Capítulo 28. Balón.

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Narra Aristóteles.

Después de varios besos seguimos caminando en el bosque platicando y sin darnos cuenta se empezó a hacer tarde.

-Se está haciendo oscuro Aris, y un bosque oscuro no me parece buena idea - dijo algo nervioso.

-¿Tienes miedo? Aquí estoy yo para cuidarte.

-¿Y tú solo vas a poder protegerme de todos los fantasmas del bosque?

-No hay "fantasmas del bosque" - dije riendo - y sí los hubiera por supuesto que te protegería de ellos.

-Como sea, ya vamonos, o nuestros padres nos matarán.

-Está bien, vamonos.

Salimos del bosque y nos dirigimos al estacionamiento, nos subimos al auto y arrancamos.
Tenía que mantenerme controlado ya que iba manejando, pero la verdad es que no podía...

¡Besé a Temo!

No cabe duda de que lo amo, sentía miles de emociones correr por mis venas, no puedo esperar a pedirle que sea mi novio.

Al fin llegamos al edificio, ya era de noche.

-Oye Aris, ¿y qué le vas a decir a tu papá? Él no debe de saber que saliste conmigo.

-No te preocupes Temo, ahorita le invento algo.

-No me gustaría que tuvieras más problemas con tu papá.

-Nada de eso es tu culpa, y salir contigo es maravilloso - le lanzé una sonrisa coqueta.

Él me mostró una sonrisa tímida, es tan tierno.

-Bueno, me tengo que ir, buenas noches Aris.

-Buenas noches Temo, descansa.

Salió del auto y entró al edificio. Yo esperé unos minutos más para que mi papá no viera que llegamos al mismo tiempo.
Pasados esos minutos entré y fui hasta mi departamento.

-¿Dónde andabas hijo? - preguntó mi madre.

-Ahh, pues...

-Seguro andaba con una muchachita, ¿verdad hijo? - interrumpió mi padre.

Odiaba mentir, pero tenía que hacerlo, por ahora.

-Si, salí con una chica de la escuela - odiaba tener que negar a Temo.

-Pues has de venir cansado, deberias ir a dormir - dijo mi mamá.

-Si, de hecho si, buenas noches.

-Buenas noches - dijeron ambos.

Me fui a mi habitación y me dispuse a dormir, mañana será un gran día.

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Narra Temo.

Sábado, mi día favorito de la semana, y más porque Aristóteles me invitó a jugar basquetball, es el deporte favorito de ambos.
Me cambié, me alisté y salí de mi habitación.
Mi papá y mis hermanos estaban en la sala.

-Hey tú, ¿a donde tan temprano? - preguntó mi papá, a lo que yo me detuve.

-Voy a jugar basquet con Aris.

-¿Tú y Aris son novios? - preguntó Lupita.

-Ah, ba, a, ¿él y yo? No - respondí tartamudeas.

-¿Entonces por qué tar ta ta ta mudeas? - preguntó mi padre imitandome.

-Es que a lo mejor Temo si quiere que lo sean - dijo Julio alzando las cejas.

-Ahh, eeh, yo mejor ya me voy - dije al sentir como me puse rojo.

-Bueno pero re re re gresa temprano - replicó burlándose.

Yo sólo salí apresurado, ¿por qué mi familia era así? Me caen bien pero son algo pesados.
Como sea, salí del edificio y vi que Aristóteles ya estaba ahí, con el balón en la mano.

-Hola Temo, ¿listo para unos buenos partidos?

-Nací listo.

-Sí tu lo dices.

Caminamos hasta llegar a una cancha que quedaba cerca del edificio.

-Ahora si te voy a ganar Aristóteles, vas a ver.

-Aamm, de hecho no vamos a jugar basquetball.

-¿Qué? ¿Entonces para que venimos hasta aquí? - pregunté confundido.

Puso el balón en en suelo y se acercó a mi.

-Temo, es obvio que ya lo sabes por lo que pasó en el bosque, pero quiero decirtelo de todos modos; te amo Temo, quiero estar a tu lado siempre, quiero explorar el mundo y enfrentearme a él contigo, quiero verte sonreir cada minuto de mi vida, quiero sentir tu corazón y el mío sincronizados, quiero demostrarte mi amor cada segundo de mi vida.

Cada palabra que Aris decía era realmente hermosa, no pude evitar que mis ojos se cristalizaran. Vi como Aris retrocedía un poco y tomaba el balón del piso.

-Por eso, hoy, Temo López, quiero preguntarte algo - dijo al mismo tiempo que me entregaba el balón.

Yo observé el balón y no le vi nada de especial, hasta que le di la vuelta y pude ver que contenía un mensaje escrito con un marcador negro;

"¿Quiéres ser mi novio?"

Volteé a ver a Aristóteles con una sonrisa y los ojos húmedos.

-Si Aristóteles Córcega, si quiero, si quiero ser tu novio.

-¿Neta? - preguntó emocionado.

Yo asentí felízmente.

Se acercó a mi y me planto un beso, era el momento perfecto, sólo él, yo y el balón en medio de ambos.

Aristemo: El último "Te quiero".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora