ℒℐℬℰℛℐ ➵ Wɪɴɢs ᴏғ Fʀᴇᴇᴅᴏᴍ 【Lᴇᴠɪ Aᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ】PAUSADA

Secretos

—¿Qué ocurre?—. Preguntó Levi repentinamente, probablemente notando mi mal estar. Cuando le miré, a pesar de toparme con su expresión estoica, pude apreciar cierta preocupación en su mirada. En aquél momento Zeus se acurrucó a mi lado en la cama y le acaricié la cabeza pensaba detenidamente en que responder. Quizá era la oportunidad perfecta para sacar el tema, pero probablemente no era el lugar ni el momento adecuado para hacerlo.

Podía sentir mi pulso latir con fuerza mientras las palabras quedaban atoradas en su garganta. 

—Oi, Liberi—. Insistió de nuevo al no recibir respuesta, esta vez la preocupación era evidente en su voz. 

—¿Por qué me hiciste esa pregunta antes?—. Me decidí a responder con otra pregunta conectando miradas. Maldecí mentalmente por ser una cobarde y no ser capaz de hablar de ello, de preguntarle por qué me besó. Necesitaba saberlo, pero no me atrevía mientras la idea de que Levi dudara de mi existiera. —¿No confías en mi?

Él frunció el ceño en confusión, pero rápido comprendió a qué me refería. —No pretendía dar a entender eso con mi pregunta, Liberi. Comprendo que cuando alguien corre peligro, lo mejor que puede hacer es protegerse de los demás. Si nos estuvieras ocultando algo no podría culparte, pero sí me gustaría que tuvieras la confianza suficiente en mi como tu capitán para contármelo y así poder hacer lo que esté a mi alcance para ayudarte. Ya te lo dije una vez, voy a protegerte tanto como me sea posible. Sé que me dices la verdad porque te conozco más de lo que crees y sé que preferirías arriesgar tu vida antes que la de los demás, pero si recuerdas o te enteras de algo, por insignificante que sea, sabes a quién puedes recurrir. Cuentas con gente a tu lado, Liberi, no estás sola en esto. Ellos también tienen interés en acabar con la legión porque creen que estamos llegando demasiado lejos y ya estamos cubiertos de mierda hasta el cuello.

Asentí lentamente comprendiendo sus palabras. Era normal que quisiera asegurarse, pero la simple idea de que comenzaran a dudar de mi me inquietaba. Deseaba saber tanto como él qué estaba pasando. —Comprendo, lo siento.

—¿De qué te disculpas?

—Por no saber nada cuando parece que soy el problema principal de quienes nos persiguen. Me siento una completa inútil.

—Idiota. No te disculpes sin motivo, no es tu culpa, no lo elegiste.

—Ya, supongo que no...—. Murmuré mirando a Zeus ahora dormido mientras le acariciaba. Una vez supiera que tenía yo que ver con el objetivo  de aquellas personas trataría de solucionarlo por mi cuenta. Sabía que no era lo más conveniente y que podría fracasar, pero pasé toda mi vida luchando sola sin involucrar vidas inocentes.

—Hay algo más que te molesta, ¿qué es?—. Preguntó Levi de nuevo.

—No es nada—. Respondí apresuradamente. Levi no pareció convencido, pero no insistió más, quedando en silencio. Me había pedido que confiara en él y continuaba ocultándole mis sentimientos. ¿A caso él no tenía nada que decir al respecto? o quizá su naturaleza le impedía hablar sobre ello. Estaba claro que se expresaba con sus acciones, quizá no era tan bueno con las palabras en cuanto a sus sentimientos o situaciones que los involucrara, tal como yo. —Levi... ¿Cómo era tu vida antes de convertirte en soldado?

El capitán pareció desconcertado ante mi pregunta. —¿Por qué quieres saber eso?

—Bueno... nunca llegaste a decirme qué solías hacer allí abajo. Practicamente no sé nada de ti, a diferencia de tú de mi—. Respondí dirigiendo mis rodillas contra mi pecho y abrazando mis piernas, la manta colgaba de mis hombros.

Levi guardó silencio por unos momentos en los que me dediqué a observarle con detenimiento. lucía más cansado de lo habitual, prácticamente devastado. Las marcas en los contornos de sus ojos eran mas pronunciadas.