33

5.3K 301 41
                                    

Shawn

Ahora veo las diferencias, Cuando creí amar a Camila, creí estar enamorado porque cada vez que la veía la quería tocar, tener cerca, besarla y admirarla. Si, me atraía. Atracción con deseo. Ahora entiendo, a lo que se refería mi padre "Shawn cuando te enamores no vas a querer dejar de hacer sonreír a esa persona" me gustaba ver a camila riéndose, más cauando terminaba encima de mi besándome. Pero a eso no se refería, no se compara ver a Madaline reírse con las mejillas cloradas. Cada vez que la veo la quiero tocar, quiero correr el pelo de su rostro para poder mirar sus intensos ojos verdes, quiero abrazarla y sentir como sus delicados brazos intentan rodearme, quiero tenerla cerca cuando me siento inseguro. No me importa ir lento, no me importa esperar meses o tal vez años para que haya más que una pequeña carisia. Con solo rozar Su mano siento... No hay palabras, simplemente siento más. Más que nunca antes. Más de lo alguna vez pensé sentir. Más de lo que tal vez merezco. Más.

—¡Está helada!— Sonrio cuando su cabeza emerge de la pileta, sus cabellos está lisos pegados al costado de su rostro.

Tengo la misma sonrisa de bobo desde que me besó. Corresponde mis sentimientos aunque ni yo sepa que son. Tengo una oportunidad que pienso cuidar, porque si, nos veo un futuro. Podré ser iluso pero ya me imagino despertar a su lado por la próxima semana y mi corazón se acelera.
Es cierto que hay dos habitaciones, no pienso dormir solo. Estuve solo por mucho tiempo ya no lo aguanto.

—Alcanzame una toalla por favor.— Me pongo de pie, en un mueble negro se encuentran una gran pila de toallas blancas. Tomo la primera para luego envolver su cuerpo, su labio inferior tiembla. La llevo conmigo al sofá, se sienta en mi regazo y envuelve sus brazos en mis hombros. Aspiro su aroma dulce mezclado con cloro, me veo tentado a dejar una marca en su blanca piel.

¿Me gusta? Si ¿Siento amor? Aún no lo sé, tal vez por ahora sea solo cariño.

Está vez no tiene sus piernas a cada lado de las mías, igual así mi cuerpo no puede evitar reaccionar a su cercanía.

Me va a volver loco.

Hunde sus manos en mi cabello, comienza a tirar suavemente de las hebras hasta que encuentro su mirada, sonríe sonrojada. Sólo me mira por unos segundos, podría estar horas así. Su labio ya dejó de temblar para estar en una fina línea. Dubito entre besarla o no, me decido por dejar un casto beso en sus labios. Me mira con una sonrisa maliciosa antes de tomar mi labio inferior entre sus dientes.

—No juegues con fuego cosita.— Susurro sobre sus labios.— Te puedes quemar.

Bajo mis manos a sus muslos, noto como da un pequeño brinco de sorpresa, suelto un suspiro cuando se acomoda mejor en mi regazo, con ambas piernas a mis costados. Tengo que contenerme, voy a respetar sus tiempos. Estoy a su merced, que haga lo que quiera conmigo.

Me besa lento como si tuviéramos todo el tiempo del mundo. Lo tenemos, no pienso dejarla ir por un largo tiempo. Mamá solía decirme que era posesivo con las cosas que quería.

—Te quiero.— Suelto en el medio del beso.— Siento que mi corazón va a explotar.— No me gusta ocultar lo que siento, vale la pena ver su resplandeciente sonrisa.
— Me encantaría estar así todo el día.— Toda la vida quice decir.— Pero podríamos salir a disfrutar el día.

—Así estoy bien.—Se abraza a mi nuevamente, subo mis manos a su cintura. —Podría cocinar algo y tal vez mañana recorrer algunos sitios, hoy solo quiero estar contigo.

—Lo que te haga feliz.— Le quito importancia. Parece que habíamos llegado en un mal día, una espesa capas de nubes cubre el sol, en cualquier momento se largaria una tormenta.

El viento frío nos golpea, la pelirroja se acerca más a mi en un acto inocente. No sabe todo lo que me provoca.

—¿Prefieres un pastel o panqueques?-Murmura aún en mi cuello.

