ℒℐℬℰℛℐ ➵ Wɪɴɢs ᴏғ Fʀᴇᴇᴅᴏᴍ 【Lᴇᴠɪ Aᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ】PAUSADA

Escuadrón De Operaciones Especiales

Antes de comenzar me gustaría agradecer a todas las bellas personas que leen cada nuevo capítulo, apoyan con sus favs y comentan. Me hace muy feliz ver que esta historia tiene su pequeño público y vuestros comentarios me animan a continuar.

Pretendo que esta sea una historia sólida, con un argumento decente, entretenido y con toda la esencia de shingeki no kyojin, por lo que espero que entendáis si tardo un poco en subir capítulo.

Muchas gracias a todos. 💗

Accedí a que Hange me revisara en condiciones una vez termino de echar una mano en la enfermería. Escuché por algunos soldados que caminaban por los alrededores que había sido la expedición en la que más heridos habían tenido. Aquella manada de titanes pilló de sorpresa a todos.

Hange, tras un chequeo completo, me dijo que estaba bien. Todo parecía estar correcto, pero debería alejarme del entrenamiento y otro tipo de esfuerzo durante una semana hasta la retirada de los puntos, estimando que para ese entonces la herida haya cicatrizado correctamente. Aquello me fastidió un poco, ya que no estaba acostumbrada a permanecer sin hacer nada. A demás de casi haber muerto en la expedición, por lo que necesitaba entrenamiento y reforzar mis habilidades. Dejando escapar un suspiro decidí salir del cuarto. Vagué por los pasillos sin rumbo. Solo quería despejar la mente de los sucesos ocurridos durante la expedición. Mi mente no dejaba de recordar los gritos de los soldados y el terror reflejado en sus rostros. En específico aquel soldado que le había pedido ayuda y al que sólo pude ofrecerle una estúpida disculpa. Me pregunté si pude haber hecho algo, pero ante la presión del momento y la rapidez con la que se desarrolló la escena, no me vi capaz de pensar en nada. Normalmente mis instintos se activaban ante situación inesperadas, sabiendo que hacer. Viví rodeada de muerte y miseria, era algo a lo que estaba acostumbrada. Pero nada se comparaba con lo que ocurría en las expediciones, nadie se acostumbra a ver a personas con un objetivo por el bien común, uno que no es egoísta, devorados por esos seres contra los que luchaban y ofrecían sus vidas para liberar a la humanidad. La Legión de Reconocimiento eran las únicas personas que realmente luchaban para salir de los muros, luchaban por acabar con los titanes y ser libres, morían por ello y aún así no se les reconocía por su trabajo. Pude escuchar con mis propios oídos lo que los civiles opinaban, que eran unos perdedores y un gasto de dinero. Pude ver con mis propios ojos como la policía militar miraba a la Legión. Pero ninguno de ellos hacía nada por mejorar, por cambiar. Se quejaban, pero a la vez parecían conformarse con su comodidad.

Detuve mis pasos mirando a nada en particular. Mis manos se convirtieron en puños firmes. Ahora este era mi hogar y no iba a permitir que se derrumbara de nuevo.

Algun día convertiré esas alas de la libertad reales y podré volar lejos de estos muros.

—Liberi.

Una voz firme y profunda me hizo volver a la realidad, girando la cabeza hacia la derecha para encontrarme con los ojos azules de Erwin.

—Comandante.

Erwin sonrió ligeramente. —La formalidad no es necesaria cuando estemos a solas.

Asentí, enfrentandole por completo. A unos pasos de mi y todavía tenía que inclinar la cabeza para mirarle a los ojos. Recordé por un momento la diferencia de altura entre él y Levi y lo ridículo que se veían uno al lado del otro, pero en mi caso era algunos centímetros más baja que Levi y no quería imaginarlo en ojos de otros.

—Me gustaría hablar contigo en mi despacho. Sígueme.

Dicho aquello se dio la vuelta, caminando en dirección a dicho lugar. Le seguí de cerca. Los soldados que se molestaban en mirarnos mientras pasábamos demostraban su respeto hacia el comandante, realizando saludos o simplemente con sus ojos. Erwin era respetado y querido entre los soldados, podía decirlo. El hombre por si sólo desprendía honor y autoridad. Tenía curiosidad por los objetivos de Erwin. Era el corazón de la Legión y cargaba con todo sobre su espalda. Parecía el tipo perfecto para ello, frío y calculador, colocando a sus soldados como peones destinandolos a una muerte segura. Pocas personas podrían soportar tal peso.