta. Estaba a punto de entrar... Pero decidió girar su rostro para chocar miradas contigo. -Pero antes...
Se acercó lo suficiente a ti como para tomar tu rostro entre sus manos y acercarse a tus labios. La sensación fue increíble. Era suave, a pesar de que tus labios estaban algo secos; para ambos había sido el momento más feliz en sus vidas. Se apartó un poco para poder susurrarte.
-Cuando regresé... quiero hablar contigo. -Sus ojos desprendían una llama y seguridad que jamás habías conocido antes... tu rostro ardía en vergüenza. Las palabras no salían, por lo que simplemente asentiste con lentitud.
-Bien. -Despeinó un poco tu cabello con una enorme y hermosa sonrisa. -Volveré pronto, ¿si?
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¿Obsesión? Nah, es amor | Finalizado [✔]
Hayran Kurgu[707 × MC] -Seven... ¿No crees que deberías terminar ya con esto? ¡Es algo muy grave! ¡La obsesión no es sana, y menos si es por una persona! -¿Obsesión? Nah, es amor. Aviso: Ni el juego, ni los personajes me pertenecen; son propiedad de la empresa...