Prólogo

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Suelto un suspiro medio gruñido cuando la profesora de matemáticas me obliga a quitarme el gorro de lana que siempre me gusta utilizar.

— ¿Acaso no te mueres de calor con eso, muchacho? — me pregunta con una mueca.

No le contesto por educación, porque sé que sonaré grosero, así que no le digo nada.

En eso parece que va a seguir reprendiendome pero alguien se asoma a la puerta del curso.

Muchos sueltan silbidos y gritan mi nombre, frunzo el ceño mirando a todos a mi alrededor, cuando esa chica entra al curso hacia la profesora ruedo los ojos.

Llevan semanas molestándome con esa chica de otro paralelo, no es fea, pero tampoco me llama de nada la atención.

Ni me interesa saber su nombre, ni que tipo de persona es, lo que si quiero saber, es si yo le gusto como todos andan diciendo.

Mi ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora