Indeleble | Park Jinyoung

33.

Cerré la última maleta con mis pertenencias y con el estómago hecho un nudo, le di un vistazo al pequeño apartamento en el que había vivido por casi un año. Todavía se me hacía dificil creer lo que estaba a punto de hacer, pero intentaba repetir en mi mente lo necesario que era para el bien común. Ese pensamiento me ayudaba a continuar moviéndome.

Jackson me había acompañado a hacer los cambios necesarios en la compañía, a la mañana siguiente de la confrontación con mi madre. Para la tarde, todo estaba solucionado y había recibido mis boletos de avión. En todo ese tiempo, mantuve mi teléfono apagado. No queria recibir ninguna llamada ni mensaje de mi madre y mucho menos de Jinyoung porque sabía que, si me lo pedía, era capaz de desistir de mi plan y quedarme con él.

Afuera de mi edificio, Jackson y Yi Tian, su asistente, me esperaban en una camioneta de lunas polarizadas para ir todos juntos al aeropuerto. Esa misma noche estaríamos en China, esa misma noche, comenzaría mi nuevo trabajo como parte del Team Wang, el equipo de Jackson en su país natal.

- ¿Estás lista? - preguntó Jackson, luego de que registraramos nuestro equipaje, y aunque no estaba convencida de ello, asentí. - ¿Tu madre regresó ya a Estados Unidos?

- No, esperará a que lleguemos a China. - repliqué con la mirada fija en la nada. - Supongo que ya no confía en mí. - Jackson chasqueó la lengua y con uno de sus brazos, me rodeó por los hombros para atraerme a él.

- No creo que eso sea verdad, Soo Ah.

- Si te digo lo que pienso, ¿podrías mantenerlo en secreto? - Jackson asintió sin dudar. - Una parte de mí cree que esto es lo correcto, que debo cumplir con la petición de mi madre como muestra de agradecimiento por todo lo que ha hecho por mí y para darle la tranquilidad que necesita en su embarazo. Pero hay otra parte de mí, la que lucha por aferrarse a Jinyoung, la que lloró durante toda la noche ante la idea de no volver a verle, y esa parte es la que me ruega que no lo haga, que no me vaya.

El idol apretó los labios y me dirigió una mirada llena de comprensión. Tal vez él no estaba sintiéndose de la misma forma que yo, pero él había sido testigo tanto del amor que había nacido entre Jinyoung y yo, como del discurso de mi madre. Eso le hacía sentir compasión por mí y había sido el motivo por el cual me tendió la mano para ayudarme.

Jackson extendió ambos brazos hacia mí, pidiendo permiso para abrazarme, y cuando lo obtuvo, me estrechó fuertemente. Sabía bien que ese abrazo no era de la persona de la que lo necesitaba, pero me ayudó a calmar temporalmente el dolor de mi corazón.

- Encontraremos una forma de que Jinyoung y tú vuelvan a estar juntos. - me dijo al oído. - Él tiene que ordenar las cosas en su cabeza y tú... Tú tienes que aprender algo que me ha costado tiempo entender.

- ¿Qué podría ser eso?

- Por mucho que quieras ayudar a otros, a veces, tienes que ponerte a ti en primer lugar.

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- ¿Cómo va todo? - preguntó Jackson desde la puerta de la habitación de huéspedes de su apartamento en China.

Dado que todo había sido repentino, no había tenido tiempo de buscar un apartamento para mí. Así que Jackson, el salvador, me había ofrecido quedarme con él hasta que pudiese asentarme en ese nuevo país.

- Bien, ya casi termino de desempacar. - repliqué, mientras él se acomodaba en mi cama al mismo tiempo que le daba una mordida a una manzana. - Tenemos que ir al estudio, ¿verdad?

- Sí, hoy será tu bienvenida al Team Wang.

Jackson hizo un movimiento de hombros que me sacó una sonrisa, la primera sonrisa desde que habíamos dejado Corea.