Volver a vivir en Corea, definitivamente, no estaba entre mis planes. Y ¿cómo podría estarlo? Tenía una carrera ya hecha en Nueva York, trabajaba para una gran compañía y vivía en un bonito apartamento cerca a las dos cosas importantes en mi vida: mi familia y mi trabajo.
Había dejado mi país a los 8 años, cuando mi madre, dejando atrás la pérdida del hombre más importante de su vida, le había dado una nueva oportunidad al amor con un empresario americano. Desde entonces, mi vida se había desarrollado en Nueva York y Estados Unidos se convirtió en todo lo que conocía y quería.
Todo iba bien, todo iba perfecto, hasta que conocí a Kim Junmyeon, un idol, la clase de persona con la que no me gustaba relacionarme más que para trabajo por todo lo que implicaba. Los idols eran personas de alto mantenimiento, que necesitaban atención y muchas, muchas cosas. Yo era lo contrario, era muy sociable, sí, pero prefería comer una hamburguesa en un restaurante cualquiera con mis amigos, que ir por comida gourmet con personas elegantes y pomposas.
Había conocido a Junmyeon por pura casualidad, mientras cenaba con amigos del trabajo, luego de un típico día largo y agotador. Una de las personas de mi grupo, conocía al idol y terminó presentándonoslo, cuando vio que entraba a cenar en el mismo lugar que nosotros.
- Hola, soy Kim Junmyeon. - en mi mente, todavía escucho su voz presentándose aquel día con un inglés muy, muy malo, mientras yo intentaba comprender cómo era que una persona de su clase prefiriese un Wendy's en lugar de uno de esos restaurantes exclusivos. - Es un placer.
Ese día, recuerdo que no fui la persona más sociable del mundo, pero aún así, él fue todo un caballero, respetuoso y amable. Tal vez fue eso o tal vez su dulce sonrisa cada vez que me hablaba, pero poco a poco, me fue convenciendo de que no había que juzgar un libro por su portada.
Desde entonces, Junmyeon volvió a Nueva York tantas veces como pudo y me visitó en cada una de ellas, logrando destruir las barreras que había puesto a mi alrededor, logrando activar algo en mí que creí perdido y hacer que la curiosidad comenzara a picar en mi interior. Pronto, no parecía cansarme de saber de él, de su vida y, obviamente, de Corea.
Sí, era coreana de nacimiento, pero no sabía mucho de Corea. Mi madre había preferido que me acoplara a la cultura americana, tal vez para dejar atrás el dolor que ella cargaba consigo y que yo no fuese un recordatorio más de lo que había dejado atrás. Yo había estado de acuerdo con eso por años, pero al conocer a Junmyeon, al hablar con él, al escuchar sus historias de cómo eran las cosas allá, comencé a cuestionarme todo. Así que, un día, me armé de valor y fui a mi madre a preguntarle sobre el pasado.
Recuerdo perfectamente ese día, recuerdo las lágrimas en el rostro de mi madre y la pequeña caja de metal que había sacado de lo más profundo de su armario para mí. Recuerdo abrir la caja con manos temblorosas y comenzar a revisar su contenido. Recuerdo haber llorado al asociar el rostro de un hombre en una de las fotos que encontré con el vago recuerdo que tenía del padre que me arrebataron, cuando era solo una niña.
- Murió siendo un héroe. - me dijo mi madre y sin dudarlo, le creí. - Murió salvando una vida.
Le vi llorar tanto ese día, que no quise seguir soltando la avalancha de preguntas que se generaban en mi cabeza con cada segundo, pero me prometí a mi misma que no descansaría hasta saber la verdad, hasta conocer la historia completa.
El problema era que mi madre no tenía intención alguna de seguir hablando del tema y pronto, volvió a evadir mis preguntas sobre mi padre. No me dejó más opción que pedirle ayuda a alguien más. Pero, ¿a quién? Mi madre se había encargado de cortar todo lazo con Corea, así que no tenía a quien más recurrir que a la otra persona coreana que conocía, a Junmyeon.
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Indeleble | Park Jinyoung
FanfictionAlgunas cosas no pueden ser borradas, mucho menos olvidadas. Algunas cosas se quedan en nuestra memoria y en nuestro ser para siempre... como tú. Soo Ah regresa a Corea con un propósito, pero él se cruza en su camino. ¿Qué es más fuerte: la marca d...