ℒℐℬℰℛℐ ➵ Wɪɴɢs ᴏғ Fʀᴇᴇᴅᴏᴍ 【Lᴇᴠɪ Aᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ】PAUSADA

Pasado Oculto

Aquellas palabras se repetían en mi mente una y otra vez, pero no lograba asimilar lo que acababa de escuchar. No había manera de que algo así pudiera ser cierto, debía ser un error, una invención. Les miré buscando alguna explicación lógica y pude ver que Levi estaba tan desconcertado como yo.

—Erwin, eso que dices es una locura.

—Estoy de acuerdo, es una locura, pero no imposible. Piensalo, Levi. ¿Conocemos algo del mundo exterior? ¿Por qué se nos prohibe hablar de él y se asesinan a todo el que lo intenta? Se confisca todo lo que tenga que ver con ello. ¿Quién nos asegura que no hay vida humana fuera de estos muros? 

Las palabras de Erwin eran ciertas. todo lo que tuviera que ver con el mundo exterior era confiscado o eliminado. Cuestionar la creación y protección que ofrecían los muros era pecado. Aun así, no podia ser cierto...

—Quizá ni siquiera sea la única.

Aquél comentario fue el que me hizo reaccionar, mirándole con clara confusión. No comprendía absolutamente nada. —¿Qué quiere decir? 

Erwin me miró por un momento. —Lo siento, es únicamente una teoría. Aún no sabemos lo suficiente.

—¡Es un ingenuo, comandante!—. La exclamación de aquél hombre logró llamar la atención de todos los presentes allí. —¿De verdad cree que podrá salvar a la gente de estos muros? ¡Ni usted ni su nuevo juguete van a cambiar nada! ¡No pueden enfrentarse al mundo-! ¡Agh!

Levi se acercó para para meter la punta de su zapato en la boca del hombre, silenciándolo. —Lo descubriremos, por el momento deja de chillar, cerdo.

Tras aquello, un silencio pesado cayó sobre todos. Las expresiones eran sombrías, y podia jurar que estaban tan sorprendidos, preocupados y desorientados como yo, pero el miedo ante lo que estaba sucediendo, lo que estaban diciendo, debió ser sólo mío.

—Qué sucederá si es cierto... Que procedo del exterior—. Pregunté con cierto temor. Hacia tiempo que no me había sentido de aquella manera, sin poder controlar la situación, desconocedora hasta de mi propia vida y sin saber lo que podría suceder.

Erwin volvió a mirarme, está vez para mantener la mirada en mi, pensativo ante mi pregunta. —Es difícil saberlo con certeza, pero no adelantemos acontecimientos. Tenemos un nombre perteneciente a un ex-comandante de la Legión. Seguro que le conoces. Él podrá resolver nuestras dudas.

Un par de horas más tarde...

—Keith Shadis.

En el despacho del instructor nos mantuvimos de pie alrededor de la mesa donde el instructor se encontraba sentado tras habernos recibido. Por nuestras caras, supuse que sabía de qué se trataba cuando cerró los ojos y nos invitó a pasar. Erwin había sido el primero en romper el silencio.

—Era sólo cuestión de tiempo que la verdad comenzara a asomar entre tanto engaño, ¿cierto, comandante?—. Habló Shadis con tranquilidad. Parecía que lo hubiera estado esperando durante mucho tiempo.

—Cierto. No te veo sorprendido, supongo que has estado esperando este momento durante mucho tiempo—. Comentó el comandante.

—Tú y yo no somos tan distintos, Erwin. Ni siquiera en nuestros fracasos—. Dicho aquello su oscura mirada se centró en mi. Recordaba a este hombre. Solo había tratado una vez con él y me pareció un completo capullo en su momento, y aunque ahora no le vería igual, saber qué era más conocedor de mi vida que yo misma me hacía dudar en mis pensamientos hacia él. —Liberi, has llegado más lejos de lo que pensé que conseguirías. 

Fruncí el ceño al escuchar aquellas palabras. —¿Qué quiere decir?

—Supongo que habéis venido para escuchar una pequeña parte de la larga historia. Sin embargo, sólo puedo contar lo que he visto con mis propios ojos y he de advertir que no responderá ninguna duda, por el contrario os dejará más. Sentaros, por favor—. Invitó realizando un gesto con la mano hacia la mesa.