Diez años después...
C A R O L I N A
Salgo del hospital suspirando feliz del aire fresco al fin, al fin mi guardia terminó y voy a ir a casa a descansar. Son las tres de la tarde y parece a punto de llover, a juzgar por el cielo nublado y el viento algo fuerte. Me embarco en un taxi dándole la dirección de mi departamento, el lugar donde vivo ahora.
Mi hogar junto a él.
Sonrío mirando los mensajes de madrugada de Kenny. Los manda porque dice que no puede dormir cuando no estoy con él, también los manda en caso de que me esté durmiendo en mis guardias.
Cuando llego a mi casa, entro al lugar tomando en mis brazos a Zac, un perro que era mío de cachorrito hace diez años y a Kenny le gustó, según él desde la primera vez que fue a mi casa.
Se lo regalé y desde entonces lo ha tenido y cuando nos mudamos juntos a este lugar trajo al perro con él.
Porque si, Kenny y yo vivimos juntos ahora. Hace cinco años que nos mudamos juntos, pero llevamos siendo novios desde hace diez años. Yo estudio para ser doctora aún, y tengo mis prácticas con lo que tengo que hacer guardia en un hospital muchas veces, y Kenny ya se graduó de ingeniero, por lo que él trabaja y yo estudio, igual en un año ya terminaré mi posgrado de psiquiatría, que es lo que sueño más que nada desde hace mucho tiempo.
Llego al pequeño departamento de dos cuartos, en la cocina está prácticamente el comedor, que solo es un mesón precioso con bancos altos, y a través de este está la sala, un poco a la izquierda de la sala está el pasillo a un solo cuarto y un baño de visitas.
Me río entre dientes mirando la notita en la puerta del microondas.
<< Espero que hayas desayunado, aunque de todas formas te dejo esto porque sé cuanto te gustan mis tostadas medias quemadas, porque según tú son más saladitas, así que aquí están para que ya no sigas enojada conmigo.
Psdt: Cuando regrese quiero que vayamos a comer fuera, por favor Cary, despierta antes de que llegue, si te encuentro dormida no voy a poder evitar acostarme a tu lado y de verdad quiero comer fuera en un nuevo restaurante que conocí con unos amigos, seguro vas a amar los tacos que hacen ahí ;) >>
Me doy una ducha tranquilamente, cantando de lo más feliz del mundo cuando a lo lejos escucho el estridente ruido del timbre y me cae shampoo en los ojos.
Grito para terminar de enjuagarme todo el jabón del cuerpo, luego salgo del baño apresurada poniéndome una bata y juro en silencio que voy a ahorcar a quién quiera que esté fuera llamando ya que acabo de quedar más ciega de lo que ya era.
Cuando abro la puerta la mueca en la cara se me transforma a sonrisa confundida al ver a mis amigas.
— Llevo casi un año sin verlas. — acuso — ¿Qué hacen aquí?
— Estamos bien, gracias por preguntar Carolina. — Lady rueda los ojos al escuchar a su hermana.
— Nosotros si nos acordamos de cierta amiga que ahora es doctora y tiene el romance de ensueño con el mismo chico desde los dieciséis, quién ahora planea... — las hermanas le tapan la boca a Marcela mirándola mal.
Frunzo las cejas con sospecha, pero no digo nada, solo me doy la vuelta para ir a la sala.
— A ver ya, dejen el drama y entren.
Me siento en un sofá individual y mis amigas se sientan las tres juntas en un mueble grande mirándome con una sonrisita que se me hace extraña.
— Estábamos planeando algo para la despedida de soltera de Marcela, por eso vinimos a verte. Además, también queríamos mirar casas, mirar vestidos para la boda, mirar la decoración, en fin, la mierda de las bodas. — comienza Nancy y sonrío porque su vocabulario no cambia.