Capítulo 32. Franqueza.

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Narra Franco.

-No deberiamos hacer esto Eduardo.

-Callate, no empieces de maricón tú también.

-Pero es que no deberiamos metermos en su vida privada.

-Mira, si vas a estar de rajón te puedes ir, voy a hacer esto contigo o sin ti. Además no estamos haciendo nada malo, sólo le estamos mostrando a ese señor que tiene a un maricón como hijo, lo cual es verdad.

No estaba nada de acuerdo con lo que Eduardo iba a hacer pero no podía hacer nada, él me intimidaba mucho, me amenazaba.

-¿Y estás seguro que Aristóteles no está en casa?

-Si seguro, salió con el puto de su novio.

Eduardo entró al edificio y yo le seguí, fuimos hasta el departamento de Aristóteles, Eduardo tocó la puerta y segundos después Audifaz, el padre de Aristóteles abrió.

-Hola muchachos, ¿que hacen aquí? Se supone que Aristóteles salió con ustedes.

-¿Eso le dijo? - preguntó Eduardo en forma sádica.

-¿Si no se fue con ustedes entonces con quien? - preguntó el padre confundido.

-Justo de eso venimos a hablarle, su hijo nos preocupa, anda en malos pasos.

-¿De qué hablan? No comprendo.

-Su vecino, el tal Temo se encargó de cambiar a Aristóteles, debería tomar medidas señor, aún está a tiempo.

Yo sólo me quedaba callado ante las estupideces que Eduardo decía, sino le tuviera el miedo que le tengo podría hacer algo.

-Pero ya hace tiempo que yo le prohibí a Aristóteles que se juntara con ese muchacho.

-Pues al parecer no le hizo mucho caso - dijo mientras sacaba una foto de su bolsillo trasero y se la entregaba al padre, era la misma foto en la que Aris y Temo aparecían abrazados.

La expresión del padre cambió drásticamente al ver la fotografía, se veía muy enojado.

-Muchas gracias muchachos por avisarme de lo que está pasando con mi hijo, voy a tomar serias medidas, en cuanto llegue me va a oír.

-De nada señor, Aristóteles es nuestro amigo y nos importa que esté bien.

El hombre cerró la puerta y una sonrisa cínica apareció en la cara de Eduardo.

-¿Lo ves? No fue tan dificil - dijo antes de salir del edificio silbando.

Yo me quedé ahí pensando en lo que él acababa de hacer, en lo que ambosacababamos de hacer. Yo estuve ahí y no hice nada, no lo impedí, y ahora no sólo hemos arruinado la vida de una persona, sino de muchas más.






Aristemo: El último "Te quiero".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora