43.

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- ¿Jin? - pregunté, mientras mis piernas actuaban por si mismas y me acercaban a aquel hombre que hacía mi corazón latir con fuerza.



Él extendió sus brazos al verme y la piel alrededor de sus ojos se arrugó ligeramente. Jinyoung sonreía con la mirada solo cuando estaba verdaderamente feliz y me encantaba que lo hiciera cada vez que me veía.



- Hola, mi amor. - susurró en mi oído, antes de besar mi sien.

- ¿Cómo es posible? - pregunté, aunque la verdad era que la razón no me importaba.



Me hacía feliz el tenerlo en ese preciso lugar, en ese preciso momento que mi madre, al fin, había aceptado que mi decisión era la mejor.



- Te lo explicaré después, ¿bien? - replicó mientras sus ojos seguían el camino de su mano por mi cabeza. - Creo que ahora debemos hablar con tu madre.

- Se lo he dicho todo. - dije, tomando su mano para llevarlo más cerca de la pareja de adultos, decidida de lo que hacía.



Mi madre veía atenta todo y me tranquilizo que no tuviese el ceño fruncido. Por el contrario, casi parecía querer sonreír ante la escena que habíamos protagonizado Jinyoung y yo. 

No era mentira. Ella, de verdad, lo había aceptado.



- Es un placer conocerla al fin. - dijo mi novio al hacerle una reverencia a mi madre.

- Estaba ansiando conocerte también. - replicó mi progenitora, casi de inmediato, antes de extenderle la mano.



Jinyoung se la tomó tembloroso, pero intentando cubrirlo con una expresión serena. Aquello me hizo sonreír porque recordé al Jinyoung que había conocido el año anterior, el Jinyoung que escondía sus emociones y tenía todo calculado.



- Lamento mucho lo que tu padre y yo hicimos. - habló mi madre. - He sido testaruda y no quise ver la verdad: tú y Soo Ah se aman, de aman de verdad.


Jinyoung volteó a verme, sonriendo sin necesidad de mover los labios, solo con la mirada, y luego, asintió en dirección a mi madre. 


- Le prometo que jamás he amado a alguien como amo a su hija. - declaró mi novio, sin soltarme la mano. - Y así será hasta que se me acaben las fuerzas, sin importar lo que pase. 


x


- Alguien ha mejorado mucho. - me dijo Jinyoung, mientras paseabamos en bicicleta uno al lado del otro.


Nos habíamos escapado del hospital por un par de horas para que pudiesemos descansar un poco. Pero en cuanto pusimos un pie fuera del lugar y Jinyoung vio a un par de personas en bicicleta, casi suplicó para ir juntos a alquilar un par de ellas. 


- Tengo un novio que gusta mucho de manejar bicicleta y se burló de mí por no haber aprendido a hacerlo a mis 25 años, así que era casi una obligación aprender cuanto antes. - bromeé, recordando la primera vez que habíamos paseado juntos en bicicleta, la vez en la que esguincé mi muñeca por tantas caídas. 


Jinyoung rió de aquella forma tan bonita que tenía de hacerlo, de aquella forma que desataba mariposas en mi pecho.


- ¡No me burlé! - se defendió. - Solo te presioné un poco para que lo hicieras. 

- Vaya, muchas gracias. - repliqué sarcástica, provocando su risa y la mía, que se unió a los pocos segundos. 

Indeleble | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora