Capítulo 12

54 10 1
                                    

Los dos últimos días han sido un infierno. ¿Quién rayos inventó la física?

El martes en la noche, cuando llegué a casa, comencé a leer el capítulo del libro que me cedió Oliver. Como supuse, solo entendí la teoría, pero no pude hacer ningún ejercicio. En algunas hojas de papel escribí los conceptos más importantes, e inconscientemente había comenzado a rayar las esquinas del libro con algunas fórmulas, tendré que disculparme después por haberlo hecho. Creo que, a mi doceavo intento de fallar terriblemente con un fácil ejercicio, fue que llamé a un profesor. En total, tengo como quince hojas de explicaciones para Lyon.

Ahora sé algo, comenzaré a respetar a las personas que entiendan de química, física, y matemática.

En fin, hoy es el día en que me reuniré con él. Me he quitado la venda de la cabeza, agradeciendo que no ha quedado ninguna cicatriz en la frente, pasé alrededor de diez minutos eligiendo qué camisa me quedaría mejor, y por último intenté relajarme, porque volver a mi universidad es lo que menos quería en este mundo. Necesitaba tranquilizarme, solo iba a explicarle un tema al chico, no iba a retroceder cinco años en el tiempo.

Rayos, estoy traumatizado.

Ese es el lado negativo, el positivo era que vería a Oliver, por fin volvería a conducir. El tren, por mucho que le tolere, no es mi idea soñada para transportarme por la ciudad. Lyon me ha mensajeado un par de veces, y no he podido dejar de ver su foto de WhatsApp cada dos minutos, y suspirar por esto. ¿Quién pone una foto donde está riéndose, y despeinado por el viento? ¡Nadie, mierda, me voy a desmayar!

Asistí a la reunión, y ahora entiendo la razón por la que Graham toma casi tres expresos, son aburridas a morir, no pude ni contar la cantidad de veces que bostecé, junto con las malas bromas del CEO. Sabía que mi amigo tenía una gran responsabilidad, pero no tenía idea de que fuera así, se siente gratificante el saber que no lo sé todo de mi compañero.

Como fuese, le había prometido al chico explicarle los temas, y estaba completamente aterrorizado. Nunca creí que nuestra relación avanzaría tan rápido de manera tan natural, pero se sentía gratificante. Mierda, no sabía si me gustaba, o no, ni yo me entiendo.

He llegado a la universidad. Estoy nervioso, no solo porque veré a Oliver, sino también porque no puedo evitar recordar mis tortuosos cinco años en este lugar. Comienzo a caminar por los pasillos, evitando mirar a todos aquellos que me rodean, y tratando de mantener el perfil más bajo que pueda, claro que también me ayuda el que nadie me conozca. De hecho, dudo que alguien además de algún profesor me recuerde.

Camino algunos pasillos más, y por fin llego al cuarto edificio, que está destinado a las áreas de las ciencias administrativas y económicas. Dios, cuánto odiaba este edificio. Veo a unos cuantos chicos esperar el ascensor, y prefiero subir cinco pisos por las escaleras antes que estar con ellos. Empiezo con calma, esperando a que un ataque al corazón no se haga presente. Bien, bien, solo veré a Oliver, no es como si no lo hubiese hecho antes.

Me detengo, calmándome al notar que solo esta él. De inmediato gira, y me sonríe, mi corazón se detiene al verle sin el uniforme, su bella ropa casual, y con el cabello aún más desordenado. Ah... qué hermoso. Carraspeo, mucho más asustado, pero al menos estoy seguro de que esto es lo que quiero, esperaba con ansias que llegara este día, y sin más me siento a su lado, respondiendo su saludo, dejo el libro y las hojas sobre la mesa, él saca un lápiz junto a un borrador.

—¿Cómo estuvo la reunión? — sé que lo había dicho, pero me hace sonreír que lo recordara.

—Algo aburrida — alzo ambos hombros, no hay mucho que contar de eso —. ¿Está bien si comenzamos ahora?

El Chico de las 6:30pmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora