Inesperado

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Levi

La cena fue más tranquila de lo habitual. Los soldados no discutían y reían como normalmente hacían. Sólo unos pocos conversaba entre ellos y no de manera animada. El número de víctimas empujaba hacia atrás a cualquiera, si añadimos el hecho de que eran compañeros con los que habían compartido momentos y los vieron morir gritando y rogando por sus vidas mientras eran devorados por los titanes saldría una ensada de mierda. No me gustaba el ambiente animado. Parecían olvidarse de lo que tendrían que enfrentar sin poder evitarlo, hacían demasiado ruido y lo peor, ensuciaban. Pero tampoco me gustaba el ambiente de funeral, incluso si era de mi agrado, no me gustaba mirar los rostros traumatizados de aquellos jóvenes. Prácticamente eran críos empujados a crecer y madurar antes de lo que deberían y destinados a perder su vida a tan temprana edad. Aún así, aunque fueran mocosos, tenían algo de mi respeto, igual que el Erwin.

Por todo aquello no quise quedarme en aquel lugar. Rara vez lo hacía de todos modos. La mayoría de veces porque la gafas de mierda me arrastraba hacia aquí, comentando que el 'soldado más fuerte de la humanidad' debía alimentarse y descansar bien. Chasqueé la lengua con molestia, apartandome del lateral de la puerta para marcharme, no sin antes mover mi mirada por escasos segundos a la novata. Petra parecía tratar de conversar con ella, pero parecía no prestar la más mínima atención a lo que decía.

Todavía no estaba seguro de qué pensar sobre ella. Sin duda tenía todo lo que un soldado necesitaba, incluso muy por encima de la media. Me atrevería incluso a afirmar que se encontraba al nivel de Mike. Si seguía aquí, en poco tiempo estaría en boca de todo el mundo y se convertiría en uno de los mejores soldados que tendrá la humanidad, un pilar importante en nuestra formación y en una nueva esperanza. O eso decían los demás con los aquellos que jugaban un papel importante. Sin nosotros, la humanidad se daría por extinguida. No me gustaba en absoluto aquellos comentarios y siempre que los escuchaba quería introducir la punta de mi bota en sus bocas. Pero en el fondo sabía, incluso si la simple idea me daba náuseas, de que algunas vidas debían estar más valoradas que otras por el bien de la raza humana.
Sí todo iba bien con esa chica, mi deducción se cumpliría, y lo mejor que podría sacar de ello es que un soldado que vale un centenar significaría menos muertes. Pero si no aprendía a controlarse pronto y a entender su posición en este lugar, si no llegaba a entender lo importante que pude ser obedecer una simple orden, todos los esfuerzos hechos por mi y por Erwin no habrán servido de nada.

No se encuentra a una persona así a menudo e incluso si la mocosa me importaba menos que una mota de polvo, no quería que se desperdiciara.

Salí por la puerta antes de que Hange se diera cuenta de mi presencia. Fui consciente de la conversación que mantuvieron ella y Liberi en el establo. No tenía ni idea de que planeaban ambas, pero patearía más de un trasero si hicieran algo estúpido.

Liberi

Faltaba poco para la media noche. El cuartel permanecía en absoluto silencio. A través de las ventana podía ver algunas luces; algunos serían incapaces de dormir esa noche.

Con sigilo para no alertar a Petra, me coloqué la chaqueta y la capa con la cual cubriría mi rostro. Encendí un candil para obtener algo de luz.

—¿Liberi?

Me detuve en seco ante la voz soñolienta de mi compañera. Maldije en voz baja, girandome y alzando el candil para poder verla. Estaba sentada sobre su cama, frotándose un ojo. Cuando estuvo realmente despierta, su rostro reflejó sorpresa y confusión.

—¿A dónde vas?

—Fuera—. Respondí simplemente, aunque sabía que Petra no lo dejaría pasar fácilmente.

ℒℐℬℰℛℐ ➵ Wɪɴɢs ᴏғ Fʀᴇᴇᴅᴏᴍ 【Lᴇᴠɪ Aᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ】PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora