Capítulo XIV: Más Allá de la Oscuridad

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Alzada el alba y habiendo el sol ya iluminado la blanca y resplandeciente nieve, Einan se marchó ahora con más provisiones y descansado para cumplir su misión: adentrarse en las peligrosas ruinas de la ciudad de Alftand y llegar al Límite Sombrío para allí encontrar el Pergamino Antiguo y con él ver el momento en el que los Lenguas usaron el "Desgarro de Dragones" y de ese modo poder aprenderlo para derrotar a Alduin. Durante varios días estuvo surcando las montañas nevadas y las llanuras de la comarca del Pálido, la cual era un poco menos inhóspita que Hibernalia, pero sin dejar de ser una explanada de leguas de nieve. No obstante, en ella crecían algunas hierbas silvestres y pinos cuyas copas verdes se habían vuelto blancas por las constantes nevadas.

En uno de los días en que acampó, Einan vio a un zorro ártico haciendo salir a un conejo de su madriguera para cazarlo. Se fijó en cómo aquellos pequeños animalillos se habían adaptado al medio haciendo que su pelaje fuera blanco para así no ser vistos con facilidad. Tal era la dureza de aquella región que sólo aquellos que lograran adaptarse a ella parecían poder sobrevivir. A fin y al cabo, la naturaleza es sabia y sólo elige a los más fuertes y aptos para sobrevivir a las malas épocas para que la especie prevalezca. Y si esa especie no es capaz de adaptarse, será condenada a la extinción. Esto le ayudó a entender que eso era lo que debía hacer la humanidad en esos tiempos difíciles que corrían, luchar por su supervivencia si deseaba prevalecer o de lo contrario caería ante la extinción.

Finalmente, tras un día y medio más de viaje, halló la excavación de Alftand; una ciudad dwemer enterrada bajo la nieve cuyos torreones de piedra y metal enano eran lo único que asomaba a la superficie. Era por eso por lo que sabía que justo bajo sus pies se hallaba la antigua ciudad en la que debía adentrarse. Pero parecía que ya se le habían adelantado, pues habían excavado hasta lo que fue una vez la entrada de la ciudad y habían puesto un puente para llegar hasta allí. Lo que le extrañó fue encontrar el campamento totalmente abandonado. Las tiendas de campaña y los sacos de dormir seguían allí, pero la gente había desparecido, lo cual le causó intriga y preocupación, ya que era demasiado extraño que todo un grupo de excavadores desapareciese sin dejar rastro, pero si por algo son famosas las ruinas dwemer es por estar rodeadas de misterio y peligro.

Einan dejó a Deon arriba cobijado del frío, pues las temperaturas allí eran muy bajas. Luego cruzó el puente que habían construido y tras llegar a la entrada permaneció unos segundos contemplando aquel oscuro agujero en la pared, sabiendo que iba a ser un viaje peligroso hasta el Pergamino Antiguo, pero igualmente entró sin mirar atrás. Al entrar cogió una antorcha, susurró sobre ella "Yol" y una pequeña llama emergida de su aliento prendió la brea y la antorcha se encendió, pudiendo ahora ver en la oscuridad. Tras encender la antorcha y avanzar a través de pasillos de hielo, pudo ver varias cajas de suministros y lo que anteriormente fueron hogueras seguramente encendidas por los que estaban intentando acceder a la ciudad de Alftand antes que él. Más adelante empezó a encontrar rastros de sangre, lo cual comenzó a preocuparle sobre qué encontraría en aquellas ruinas.

—Los sacaron a la fuerza de sus sacos de dormir mientras dormían y los arrastraron a las profundidades de las ruinas—Einan comenzó a reconstruir la escena—Algo o alguien debió hacerlo, y estoy seguro de que fueron más de uno.

Cada vez temiendo más qué le depararía en Alftand, Einan siguió el rastro de sangre con la antorcha en la mano y con la empuñadura de su espada en la otra por si debía desenvainarla. Entonces empezó a oír una voz a través de los pasillos de la excavación y, dado al acento sureño tan marcado que tenía, dedujo que debía tratarse de un khajiita.

— ¿Dónde está? Sé que querías quedártelo para ti, J'zhar... ¡Siempre intentas quedártelo todo!—dijo aquella voz pareciendo que hablara con alguien.

The Elder Scrolls: La Leyenda del Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora