Capítulo 27

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De vez en cuando, y mientras estoy aburrido sin mucho trabajo en la oficina, no puedo evitar preguntarme por qué Darrell enciende el aire acondicionado en invierno, no tiene mucho sentido, si lo pienso con cuidado.

Tal vez tenga más dudas, algunas más estúpidas, y suelen surgir cuando, en lugar de encenderle, prefiere abrir el ventanal de la oficina. ¿Qué pasa por su cabeza para que suceda este cambio?

Me gusta pensar que le agrada el frio, debe estar acostumbrado, pues en la casa de sus padres siempre lo hace, pero al mismo tiempo, este tipo de cosas son las que me molestan, pues sé que no le conozco, tanto como él me conoce a mí, o como debería hacerlo. ¿Cómo puedo decir que es mi mejor amigo? Hay una clara desventaja, estoy seguro de que, si me hace una pregunta sobre él, aunque sea la más estúpida, no lo sabré. No sé si una amistad debería ser así.

Pero ese pensamiento es el que me lleva a formularme una nueva pregunta sobre el por qué Darrell no se considera gay, pues conmigo no actúa muy heterosexual que digamos. Es cierto que el día en que estuvo en mi casa no pasó nada más allá de que repartiera besos por todo mi cuello, y dejara algunas marcas en mi clavícula, nunca fue en los labios, ni mucho menos tuvimos sexo, pero... creo que alguien tiene que pensarlo, y seré yo, eso no es normal. Sé que lo he ignorado por mucho tiempo, o, mejor dicho, prefiero serle indiferente, pues mi excusa es que Darrell siempre ha sido extraño, pero... creo que nos sobrepasamos el fin de semana, no solo él, admito que yo también. Fui estúpido, Graham ha caminado el día entero por todo el edificio con una notable marca en su cuello, que sinceramente, no sé en cuál de todos mis momentos de euforia le he dejado.

Lo peor de todo es que, aunque la marca tenga el tamaño de una cereza, ni siquiera se molesta en ocultarlo, porque le da igual si alguien le ve, pregunta, o hace suposiciones. La mitad de las mujeres ya ha comenzado a entrar en pánico, quieren saber quién ha logrado captar la atención de mi amigo, la otra mitad ya dio por perdidas las esperanzas que tenían. Yo... sé que todas las mujeres me matarán si se dan cuenta que fui yo quien lo hizo. Al menos él si fue cuidadoso, las marcas que me dejó son en lugares que no se ven, unas cuantas mordidas en mi clavícula, un rasguño en mi cintura.

Suspiro, ladeando un poco mi cabeza. Fue un fin de semana intenso.

—¿Qué piensas?

—¡Ah! — en seguida me sobresalto, alejándome del escritorio lo más rápido que puedo ante la mirada curiosa de Darrell. Se acercó mucho, realmente me asustó. Yo creí que...

—Bueno, has pasado los últimos quince minutos mirándome, y comenzaba a preguntarme si tenía algo raro — ugh, odio cuando eso sucede, lo que menos me gusta, es que Darrell se da cuenta cuando le estoy observando —. ¿Estás bien? ¿Sucede algo?

¿Además del hecho de que no puedo formar una oración coherente, y parezco imbécil? No, todo bien. Es solo que... no puedo terminar esa oración sin que salga un suspiro de por medio. Soy idiota, hoy es uno de esos días en que me levanto con la sensación de querer hacer algo estúpido, y arrepentirme de ello en la noche, o el resto de mi vida. La última vez que tuve este tipo de día casi termino comprando un perro, me detuve porque me desmayé.

—Knight, me estás asustando — niego un par de veces al sentir sus manos tomándome por mi rosto, mirándome con preocupación.

—¿Qué estás haciendo? — siento el sonrojo al tratar de apartarme.

—Lo mismo te pregunto a ti — pero, por más que quiero explicarle que estoy bien, mis incoherencias terminan por preocuparle —. ¿Te sientes enfermo?

¿Qué me pasa? ¡Si me mira de esa forma, más idiota me voy a sentir! Piensa en algo más, lo que sea, pero que no tenga que ver con Darrell, como Oliver, por ejemplo, a veces me pregunto si debería enviarle un mensaje, al menos para saber si está bien, pero como él no lo ha hecho, pareciera como si no debería hacerle, por más que quiera. ¿Qué está bien, y que está mal, cuando no tenemos nada concreto? No quiero parecer más acosador de lo que ya piensa de mí, me sorprendió lo poco discreto que puedo llegar a ser.

El Chico de las 6:30pmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora