Narra Aristóteles.
Después de unos minutos Temo se tranquilzó y se separó del abrazo.
-G...gracias - dijo secandose las lagrimas.
-Temo, si quieres podemos hablar, estoy aquí para ti.
-No, es mejor que me vaya.
-Pero.....
Se fue de la azotea sin dejarme decir otra palabra.
Decidí irme a casa, tenía mucho que procesar. Al llegar vi que mi padre estaba en la mesa.
-Aristóteles, ven vamos a hablar.
-¿Sobre qué? - dije sentandome en otra silla.
-Mi imagino que esto ya lo tienes entendido, pero no sobra decirtelo, tienes prohibido juntarte con ese muchacho Cuauhtémoc.
-¿Qué? ¿Por qué?
-¿Cómo que por qué? Tú viste como llegó a la comida con ese muchacho que resultó ser su "novio", ese muchacho es un desviado, muy mala influencia para ti.
-Papá, no le digas así, él es muy buena onda.
-Pues buena onda o no, no quiero que sigas siendo su amigo.
Con cada palabra que mi padre pronunciaba me dañaba más, ahora lo que más quería era estar cerca de Temo.
-No deberias meterte en mi vida social papa.
-No me importa, y no pienso seguir hablando de esto, acabas la amistad con ese muchacho o yo mismo voy con él para dejarselo en claro.
No dije nada, sólo me levanté de la silla y me fui a mi habitación, al cerrar la puerta no pude evitar comenzar a llorar, ¿qué pasaría cuando le dijera a mi papá sobre lo que soy, sobre lo que siento?
Tal vez me mandaría a una terapía de reversión o me echaría de la casa. Mi única esperanza de felícidad es Temo.
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Narra Temo.
Antes de entrar me sequé las lagrimas, no quería que mi padre o mis hermanos me vieran así. Después de unos segundos abrí la puerta, mi padre y mis hermanos estaban en la sala.
-Oye hijo, que bueno que llegas, ¿tú sabes por qué el Diegochas se fue?
-No quiero hablar de eso papá.
-¿Por qué? ¿Te hizo algo?
Las lagrimas comenzaron a salir de nuevo, sentí como caían al piso.
-Calcomanias, vayanse a su habitación, tengo que hanblar con su hermano.
Pude ver como mis hermanos se fueron a su habitación, pero antes me dieron un tierno abrazo que me sacó una pequeña sonrisa.
-Ahora si hijo, cuentame que te pasó.
Fui a sentarme a su lado.
-Papá......., Diego me engañó.
-¿¡Qué?! ¿Cómo se atrevió?
-Tranquilo papá, ya arreglé eso con él, yo fui el que le dije que se fuera a Toluca, yo estoy bien
-¿Y seguro que estás bien?
-Si papá, sólo necesito dormir.
-Está bien hijo, descanza, te quiero mucho.
-Yo tambien papá.
Fui a mi habitación a seguir llorando, y después de un rato me quedé dormido.
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Aristemo: El último "Te quiero".
Подростковая литератураAristóteles y Cuauhtémoc son dos chicos totalmente diferentes, que a pesar de todo, al final tienen algo en común; el amor.