24.

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Uno no puede olvidar un beso solo por desear hacerlo.

Toda la noche, no pude dejar de pensar en la textura de los labios de Jinyoung, en el calor que sentí cuando tocaron los míos y la electricidad que se desató por todo mi cuerpo. No había podido dejar de pensar en la enorme sonrisa en el rostro de Jinyoung, cuando se alejó, mucho menos en el abrazo que insistió en darme, después de ello.

Mi cuerpo entero se grabó la sensación de tener al idol tan cerca. Mi piel todavía sentía la cercanía del hombre.


- Respira un poco. - pidió Jackson, mientras me entregaba una taza de café caliente. - No es el fin del mundo.

- ¡Todos lo vieron! - exclamé, antes de dejarme caer rendida sobre la barra de su cocina. - ¿Cómo demonios voy a verles ahora?

- Me estás viendo a mí.


El único amigo cercano que tenía en Seúl era Junmyeon y no había forma de que yo le fuera a contar una cosa como esa. Así que no se me ocurrió a quién más recurrir que a Jackson.

Le envíe un mensaje en cuanto el Sol salió y, felizmente, él ya estaba despierto. Me ofreció ir a su casa para conversar y no demoré ni un solo segundo en aceptar. Necesitaba desesperadamente hablar con alguien del tema y qué mejor que alguien que había presenciado todo y parecía saber más de lo que decía en voz alta.


- Probablemente, lo haya olvidado. - murmuré. - Probablemente, Jinyoung no se acuerde de nada de lo que ocurrió anoche. - Jackson ladeó la cabeza, dudando, y le dio un largo sorbo a su café.

- No lo creo.

- ¿Qué? - pregunté, sintiendo mi presión dispararse.

- Jinyoung no es la clase de hombre que se olvida de cosas tan importantes como esa.

- Estaba ebrio. - le recordé, pero Jackson solo se encogió de hombros.

- ¿Quieres que te sea sincero?

- Por favor.

- Jinyoung no estaba tan ebrio como parecía.

- ¿Estás diciendo que fingía? - la comisura de los labios de Jackson se estiraron ligeramente hacia los lados, haciendo una mueca extraña.

- Estoy diciendo que hay una gran posibilidad de que no haya borrado de su memoria todo lo que ocurrió ayer.

- Eso no me ayuda. - me lamenté, volviendo a dejarme caer en la barra de la cocina. - ¿Cómo se supone que trabaje con él si ambos recordamos lo ocurrido?

- ¿Acaso piensas renunciar?

- No... No lo sé. - dudé, desviando la mirada de Jackson hacia mi café. - ¿No puedo simplemente huir de regreso a Estados Unidos? - el chino chasqueó la lengua.

- No eres ninguna cobarde, Soo Ah. - afirmó, antes de que su celular hiciera vibrar toda la barra. - No sabrás si Jinyoung lo recuerda o no, hasta que vayas a la empresa y lo enfrentes.

- Estoy pensando seriamente en reportarme como enferma. - le conté, pero no obtuve ninguna respuesta.


Me levanté de la barra para poder ver qué había atrapado la atención de Jackson, para ver qué era más importante que mis dramas, y le vi con la mirada fija en su celular.


- ¿Qué pasa?

- Es Jinyoung.

- ¿Qué? - Jackson asintió, confirmando que era él quien llamaba.

- ¿Le contesto?

- No le digas que estoy aquí. - pedí, uniendo mis palmas.

- ¡Jinyoung-ah! - saludó el chino a la persona al otro lado de la línea, pero sus ojos no se apartaron de los míos. - Sí, estoy en casa, recién me desperté hace unos minutos. - mintió perfectamente y luego, me mostró sus dedos índice y pulgar formando un círculo para decirme que todo iba bien. - ¿Cómo va esa resaca? - de nuevo, Jackson se quedó en silencio para esperar la respuesta de Jinyoung, pero esa vez, abrió los ojos de par en par con cada segundo que pasaba. - ¿Cómo? ¿Qué? ¿Ahora?

Indeleble | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora