La noche fuera de la empresa estaba muy fría, por lo que me puse mi abrigo desde que salí. Otra vez estábamos en esa época del año friolenta y para nada acogedora. La noche se veía resplandeciente mientras íbamos de camino al auto.
Una vez ahí le di la dirección que me envió Jayden a Brook, y este condujo por las calles de San Francisco. No había nieve pero las calles estaban llenas de detalles navideños impresionantes. Los locales estaban repletos de luces, árboles, y qué decir de las personas comprando regalos. Sonreí porque yo ya había comprado los míos y no tenía que estar dentro de las tiendas corriendo de un lado para el otro, ni tratando de llegar a los lugares. Incluso llegué a ver dos mujeres tratando de quitarse algo. Me reí, hasta que pasamos la tienda y mi vista se enfocó en la cafería de al lado. Habían muchas personas, muchas parejas, y amigos, todos sentados, riendo o hablando, con guantes, gorros y bufandas.
Mi vista se fue hacia el cielo. Las estrellas resplandecían en el cielo, cosa que muy pocas veces se veía aquí, la luna estaba en su máximo esplendor. Todo indicaba una buena noche, y sonreí para mis adentros cuando lo pensé. Sonrisa que se borró al recordar qué día era hoy.
Quince de Diciembre, no catorce.
Una punzada se instaló en mi pecho. Ayer era nuestro aniversario, ayer cumplimos un año de casados y por estar tan enfrascados en nuestros trabajos no lo recordamos. Ni un beso, ni una caricia, nada, no hicimos nada. Y eso me recordaba que este matrimonio no tendría por qué celebrarse. Esto fue una obligación. Y aunque tal vez debiera, no odiaba a mis padres, ellos me enseñaron, me criaron, hicieron lo imposible para que yo me sintiera cómoda aquí. Me enseñaron que odiar a los demás no te hace bien, te hace daño.
Al llegar al lugar me quité los guantes, el gorro y la bufanda ya que adentro debía haber calefacción, y dejando a Brook en el auto, entré al lugar. Me pidieron el nombre de la reservación y después de dárselas me llevaron a mi mesa.
Jayden ya estaba ahí sentado, con el menú en mano y con cara tan hermosa.
Mi corazón saltó dentro de mi pecho, y de repente comencé a tener nervios de lo que pasaría a continuación, sentí nervios de sentarme junto a él. Mi cuerpo había comenzado a reaccionar a su presencia.
Sus ojos se levantaron, y mi piel se erizó.
Me senté, sintiendo mis piernas temblar de repente.
—Jayden: Te ves muy hermosa. —Fue lo primero que dijo, alterando más mis nervios.
Bueno, estaba como esta mañana, solo me había arreglado el cabello dentro del auto. Pero supongo que lo entendía, para mí él se veía más hermoso que esta mañana. Así, en traje y con el cabello desarreglado, así se veía hermoso.
—Vane: Gracias. Tú también te vez muy bien.
—Jayden: Me esfuerzo mucho para que así sea —Su comentario y su guiño me hicieron sonreír—. ¿Qué tal tu día?
—Vane: Abrumador. —Me instó a hablar con la mirada—. Recibimos una propuesta hoy. Te enterarás de todo en una semana. Pero por el momento debes que saber que estamos patrocinando un desfile de moda, en uno de nuestros salones.
Sus cejas se alzaron.
—Jayden: ¿Patrocinaremos un desfile? —Había algo de diversión en sus palabras. Eso no se lo esperaba.
—Vane: Así es. Fue algo laborioso conseguirlo, pero todo salió bien. Incluso estamos pensando rentar los salones, sería una nueva forma de ingreso.
—Jayden: ¿En serio? —Se acodó en la silla, interesado.
Mi corazón dio un vuelvo. Parecía realmente interesado de escucharme hablar.
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Un Matrimonio a la Fuerza
Storie d'amoreUn acepto puede cambiarlo todo. Subestimé el poder de esa palabra hasta que me tocó decirla... Dos veces. Creía que mi vida era bastante buena, se podría decir que incluso tenía suerte. Mis padres eran grandes empresarios, tenía buenos amigos, un fu...