Sábado, 25 de Agosto de 2018.
C A R O L I N A
Kenny me sonríe a lo lejos, Klever viene corriendo hacia mi, le doy un beso en la frente y sus mejillas se encienden. Es un niño adorable.
Mi prima Yuliana, tiene diez años, se hizo amiga del pequeño cuando toda mi familia conoció a mi Crush. Así que ambos niños irán con nosotros a la feria a algunos pasos de mi casa. La feria esta literal a una cuadra de mi casa, en toda la iglesia. Es por las fiestas de la virgen del cisne, hay una feria de juegos mecánicos, le dije a Kenny cuanto me gustaba ahí y él también vio todo el lugar un día que vino a dejarme a mi casa como es habitual.
Kenny tiene vértigo, se le hará difícil subirse a los juegos esos, yo le dije que podíamos solo mirar, no había problema por mi parte, pero él insistió, dijo que quería hacerlo, y hacerlo conmigo.
Llegamos a la feria, Kenny me lleva agarrada de la mano, y también a su hermano con la otra mano libre. Yuliana va delante de nosotros sonriente y con su energía chispeante.
Los dejamos en un juego que es especie de ratonera, como un laberinto por dentro, Kenny y yo nos vamos a seguir recorriendo el lugar.
El lugar está algo vacío, normal, son recién las siete de la noche, hoy sábado esto se pone a mil de gente a partir de las ocho de la noche, es una feria al aire libre, es conocida por la procesión que hacen todos los años por la iglesia, gente de otras zonas de la ciudad viene para acá, lo que vienen es más a partir de las diez de la noche es a probar el famoso canelazo, porque en estas fechas hace mucho frío y viento.
Kenny me señala el famoso barco pirata, ya hay gente haciendo fila, niños más que seguro no tienen más de catorce que seguro sus padres lo obligan a regresar temprano a casa por lo que tienen que aprovechar todo a la de ya.
Kenny me apreta la mano un poco cuando el juego empieza a moverse, sube de izquierda a derecha, y eso que solo nos hemos quedado parados en una vereda viendo el juego, la gente grita de diversión y seguro de euforia, Kenny sigue mirando con preocupación el juego.
— ¿Y seguro que nunca ha ocurrido un accidente aquí? — insiste él por tercera vez, le suelto la mano para abrazarlo por la cintura.
— Ya te dije que no. No tienes de que preocuparte, estaremos juntos ¿si? Estaré contigo ahí. — él me devuelve el abrazo por los hombros, suspira en mi coronilla.
— Está bien... Solo... Tengo algo de miedo, lo siento, soy un miedoso...
— Está bien ¿si? Todos le tenemos miedo a algo, no pasa nada.
De pronto Kenny se ríe. Me separo un poco de él mirándolo raro aunque no puedo evitar sonreír por ese sonido tan bonito que sale de sus labios.
Esos mismos que ya besé...
— Siento como si... Suena raro teniendo que solo nos conocemos desde hace un par meses... pero... — comienza y me mira intensamente — Siento como si nos conociéramos de toda la vida, nunca me había pasado algo así, me siento tan feliz contigo, eres lo mejor que me ha pasado en toda mi corta vida... Te quiero Carolina.
Me quedo muda, no sé qué decir, solo miro su rostro, él me sonríe tímidamente y me toma el rostro en sus manos, apretuja mis mejillas y estás se elevan empujando hacia fuera mis lentes.
— No tienes que responder alguna cosa... solo quería decirte que, soy otra persona desde que estoy contigo... ya ni recuerdo como era, pero no era del todo agradable, y... bueno, eso. — las luces del lugar me dejan ver cuan sonrojado está.