—Preferiría que me beses.

—Ya idiota.— Me pega en el hombro.
—Hablo en serio.

—Yo también.— Pego mis labios a su mejilla, la sangre acumulada le da un calor intenso.— Tenemos siete días para hacer lo que queramos. Apaga tu teléfono. Solo mírame a los ojos.— Lo hace, verde contra marrón luchando por conseguir la mirada más intensa.—¿Podemos vivir la vida real?

—Eres real Shawn.— Sus palabras surgen un gran impacto en mi, soy real. Soy yo y no él. Soy el verdadero yo cuando ella está alrededor. No, es como si sacara a relucir alguien nuevo, alguien mucho mejor.

▪️▪️▪️

La observo mientras sierra la puerta, hace equilibrio con la caja de pizza en una mano mientras en la otra textea con sus padres, prometimos deshacenrnos de todos los aparatos de comunicación portátiles. Primero tenia que dejar tranquilos a sus padres, yo hice lo propio aunque no creo que los míos se alarmen si desaparezco un par de días.

Coloco una botella de agua sobre la mesa, tenemos que ir al supermercado o viviremos a delivery.

—Trae un cuchillo, no la cortaron bien.— Se queja y me apresuro a alcanzarle el utensilio, el olor a pizza llega a mis fosas nasales destapando mi apetito.

Corta la pizza bufando. Nota mental, nunca darle una pizza mal cortada. Tal vez son los pequeños detalles los que van a hacer que esta relación funcione...

Basta Shawn.

Callo mis pensamientos antes de enredarme, el queso fundido se expande en mis mejillas haciendo que cierre los ojos.

—¿Cual de las dos habitaciones es la mía?—Pregunta con la boca llena. Sonrio, se ve jodidamente tierna.

—La principal y es nuestra.—Aclaro.

—Tu y yo... En la misma habitación.— Se me ocurren muchas cosas que podríamos hacer, pero me limito a asentir.

Levanta su plato y lo deja en el fregadero.— Bien, te espero en la cama.— Guiña el ojo jugando. Subo y bajo mis cejas siguiéndole la corriente, desaparece por la escalera riéndose.

Termino de levantar la mesa escuchando el agua de la ducha correr, lavo los platos antes de apagar todas las luces e ir por mi pijama.

Me siento en la cama sin saber que hacer, estoy abrumado de tantos sentimientos, quiero tener esto asegurado. Me da miedo que cualquier chico pueda venir y robarme todo lo que estuve soñando y al fin encontré. Está Derek y Jack. De Derek no me siento amenazado, parece un puto modelo pero Madie no parecía cómoda mientras él hablaba, en cambio Jack puede de un solo movimiento hacerme ver como la peor mierda del mundo porque ella confía en él tanto como lo hace con su hermano. Y él la ama. Cuando en Navidad me gritó todas esas verdades a la cara pensé en rendirme, dejar que ella haga su vida normal y yo siga con la mía, pero si por lo menos sentía una mínima parte de lo que yo sentía  la iba a destruir. Porque yo estuve destruido en Navidad, volé por horas para llegar a las 12 e invitarla a Hawaii, ya lo tenía pensando aunque le hice creer que fue una idea nueva. Me vi como un estúpido cancelando la reserva y luego volviéndola a hacer, la señora de turismo me advirtió que podría no conseguir nada aunque acá estamos.

Luego Jack me dice todas esas cosas y se que se merece a alguien mejor, que la acompañe, que pueda cuidarla. Pero no puedo, joder yo también merezco alguien que me quiera. Y sé que Madie lo hace, porque justo ahora cuando acaba de salir del baño con su pijama celeste, se sienta junto a mí en la cama y me toma la mano, no sabe lo que estoy pensando pero está a mi lado apoyándome.

Besa mi mejilla delicadamente antes de hundirse en el colchón y cerrar los ojos.

—¿Que somos?—Pregunto de repente con un poco de temor a la respuesta, entreabre sus ojitos y en hace seña para que me acueste a su lado, lo hago e inmediatamente se acurruca en mi pecho mirándome a los ojos.

—Seremos todo lo que quieras que seamos.—Susurra.

—Lo quiero todo.

—Entonces seremos todo.

Under the same stars ||Shawn Mendes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora