7) Un negocio y una... ¿sorpresa?

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Desperté a las ocho de la mañana. En cuanto el sueño pasó un poco, me di un baño sumamente relajante y me puse algo cómodo. Unos jeans azules, una camiseta de tela fina fucsia, y una cárdigan marrón claro que me había regalado Génesis y me gustaba mucho.

Fuimos a una cafetería que estaba a algunas cuadras del departamento, y después de pedir nuestro desayuno, nos pusimos a hablar sobre cómo debía actuar hoy.

Ella estaba sentada frente a mí, con una cara de mafiosa que me daba mucha risa, pero no me reía, después me iba a querer golpear por burlarme, y no quería eso. Sus golpes eran destrozantes.

Génesis: recuerda, nada de saludos cariñosos, ni de hablar sobre cómo les ha ido en la vida, y menos demuestres que te afectó su comportamiento, ¿entiendes? —dictaminó.

Solo asentí, con una inquietud en mente.

Vane: ¿En serio crees que funcione? —pregunté mientras comía de la tostada que ordené.

Génesis: claro que va a funcionar, eso lo planeé yo. 

Hizo para atrás su cabello castaño claro de una manera graciosa.

Vane: si tú lo dices.

Génesis: vamos, que si sigues mis consejos y no te condueles, todo saldrá bien. 

Resoplé. No era tan sencillo como eso.

Vane: lo sé. Pero no sé qué pasará cuando esté frente a él. Fueron muchos los años de amistad. Compartimos todo, nos apoyamos y estuvimos el uno para el otro. No me siento cómoda dejando eso de lado —le comenté algunas de mis inquietudes. Porque es cierto, Jayden y yo tuvimos mucho tiempo juntos, y no era fácil simplemente ser fría con él, como si nada.

Génesis: sí, muchos años... que tiró a la basura cuando aceptó esta locura como si la idea le gustara —me recuerda y pienso en ello... También es cierto.

Vane: lo intentaré, pero sabes que es difícil.

Génesis: por supuesto que lo es. Pero si sigues mis consejos, y si no te dejas llevar por su amistad, como él no lo hizo en su momento, todo va a estar bien —recalcó mientras tomaba de su café.

Vane: está bien.

Génesis: ve allá, impón tus ideas, y no te amedrentes ante nada, ¿de acuerdo? —comentó con determinación, haciendo sonreír por sus alocadas ideas. Era la mejor amiga del mundo.

Vane: de acuerdo —respondí con determinación también.

Génesis: así me gusta. Ahora vamos a desayunar que tengo hambre.

Cuando terminamos de desayunar comenzamos a hablar sobre cualquier cosa durante algunos minutos. Ninguna de las dos quería hablar más del asunto Jayden, porque lo voy a ver en la tarde, y lo último que quiero es saturarme hablando de él.

El plan de hoy consistía en ir a hablar sobre la idea de "nuestro matrimonio" o eso, y llegar a un acuerdo sobre cómo serían las cosas entre nosotros para que no haya discordia, y para que el tiempo que estuviésemos juntos fuese el más llevadero posible. Estaba segura de que si me tenía que casar con Jayden, y encima no me llevaba bien con él, las cosas serían más complicadas de lo que ya son con ésto del matrimonio.

Y si soy sincera, estoy muy nerviosa, jamás había hecho algo así. Bueno, nunca antes me habían dicho que debía casarme con mi mejor amigo. Pero el punto es que nunca lo hubiese hecho. Y aunque Génesis me haya dicho cómo debía actuar, no sabía cómo serían las cosas cuando lo tuviera en frente. Porque estoy segura de que será difícil verlo y no querer gritarle unas cuantas cosas que tenía enterradas dentro de mí, por su falta de compañerismo, y por lo poco que confió en mí. Y es que vamos, estuvimos hablando antes y durante la cena, pudo haberme dicho aunque sea que el motivo de la cena era para algo malo; pero no, decidió ver cómo mis padres me decían las cosa más estúpida y absurda que haya existido.

Un Matrimonio a la FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora