Sábado, 27 de Octubre de 2018.
C A R O L I N A
— ¡Hola Caro! — Kenia viene corriendo hacia mi sonriente, igual la sigue el pequeño de la casa.No sé que he hecho para merecer que me quieran, pero no me quejo, son adorables y muy alegres.
La señora Tatiana, la abuela, me abraza con una sonrisa, Kenya me saluda con la mano. He notado que es un poco, igual de no tan cariñosa como sus hermanos y su abuela, me agrada porque me recuerda a mi, ya que tampoco suelo ser de las que da besos en la mejilla o abrazos para saludar.
Esta visita es porque hoy, Kenny me invitó a salir con ellos, vamos a algún lugar pero no tengo idea donde es. No me dijo, solo dijo que era algo importante para él, y mi corazón casi se sale cuando me dijo que era algo que lo entristecía mucho y a la vez lo emocionaba porque quería compartirlo conmigo.
No sé de qué trate, pero sé que será algo realmente importante. No he visto a Kenny, me dijo que no podía ir a verme y que lamentaba eso pero tenía algo que hacer, que tampoco me dijo. Así que tuve que venir sola. Siempre andaban en bus sola hasta que comencé esto con Kenny. Parecemos siameses, estamos juntos todo el tiempo. Es raro hasta cierto punto, pero definitivamente no me molesta. Cada vez me gusta más y más él, y cada vez disfruto más pasar tiempo con él.
— Kenny esta en su cuarto... Él nos dijo que te dejáramos ir hasta allá cuando llegues. Dile que estaremos afuera esperando el taxi... que se apure en lo que sea que esté haciendo.
Muchas veces he ido a la habitación de él cuando he estado aquí, claro, con la puerta abierta, pero no me molesta en lo absoluto porque no vamos a su cuarto a hacer cosas que no deberíamos aún.
Toco la puerta una vez estoy frente a ella, se abre de inmediato, Kenny me sonríe, su cabello gotea, de pronto él se estira a tomar mi muñeca y tira de mi hacia el interior de la habitación.
— Quiero enseñarte algo. — sonríe con timidez antes de inclinar su cuerpo hacia el mío y besarme los labios despacio.
Me es inevitable no notar un baúl tamaño mediano sobre el borde de la cama de mi Crush, él me jala directo ahí y recoge una foto que esta sobre la cama pero no había visto porque estaba detrás del baúl.
Hace que nos sentemos en el borde de la cama también con nuestras manos agarradas, Kenny me muestra la foto en silencio con su mano libre, noto su mirada en mi, pero yo solo me concentro en la bonita mujer de la foto. Es idéntica a los chicos de esta casa.
Es idéntica a él.
— Es tu mamá. — afirmo.
— Aja.
— Es hermosa.
— Lo sé... mamá murió hace cinco años. Hoy cumple seis...— tose un poco para luego seguir hablando; — Ella era nuestro sol. Nosotros girabamos en torno a ella. Era perfecta. Era mi heroína, era mi luz, era todo. — es la primera vez que él habla de su mamá. Giro un poco la cabeza hacia él para verlo, él tiene su vista fija en la fotografía.
Noto cuanta tristeza hay en sus ojos, por lo que suelto su mano y girando un poco mi cuerpo lo abrazo por los hombros, él me recibe pasando sus brazos por mi cintura, para luego apretarme contra él, acurruca su rostro entre la curvatura de mi hombro y mi cuello, algo que he notado le gusta mucho hacer.
— Me cuesta hablar de esto, pero quiero decírtelo, tal vez no hoy, pero si pronto lo haré... hoy he podido decirte esto y quiero... — se queda callado de repente.