La asistente |ShawnMendes|

Capitulo Diez.

El camino es lento cuando tienes manos vagando por las piernas, estás se mueven de forma burlona sobre los jeans negros y tengo que morderme los labios para evitar tomar sus manos y llevarlas a dónde las necesitaba.

Ella sabe cómo me está causando, sus preciosos rasgos están marcados de malicia, su preciosa sonrisa está tan grande como el gato de Alicia en el país de las maravillas, entro a él estacionamiento luchando por mantener el control.

Salimos del auto,camina lejos de mí, bloqueo el auto y entonces veo lo que ella tiene planeado, abro mis labios para gritarle, entra a el elevador me da sonrisa con maldad y me tira un beso, estoy a nada de correr cuando las puertas se cierran.

Espero a que el elevador regrese y pico desesperado por qué suba rápido, cuando por fin puedo entrar a mi condominio está a oscuras, camino lentamente hasta llegar a la habitación.

—Dianna—empujo la puerta hasta entrar, está en la cama arriba de una pila de almohadas, con una sonrisa que está de oreja a oreja—Quieres matarme

Su risa inunda la habitación y me siento tranquilo, me saco mis botas dejándolas en el piso, subo a la cama con una rodilla y gateo hasta ella, sus brazos delgados y cortos me arrastran hasta ella, aplasto mi cuerpo sobre el suyo, sus tetas se aplastan en mi camisa y siento como sus pezones están despiertos, mis manos se acercan a sus caderas y enreda sus piernas encima de mis caderas.

—Estas tan guapo—sus manos se mueven por mi espalda y sus largas uñas cuidadas raspan mi piel con cuidado.
—hmmm—Entierro mi rostro en su cuello, mis labios reparten besos en su delicado y suave cuello.
—Tan guapo y tan caliente—me mantengo entretenido en su cuello cuando siento sus dedos bajar y realizarse en mi espalda baja—Dejame tomarte una foto—sus manos se alejan de mí y se acomodan en mi pecho empujándome con fuerza para alejarme de ella, me tumbo a un lado boca arriba, sintiendo mi piel arder debido a mi calentura, respiro profundo para controlarme, escucho el sonido de cosas siendo movidas de aquí allá.
—¿Dianna que haces?—me siento en la cama para ver lo que está haciendo.
—Busco mi cámara—me dice desesperada por encontrarla, ella no traía cámara, me hubiera dado cuenta—oh....
—Es asi—Hace un movimiento con sus manos mostrándome que tan grande es la cámara—Es rosita y tiene elefantes color—bosteza—es rosita y tiene elefantes...

Sus ojos están cerrados y su respiración está tranquila, al parecer mi ardiente bienvenida tendrá que esperar.

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La luz del sol se filtra por la ventana ligeramente, el sonido de la ducha es lo único que escuchó, me siento en la cama y bostezo estirandome.

Camino hasta la cocina y preparo el café, desbloqueo el iPad que está en la barra de mármol y veo el correo de Andrew hablando de el viaje que tengo a Francia, tengo algunos compromisos y estaré allá 2 semana, paso mis manos por mi cabello, voy llegando y ya me tengo que ir, gajes del oficio, bloqueo el iPad y preparo mi café, Dianna no tarda en aparecer, su cabello está húmedo así que transparenta la blusa delgada que usa.

—Hey—me abraza por mi cintura—lamento lo de ayer—me dice con una sonrisa insegura, me inclino y dejó un beso en su cabellera rubia.
—¿Recuerdas todo?

Ella asiente y se inclina sobre la barra para alcanzar una taza en los cajones, sus pechos se presionan en la camisa y me doy cuenta de que no usa nada, dejó mi taza en la barra y me acerco a ella, presionando mi polla en su trasero, joder, esto fue una mala idea, ella se sorprende pero me deja donde mismo, aprieto mis manos en su cadera y la aplasto contra mi, un gemido sale de su boca.

—Anoche te deje muy mal—Me dijo, se dió vuelta encontrándose conmigo, sus labios tenían una sonrisa coqueta, me inclino y aplasto mis labios con los de ella, el beso es suave al principio, pero sube la temperatura rápidamente, su lengua acaricia la mía y estoy perdida en ella  no pudo contener el grito de asombro mientras agarraba la parte posterior de sus muslos fuertemente y doblo un poco las rodillas antes de levantarla del suelo, separando nuestros labios del movimiento.

Sus piernas se envolvieron instintivamente alrededor de sus caderas mientras mis manos se mueven hacia su trasero, sosteniéndola  hasta dejarla en la barra, quedamos a la misma altura, sus labios cubren mi cuello y dejó caer mi cabeza atrás para que ella tenga más espacio.

Necesito tocarla, mi piel pica por hacerlo, meto mis manos bajo su camisa y las paseo suavemente por su abdomen, su piel es suave y tersa se estremece bajo mi tacto y deja mi cuello, fijo mi vista en ella para pedirle permiso para tocar sus tetas ella me mira con sus preciosos ojos abiertos y suavemente inclina su cabeza para asentir, ahueco sus tetas entre mis manos sintiendo un material distinto así que imagino que son los piercings, me inclino y tomo sus labios de nuevo, ella no me toca, mantiene sus manos lejos de mí, tengo la oportunidad de masajear sus pezones, lo cual hago suavemente mientras introduzco mi lengua en su boca, suelta un gemido en mis labios que me pone aún más caliente.

—Deja... Levanta los brazos—ella lo hace y sacó la playera, dejando al descubierto su pecho, mi respiración se corta cuando los veo, los había visto un poco transparentes o incluso marcados, pero nunca tan claramente, mi boca se hace agua al ver el piercing, el primer toque de mis labios ya habia tirado si cabeza girara de la mejor atrás.Tenía sus ojos cerrados mientras mi lengua lamía uno de sus pezones antes de que cerrara mis labios a su alrededor, dejando que la barra cayera de un lado a otro alrededor de su lengua, arqueó su pecho hacia mi y cómo sus manos agarraron mi camiseta. 
—Hmmm—murmuró y mi pulgar inmediatamente rodeó su pezón.
—Mira como estas gatita, estás preciosa gimiendo por mi lengua— me inclino y chupo su otro pezón, ella arquea aún más su pecho hacia mi boca—Tan preciosa—contemplo sus pezones rojizos y brillantes por mi boca, cubro sus labios y me pierdo en ella.

—Shawn—se separa y respira profundamente—El timbre.

Joder, aprieto el comunicador del primer piso y miro por la camarita a mi hermana, Dianna me empuja y baja de un brinco de la isla.

—Yo la atiendo tu... Ve a tratar tu problema—me dice señalando mi entrepieza hinchada.

—Joder Aaliyah, arruinando momento importantes desde el 2003—me quejo en voz alta frustrado sexualmente por segunda vez en menos de 12 horas...

Pero ya lo resolveré.