Capítulo 20

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Odio a Isaac, es muy persuasivo, pero tiene razón en algo, Oliver y yo cometimos un error, pero no puedo decir que está del todo bien el que dejemos de hablar solo por eso.

Porque... Dios, Lyon me gusta, mucho, no sé exactamente qué me atrae, ni siquiera le conozco, pero hay algo que me hace actuar como un idiota frente a él. Iré a verle, aunque no debería ser quien busque al otro, supongo que mi excusa es que yo sí recuerdo lo que sucedió en la fiesta, pues él no lo hace. Giro mi asiento, solo para ver a Darrell medio dormido en el escritorio, le lanzo un lápiz.

—Mmm... ¿Qué quieres?

—Que termines tus trabajos — parece moverse un poco más, hasta que su cabeza sale de sus brazos.

—No, no creo que vaya a terminar, me... quedaré...

Levanto una ceja al escuchar las erráticas palabras del castaño, es raro que actúe así, y me confundo aún más cuando se levanta del escritorio, mirando fijamente hacia la puerta. De inmediato he seguido su línea visual, más por curiosidad que por preocupación, y veo a Laura caminar por el pasillo, directo hacia nosotros. Oh, no, creo que entiendo lo que está a punto de suceder. Darrell sonríe, dejando salir una larga exhalación, en seguida comienza pasa sus manos por su rostro, esperando que no se noten las líneas de su camisa en su mejilla. Rayos, sí está sucediendo.

La chica entra en la oficina, saludándome, pero estoy más preocupado por la reacción de mi amigo, quien ha pasado su mano por su cabello, y eso es suficiente para saber que quiere intentar conquistarle.

—Max... — niego varías veces, no del todo seguro por qué no me gusta que ambos se encuentren, pero sé que quiero evitarlo.

—¡Hey, llegaste a tiempo! — le interrumpo, tomándole por los hombros. ¿Quién le dijo cuál es mi oficina? —. Deberíamos irnos.

—Ah... sí, seguro — apenas me responde, su cabeza se asoma por uno de mis costados —. ¿Quién es?

—Está casado, y tiene un hijo — me sorprende a mí mismo lo rápido que he pensado esa respuesta, como si hubiese razón para que no pregunte por él. Y me siento estúpido.

—Preséntamela — totalmente ignorante de nuestra pequeña conversación en inglés, todo rastro de sueño ha dejado el cuerpo de Darrell —. Dios, es tan hermosa.

—No, no habla español.

—¿Habla portugués, italiano, francés, holandés, alemán? — ¡Pues dale más opciones, si quieres! Pero, al menos, no comparten un idioma.

—Dile que hablo inglés, y gales — Laura pone umbos de sus brazos en la puerta, lo que ha impedido el que salgamos. Trago saliva con fuerza.

Ambos me miran, esperando a quien debería hacerles de traductor, como si no notase las mutuas ganas que se tienen con una simple mirada. La chica sonríe, apartando sus brazos, y camina hacia él, con lo cual Darrell solo puede lanzarle... yo nunca había visto esa mirada, es tan... ¿Cariñosa?

—Me llamo Laura Westch — le extiende su mano, a lo que el castaño debe inclinarse, para corresponderle. Se llevan como un metro de diferencia.

—No te entiendo nada, pero tu nombre es muy lindo — ruedo los ojos. Por favor, es lo más patético que he escuchado para conquistar a una chica, y estoy seguro de que le ha funcionado —. El mío es Darrell Graham.

—Yo no le veo anillo — me susurra, como si quisiera hacerme sentir culpable, pero solo cruzo mis brazos sobre mi pecho —. Y es muy guapo.

—Pensé que te daban pánico las mujeres — ladea un poco su cabeza, y por más que trato de ignorarlo, me molesta que se tomen de las manos.

El Chico de las 6:30pmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora