Quedé estática.
¿Había dicho un mes?
Un mes. Me acababa de enterar que estoy comprometida, y ahora resultaba que dentro de un mes seré una mujer casada. ¿Cómo?
Me giré hacia mamá, buscando en ella las respuestas que mi mente no era capaz de darme.
Jayden apenas había vuelvo de Europa, pensé que como mínimo tendría cinco meses para adaptarme a la idea. Con suerte un año. ¡Ni siquiera había acordado bien los detalles con Jayden!
Dios. La cabeza comenzó a darme vueltas.
—Vale: ¿Estás bien? —me miró con preocupación.
—Vane: ¿Tú qué crees?
Suspiró.
—Vale: lo siento, cariño. No tengo forma de excusarme porque sé que lo que estamos haciendo está mal.
—Vane: Y aun así lo siguen haciendo —respondí, sintiendo un ácido subir por mi estómago.
—Vale: no hay nada que podemos hacer —Me tomó del rostro y me hizo verla. En sus ojos había cariño—. En serio lamento lo que está pasando. Como madre lo siento en mi pecho y nadie me puede decir lo contrario, pero te prometo que haré que por lo menos sea la boda de tu vida, mi amor, porque te lo mereces.
A pesar de todo sus palabras me sacaron una sonrisa. Desde esos ojos azules que había heredado me regaló amor, y aunque me afectaba todo y la molestia por ellos volvió, no me pude enojar con ella porque sabía que era sincera.
—Vane: es muy poco tiempo para hacer una gran boda —bromeé y ella negó.
—Vale: para una madre nada es imposible. Te lo juro, el catorce de diciembre tendrás la boda de tu vida, y la vas a disfrutar a pesar de todo. Porque te amo, mi princesa y aunque no puedo cambiar esto quiero darte un poco de alegría por lo menos durante unas horas.
Suspiré. Agrecía que me hiciera feliz de esa forma, pero no podía evitar el peso en el pecho. Sí, lo había aceptado, pero eso no quitaba que estuviese mal y no lo quisiera. Tenía una vida planeada, un futuro que quería descubrir poco a poco. En mis planes no estaba el casarme, si llegaba el amor lo iba a recibir con las puertas abiertas porque no me resistía a él, sin embargo, mi idea era muy diferente y olvidar todo eso no es sencillo.
—Vane: no creo que es vaya a funcionar —le confesé a ella algo que guardé para mí.
Sonrió con cariño.
—Vale: funcionará, sé que funcionará. Tal vez no es lo que hubiésemos deseado para ti, pero estoy segura que le darás la vuelta a tu favor. Ya lo estás haciendo —sonrió esta vez con burla, sacándome una sonrisa.
Sin embargo había una duda en mi mente y no la podía sacar.
—Vane: ¿por qué en un mes? ¿o por qué no lo dijeron antes?
—Vale: ¿Qué te puedo decir? La idea era comunicárselos cuando Jayden tuviera veinte, así les daríamos tiempo a adaptarse a estar juntos de esa forma. Pero ellos tuvieron que irse y acordamos no decirles nada hasta que no estuviésemos juntos, cosa que tomó bastante tiempo como puedes ver. Si te soy sincera, tenía miedo a tu reacción, a que nos odiaras por esto. Pero no podíamos atrasarlo más, ya no.
Asentí, tratando de comprender.
( * )
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Un Matrimonio a la Fuerza
RomanceUn acepto puede cambiarlo todo. Subestimé el poder de esa palabra hasta que me tocó decirla... Dos veces. Creía que mi vida era bastante buena, se podría decir que incluso tenía suerte. Mis padres eran grandes empresarios, tenía buenos amigos, un fu...