Petra me mostró amablemente el tipo de té que solía beber Levi, ya que contaban con un par de tipos distintos. ¿Quizá por petición de él? A penas veía tomar té al resto de ellos. Una vez lo preparé, el negro específicamente, me dirigí a su despacho, preguntándome por el camino qué tema quería tratar conmigo. No me había metido en ningún problema, de eso estaba segura, así que lo más probable era que quisiera hablar sobre mi posición oficial en su escuadrón. Cuando llegué, golpee la puerta un par de veces.
—Nombre y negocio—. Exigió su profunda voz desde el interior. Sonaba agotado.
—Liberi, me estabas buscando.
—Entra.
Abrí la puerta con calma y me introduje en el interior. El aire limpio y fresco del cuarto golpeó mis fosas nasales. Entrar en aquel lugar siempre me hacía sentir como una pelusa que se a colado en su impecable cuarto.
—Siéntate—. Ordenó una vez más sin apartar la mirada de los papeles que tenía sobre el escritorio.
Me senté frente a él, sosteniendo la taza de té humeante entre mis manos. Levi pareció notar eso, ya que miró la taza a través de sus pestañas y luego a mi, arqueando una ceja en el proceso. Dejé la taza y su respectivo plato a un lado del escritorio. De repente me sentía avergonzada y no entendía el motivo, lo que hizo molestarme conmigo misma. Quizá era porque nunca había hecho nada así por nadie o porque no esperaba hacerlo por Levi, a quien había comenzado a respetar pero aún no toleraba. Ni siquiera sabía que era lo que sentía realmente respecto a él. Pero si sabía que me sentía agradecida por salvarme la vida, quizá por segunda vez, y el té era la forma en la que él me hizo saber que aceptaría el agradecimiento.
Levi observó mis movimientos con atención, probablemente esperando una explicación. Me aclaré la garganta ligeramente. —Es para ti. Pero si no lo quieres, bien podría ser para mi—. Dije tratando de sonar lo más desinteresada posible, cruzando los brazos sobre mi pecho, sabiendo que no lo iba a rechazar.
Tras unos segundos de silencio, Levi agrupó todos los papeles y los dejó a un lado, acercando la taza a él. —Por supuesto, de nada.
Una ligera sonrisa amenazaba con adornar mi rostro, pero la contuve. —¿Para qué querías verme?
Levi se llevó la taza a los labios, dando un pequeño sorbo al té. Después, dejó lentamente la taza sobre el plato, con los ojos cerrados. —Es realmente bueno.
—Gracias...—. Respondí, sin saber como reaccionar ante el repentino cumplido.
Realmente le gusta el té a este tipo.
Levi se recostó sobre su silla y abrió los ojos. Sus orbes azul hielo penetraron directamente en los míos. Reprimí el impulso de apartar la mirada. Aún no me acostumbraba a una mirada tan fría. No ocultaba maldad como otras que había estado acostumbrada a ver, pero tampoco era amable. Lucia joven, pero sus ojos mostraban sus verdaderos años de experiencia. Volví a preguntarme que edad tenía Levi realmente.
—¿Estás a gusto en mi escuadrón? ¿Estás de acuerdo con permanecer aquí?
Su pregunta me dejo desconcertada una vez más. Si él había pedido mi ingreso en su escuadrón sin preguntar mi opinión primero, no entendía el por qué de la pregunta en aquel momento.
—Sí, creo que me he acostumbrado a la mayoría de presencias. También es bueno no sufrir cambios inesperados, así que supongo que estoy bien quedándome aquí—. Respondí sinceramente.
Levi asintió, parecía satisfecho con mi respuesta. —Te preguntarás por qué te escogí después de todo—. Dijo bebiendo té una vez más. Asentí. —Todavía pienso que necesitas disciplina, soy tu capitán y aún no me has tratado como tal desde que entraste por la puerta—. Comienza mirándome fijamente, la taza ocultaba sus labios mientras hablaba. —Pero no importa, está bien mientras estemos solos. A este punto no merece la pena tratar con eso, pero tendrás que acostumbrarte a nombrar a tus superiores por sus títulos. No te confundas, no es cuestión de ego o superioridad, es cuestión de respeto y confianza—. Dejó de nuevo la taza y se inclinó sobre la mesa, apoyando ambos brazos sobre esta. —Voy a ser claro, no por ser mi subordinada va a cambiar me trato sobre ti. Sigues siendo un soldado más, nada te hace especial al resto. Si me faltas el respeto, incumples mis normas o te metes en problemas, me asegúrate de darte un castigo adecuado. Mi escuadrón ha sido escogido por mi. Les escogí a ellos porque eran desconfiados, firmes a sus ideales y aunque a veces se comporten como unos mocosos, saben lo que hacen, saben cual es su lugar y en batalla ofrecen todo su potencial. Son un equipo, y unidos son incluso mejores. Lo mismo vi en ti, solo que tus habilidades les superan considerablemente. Quiero que formes parte de ese equipo, olvídate de ser una loba solitaria. No eres una heroína, tu sola no lograrás cambiar nada, no liberarás a la humanidad de su miseria, y probablemente mueras antes de verlo—. Sus palabras eran duras y firmes, y desde luego no se contuvo en decir las cosas claras, lo cual me gustó demasiado. No quería un cuento bonito, no quería palabras tranquilizadoras, no quería mentiras. Solo conocía a tres personas que dirían algo así. —Aún así, sin tu presencia sería más difícil conseguir la victoria y lo mismo para cada uno de los soldados. Ser parte del equipo de operaciones especiales no es tarea sencilla. Tenemos las misiones más complejas y peligrosas, todo el mundo cuenta con nosotros. Fuera de batalla también tengo unas normas. Me gusta que mi escuadrón entrene a diario y descanse los días asignados para visita a familiares. En tu caso, podrías hacer lo que te diera la gana. También me gusta que mi escuadrón seantenga limpio, tanto ellos como los lugares que ocupan.
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ℒℐℬℰℛℐ ➵ Wɪɴɢs ᴏғ Fʀᴇᴇᴅᴏᴍ 【Lᴇᴠɪ Aᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ】PAUSADA
Fanfic【Levi x OC】 ⚘ Nota: Puedes disfrutar de esta historia sin necesidad de haber visto Attack on Titan. Liberi lucha por sobrevivir en un mundo donde los titanes amenazan con extinguir a la humanidad. Atrapados por muros que les protegen, ella vive en...