17.

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Mitad de la semana pasó como si fuesen un par de minutos. Había tanto por hacer y tantos lugares que visitar, que ya ni sentía el dolor en los músculos de mi cuerpo.

En tres días, había dormido un total de doce horas, aproximadamente, y según Jackson me había contado, la mayoría de GOT7 había dormido menos por seguir practicando en su apartamento.

Entendía la búsqueda de perfección, pero no podía evitar sentirme mal al pensar que, detrás de las sonrisas ante cámaras, se debían esconder siete hombres exhaustos y adoloridos.


- Chicos, hora de cenar y no acepto un no como respuesta. - anuncié, mientras invadía la sala de ensayos acompañada de varias bolsas de comida.

- Soo Ah-ssi, todavía no hemos terminado de... - intentó argumentar Jinyoung, pero en dos zancadas, llegué a su lado y le extendí la comida.

- Hora. De. Cenar. - ordené con la mirada fija en él, sin parpadear por un solo segundo.


Jinyoung permaneció serio por un par de segundos, solo dedicándose a devolverme la mirada, y luego, un músculo al costado de sus labios, le hizo mostrar una sonrisa ladeada.


- Bien, hora de cenar. - accedió, al fin, quitándome las pesadas ordenes de comida y regresando con sus compañeros.


Por alguna razón que no comprendí, solté un suspiro cuando Jinyoung me retiró la mirada y regresó con sus compañeros. Tenerle tan cerca y con su atención solo en mí me había hecho contener la respiración.


- ¿No vas a cenar, Soo Ah? - demandó saber la vocecilla dulce de Jackson, acompañado del repiqueteo de sus zapatos al correr para llegar a mi lado.

- Aprovecharé este pequeño respiro para hacer una llamada. - respondí, sacando mi teléfono del bolsillo de mis jeans.

- ¿A quién?

- Jackson, no tienes derecho a hacer esas preguntas. - le reprochó Jinyoung, quien mágicamente, había aparecido junto a él y le había golpeado el brazo. - ¿A quién vas a llamar, Soo Ah? - Jackson abrió la boca completamente y con sus palillos señaló acusadoramente a Jinyoung, para luego negar con la cabeza y hacer puchero.


Reí. Esos dos se habían convertido en mi fuente de energía, cuando creía ya no tener más.


- Es secreto. - me limité a responder y antes de que pudieran quejarse, corrí hacia la puerta. - ¡Jaebum-ssi, estás a cargo!



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- Hola, desaparecida. - me saludaron del otro lado de la línea y sonreí involuntariamente al escuchar su voz.

- Hola, líder de EXO. - repliqué, mientras me recargaba en la pared para poder tener una mejor vista de la calle.


Junmyeon y yo no nos habíamos visto desde el día en el que Jinyoung reveló conocer nuestra mentira. En parte, había sido porque GOT7 me mantenía ocupada todo el día, pero en el fondo, sabía que el miedo había jugado un papel importante en mi distanciamiento. Miedo a que las cosas se tornaran extrañas con Junmyeon y, sobretodo, miedo a que Jinyoung no lo tomara bien y eso terminara por estropear mis intentos de arreglar las cosas.

Aunque Jinyoung me había dicho que ya no era relevante y que quería olvidarlo, yo no podía solo pasarlo por alto. Él había confesado que yo le importaba y eso me había golpeado como un camión a toda velocidad. Jinyoung no era abierto con muchas personas y el hecho de que me dijera una cosa como esa y que hubiese dejado que me acercara a él, me hacía sentir gratitud y en deuda con él por no haberlo valorado como se debía.


Indeleble | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora