-¡Papá!-dije emocionada tirando las almohadas a un lado y corriendo hacia los brazos de mi padre. Él me abrazó fuertemente alzándome y besando mi mejilla. Estaba tan feliz de verlo, gracias a que trabaja en el FBI no lo veo mucho, pero era increíble cuando estaba en casa-¿Por qué no avisaste?-pregunté mirándolo a sus encantadores ojos verdes. Su cabello rubio estaba mojado y pude escuchar un mínimo trueno, no me había dado cuenta que había comenzado a llover.
-Quería que fuera una sorpresa-dijo con algo de cansancio en su voz-¿Dónde están tus hermanos?
-¿No han llegado?-negó con la cabeza-Ayer estábamos en una fiesta, debieron quedarse amaneciendo.
-O con alguna chica-dijo riendo y yo rodé los ojos. Mi padre siempre apoyaba a mis hermanos, ya que según, a su edad él era igual, solo que ahora a pesar de seguir joven con solo 45 años de edad, no ha tenido pareja desde mi mamá-¿Tú por qué no estás en la fiesta?
-Hubo una pelea y mis hermanos me pidieron que me fuera. Por seguridad-mentí a lo grande pero mi papá al parecer me creyó.
-Entiendo-asintió con la cabeza y me abrazo para besar mi frente-Te extrañé mucho.
-Yo igual-disfruté el abrazo cargado de su olor tan agradable, pero creo que era momento de romper ese cursi instante padre e hija-Ya esto es muy cursi-nos alejamos cuando mi padre comenzó a reír.
-Es bueno alejarnos, porque te apesta la boca-dijo tapándose la nariz con la mano y recordé que no me había cepillado.
Corrí al baño para enjuagarme la boca y volver con mi padre que esperaba sentado en mi cama y mirando la foto de mi madre. Debo entretenerlo para que no se ponga triste, siempre que ve una foto de mi mamá, llora. Aún la ama mucho a pesar de los años.
-Albert ¿Tienes una historia por contarme?-lo miré y él soltó una pequeña risa pícara.
-¡Tengo fotos!-dijo sacando su celular y mostrándome fotos de sus casos más sangrientos.
Soy rara, me encantan esas cosas de tripas y todo, amo cuando mi padre me cuenta como resolvieron ese tipo de casos tan macabros.
-Esto fue en la morgue-dijo deslizando su dedo para mostrarme las fotos en su celular.
-Qué increíble-sonreí viendo como a un hombre lo abrieron por la mitad y le sacaron todos los órganos-Me gustaría ser agente del FBI-dije suspirando y mi papá sonrió de lado.
-Es algo peligroso para una chica como tú-dijo sonriendo y enmarañando mi cabello-Eres una "señorita" después de todo-sonrió haciendo comillas con sus dedos en señorita.
-¿Ah, sí? Veamos qué tan señorita soy-dije lanzándome encima de él y comencé a hacerle cosquillas. Él comenzó a reír pero de repente me tumbó de la cama y agarró un cojín de mi cama.
-Y viene el increíble, Albert, haciendo su movimiento secreto para poder meterle gol a la increíble portera, Shelye-comenzó a decir mi papá con voz de narrador.
-Pero aquí viene la mejor jugadora de todos los tiempos a quitarle el balón-comencé a decir de la misma forma y me acerqué para patear el cojín y alejarlo de él.
Comenzamos a jugar futbol por la casa, narrando los movimientos que hacíamos y obviamente exagerando todo.
-Y aquí va, Shelye se prepara para lanzar y...-comencé a decir pero de repente me quitaron el balón, o el cojín en este caso.
-Pero viene el increíble y fantástico jugador Sonnet a quitarle el balón y... ¡Anota! la audiencia se vuelve loca-comenzó a hacer sonidos de personas gritando y mi padre y yo comenzamos a reír-¿Cuándo llegaste?-dijo finalmente abrazando a mi papá.
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¿Señorita?
Teen FictionShelye creció entre solo hombres cuando su mamá murió y fue criada solo por su padre y sus tres hermanos mayores, por eso, ella decidió convertirse en "uno más" dejando por completo su lado femenino; pero esto se verá afectado cuando ella tenga que...